En El Cel Rubí, las Terapias No Farmacológicas (TNF) son uno de los elementos en los que nos apoyamos para lograr una importante mejora de la calidad de vida de nuestros mayores.

En la atención a diversas patologías asociadas al envejecimiento y el deterioro cognitivo, y especialmente en el tratamiento de enfermedades neurodegenerativas, encontramos una serie de terapias basadas en distintas técnicas que persiguen la mejora de la calidad de vida del paciente, y sin emplear agentes químicos o fármacos. Hablamos de las terapias no farmacológicas.

¿Qué son las terapias no farmacológicas?

Los tratamientos no farmacológicos (TNF) en personas mayores son toda intervención ajena al uso de medicamentos, fundamentada científicamente, realizada sobre el paciente o el cuidador y que tiene el potencial de obtener un beneficio sobre los principales síntomas de diferentes enfermedades neurodegenerativas.

Es importante recalcar que las TNF son un complemento del tratamiento farmacológico, pero ni lo excluyen ni lo sustituyen. Se trata de intervenciones para optimizar la cognición, mejorar el estado de ánimo, la conducta y la funcionalidad de los pacientes.

Hablamos de un proceso individualizado y adaptado, que parte de un análisis detallado, y que normalmente incluye un diagnóstico clínico y una valoración neuropsicológica.

Gracias a las terapias no farmacológicas, podemos retrasar los estados de demencias y el deterioro cognitivo en general. Este tipo de terapias fomentan que el cerebro sea capaz de realizar cambios y modificaciones a nivel estructural y funcional, es decir, aumentan la plasticidad cerebral.

Al mismo tiempo, las terapias no farmacológicas conllevan menos efectos secundarios y son más económicas. En décadas pasadas, este tipo de terapias se centraban en estimulación cognitiva y tareas de memoria. Sin embargo, paulatinamente se han ido focalizando en aspectos cognitivos, motivacionales, emocionales, de aprendizaje, actividad física, ocio significativo…

Las investigaciones han evidenciado que las TNF pueden ser tan o más efectivas que el empleo de fármacos para mejorar la calidad de vida de las personas. 

Objetivos de las terapias no farmacológicas

Las intervenciones no farmacológicas en personas mayores buscan optimizar las funciones cognitivas, conductuales y funcionales, y contribuir a satisfacer ciertas necesidades que presentan los cuidadores.

Con el envejecimiento, pueden surgir modificaciones en el funcionamiento cognitivo, ya sea disminución de la atención, ralentización del procesamiento de la información, declive de la memoria y de las funciones ejecutivas…

Más allá del tipo de envejecimiento y su impacto en cada persona, numerosas patologías que surgen durante la vejez no tienen un tratamiento eficaz, lo que impulsa a complementar el tratamiento farmacológico con las intervenciones no farmacológicas o psicosociales, que pueden ser diversas. Pero todas ellas comparten los mismos objetivos terapéuticos:

  • Estimular y mantener las capacidades mentales
  • Evitar la desconexión del entorno y fortalecer las relaciones sociales
  • Dar seguridad e incrementar la autonomía personal del paciente
  • Estimular la propia identidad y autoestima
  • Minimizar el estrés y evitar reacciones psicológicas anómalas
  • Mejorar el rendimiento cognitivo y funcional
  • Incrementar la autonomía personal en las actividades de la vida diaria
  • Mejorar el estado y sentimiento de salud
  • Mejorar la calidad de vida del paciente y de los familiares y/o cuidadores

Problemas y hándicaps de las terapias farmacológicas en el paciente geriátrico

La toma de medicamentos por parte de nuestros mayores es algo imprescindible en muchos casos.

La disminución de la morbimortalidad fruto del progreso sanitario y social, junto al descenso de la natalidad, ha dado lugar a un importante envejecimiento poblacional. En España, cerca de un 20% de la población supera los 65 años. Además, más de un millón de personas supera los 80 años en nuestro país. Este colectivo poblacional es el que concentra la mayor parte de la prescripción farmacológica, especialmente por los factores de riesgo y enfermedades crónicas asociados. Factores que suelen coincidir de forma múltiple (comorbilidad).

Teniendo en cuenta que en los ancianos la polifarmacia, la autoprescripción, el mal uso de fármacos, las interacciones farmacológicas y las reacciones adversas a medicamentos (RAM) son más habituales de lo que quisiéramos, es fundamental analizar cada caso en concreto. Y ver la problemática de su diferente respuesta farmacológica, la falta de adherencia, los problemas de comorbilidad, etc. como elementos cruciales a los que desde el Cel Rubí damos respuesta mediante la ayuda de las terapias no farmacológicas.

Principales terapias en la actualidad

Entre las TNF orientadas al paciente más utilizadas, encontramos la intervención conductual, el ejercicio físico, estimulación cognitiva y/o sensorial, musicoterapia, reminiscencia, relajación muscular, terapia asistida con robots, psicomotricidad o el uso de realidad virtual, entre otras.

Un ejemplo práctico es la roboterapia. En El Cel Rubí apostamos por la roboterapia para jugar y acompañar a personas con deterioro cognitivo avanzado y generar efectos en nuestros mayores como el placer o la relajación. En este enlace podéis ver en qué consiste.

La estimulación cognitiva es quizá la que tiene como bagaje un mayor apoyo empírico, siendo incluso propuesta como la primera intervención que se debe realizar en las demencias.

