Paseos y actividades al aire libre para los mayores: beneficios de conectar con la naturaleza

El envejecimiento es una etapa de la vida que merece ser disfrutada plenamente y tomada como un envejecimiento activo.

Una de las mejores maneras de lograrlo es a través de las actividades al aire libre, es decir, de la conexión con la naturaleza y los lugares que nos rodean, de salir del hogar habitual y diario.

La realización de actividades al aire libre y paseos en otros entornos es placentera y conlleva una serie de beneficios para la salud física y mental de las personas mayores.

Es importante recalcar que la movilidad es fundamental para mantener una calidad de vida óptima, y este principio es aplicable a todas las edades y condiciones físicas. Sin embargo, es crucial adaptar cualquier actividad física a las necesidades individuales de cada persona.

Además, los beneficios de mantenerse activo son integrales: la evidencia científica respalda que el ejercicio y las actividades físicas contribuyen positivamente al estado de ánimo.

En definitiva, participar en estas actividades en grupo añade un componente valioso, proporcionando compañía y apoyo emocional, especialmente para las personas mayores.

¿Qué objetivos tienen las actividades al aire libre para personas mayores?

Dentro de los propósitos que buscamos en El Cel Rubí en relación con las actividades al aire libre, fundamentados en las prácticas de terapia ocupacional con nuestros residentes, ponemos en valor los siguientes objetivos.

Mantenimiento de la movilidad articular global

Fomentar ejercicios que preserven y mejoren la movilidad de todas las articulaciones, contribuyendo así al bienestar físico integral de los participantes.

Desarrollo y conservación de habilidades diarias

Incrementar y/o conservar las habilidades y destrezas necesarias para las actividades cotidianas, trabajando en pro de la autonomía de los individuos.

Mejora de coordinación, resistencia y condiciones cardiorrespiratorias

Implementar actividades que apunten a la mejora y cuidado de la coordinación, resistencia y salud cardiorrespiratoria, fortaleciendo aspectos clave para el bienestar físico.

Prevención del sedentarismo y estímulo de la conexión social

Combatir el sedentarismo mediante la participación activa en actividades al aire libre, fomentando la interacción entre los residentes y fortaleciendo los lazos sociales.

Promoción de un uso positivo del tiempo libre

Ofrecer actividades al aire libre diseñadas específicamente para personas mayores, con el propósito de promover el disfrute y la utilización positiva del tiempo libre, contribuyendo a una experiencia más enriquecedora y satisfactoria.

Actividades al aire libre en nuestra residencia

Desde la residencia del Cel de Rubí contamos con un amplio programa de actividades al aire libre, modificados y adaptados en cada caso dependiendo de la época del año, los grupos y las posibilidades de cada uno de nuestros residentes.

Así, en nuestra terraza, destacan actividades de psicomotricidad, como petanca o juegos con pelotas. Mientras, en la piscina planteamos unos retos divertidos para ‘pescar’ unos muñecos y remojar los pies.

Además de los juegos de mesa como el ajedrez o el dominó, también apostamos por la estimulación cognitiva, con juegos más grupales como el ahorcado con la pizarra o de preguntas.

Fuera ya de nuestra residencia, especialmente en época de primavera/verano, organizamos excursiones a la playa o al exterior para tomar café. También hacemos salidas grupales con familiares para pasear.

Tipos de actividades al aire libre para personas mayores

¿Cuáles son las actividades al aire libre para personas mayores más habituales? Entre ellas destacamos:

  • Paseos por la naturaleza: Caminatas suaves por senderos naturales y excursiones a parques locales o jardines botánicos.
  • Jardinería terapéutica: Plantar y cuidar flores o vegetales o crear espacios de jardín accesibles para todos.
  • Observación de aves o colocación de comederos para aves en áreas comunes.
  • Yoga al aire libre, con clases adaptadas a las necesidades de los mayores en parques o jardines. El yoga mejora enormemente