Conozcamos algunas de ellas:

Terapia de Orientación a la Realidad (OR)

La Terapia de Orientación a la Realidad (OR) se basa en la presentación de información relacionada con la orientación tanto temporal, como espacial y la propia identidad, para proporcionar a la persona comprensión acerca de sí misma y de lo que la rodea.

Psicomotricidad y Fisioterapia y Estimulación Motora

Es la estimulación de las capacidades intelectuales y físicas a partir del movimiento, con el ritmo, la respiración, el equilibrio, tono muscular, etc. Favorece la expresión y la estimulación sensorial, facilitando la comunicación a través del lenguaje corporal y aumenta el confort y la calidad de vida del paciente y de su familia.

Terapias con animales

Es el uso de animales de compañía, habitualmente perros y gatos, para motivar al paciente y provocar una mejoría global tanto cognitiva, afectiva como social. El uso de robots, permite un mejor control sobre las reacciones de los animales que participan en las terapias, así como un mayor control sobre la terapia.

Musicoterapia

La música como herramienta terapéutica lleva a las personas a acceder a sus emociones y recuerdos gracias a la producción y audición de la música.

Terapia de reminiscencia

Es el proceso natural de la mente que persigue traer de nuevo a la conciencia experiencias vividas en el pasado, así como conflictos pendientes por resolver. Esta terapia del recuerdo se basa fundamentalmente en la realización de sesiones (individuales o grupales) en las que se estimula a los participantes a recordar hechos y acontecimientos personales o sociales del pasado.

Estimulación Cognitiva

Son los procedimientos y técnicas para lograr el máximo rendimiento intelectual, la mejor adaptación familiar y social en los sujetos que sufren un proceso degenerativo. Se basa en la plasticidad sináptica y fundamentalmente se emplean estrategias de restauración, compensación y sustitución de las funciones cognitivas. ¿Cómo? Mediante modificaciones ambientales, entrenamiento de habilidades compensatorias o reentrenamiento directo de las áreas comprometidas. Es decir: estimular el cerebro para la mejora de las funciones cognitivas y la optimización de su rendimiento, potenciando las capacidades preservadas y persiguiendo frenar en lo posible la progresión del deterioro.

Estimulación multisensorial – Snoezelen

Se trata de uno de los métodos que está ganando más importancia y popularidad en la actualidad, y del que os hemos hablado largo y tendido en el Cel Rubí.

El enfoque “Snoezelen” asume el mundo como lugar en el que vivimos en constante mezcla de luces, sensaciones, gustos, experiencias táctiles, etc. mediante nuestros órganos sensoriales. Esto se puede configurar como terapia para provocar el despertar sensorial de las personas, favoreciendo la comprensión con nosotros mismos y el entorno mediante actividades significativas y estímulos. Por ello, las salas multisensoriales Snoezelen son espacios interactivos pensados para la estimulación de los sentidos, buscando mejorar la calidad de vida de personas con discapacidad y personas mayores con deterioro cognitivo severo o demencia, cuyas capacidades motoras y neurológicas están afectadas.

La actividad física

La actividad física supone una de las funciones cognitivas más relevantes entre las involucradas en el mantenimiento de las actividades de la vida diaria y del funcionamiento independiente. En nuestro caso, la Actividad Física Adaptada es considerada una terapia no farmacológica de múltiples beneficios. Para ello, es fundamental el trabajo multidisciplinar de todos los integrantes de la clínica.

Talleres para mayores

Es una de las terapias genéricas más eficaces con el fin de tener un buen envejecimiento, tanto en salud física como mental. Es crucial para cualquier persona mayor poder realizar talleres que estimulen las tres áreas: física, cognitiva y social.

Existen talleres de todo tipo. En El Cel Rubí apostamos por actividades relacionadas con el ingenio, como los juegos de mesa, los crucigramas y pasatiempos; la lectoescritura, gerontogimnasia, risoterapia, Mindfulness, Arteterapia, etc.

Entrenamiento en Actividades de la Vida Diaria

Consiste en la práctica guiada, con el mínimo de ayuda que sea posible, de actividades de la vida diaria del residente.

Programas de Psicoestimulación

Son programas concretos que mezclan distintos tipo de actividades para trabajar varias habilidades y capacidades, ya sean la orientación, lenguaje, atención, memoria, cálculo…

Ventajas y beneficios de las terapias no farmacológicas

Los primeros estudios para aplicar estas terapias indicaron que eran muy beneficiosas para personas con algún tipo de demencia y sus familiares. Sin embargo, a lo largo de los años y por nuestra experiencia propia, podemos asegurar que estas terapias impactan positivamente en cualquier persona, tenga enfermedades neurodegenerativas o no. Por otro lado, los beneficios son múltiples pero individualizados en cada usuario.

A grandes rasgos, hablamos de:

  • Prevenir futuros problemas cognitivos y deterioros en la salud
  • Tienen menos efectos secundarios
  • Evitar el aislamiento social, la desconexión con su entorno, y mejorar las relaciones sociales
  • Reforzar y mantener las capacidades y habilidades, así como estimular la propia identidad y autoestima.
  • Poder comunicarse y expresar sentimientos y emociones con mayor seguridad
  • Estimular, potenciar o mantener las capacidades del paciente.
  • Menguar el estrés y evitar reacciones psicológicas anómalas.

En definitiva, mejorar la calidad de vida de la persona enferma y sus familiares y cuidadores.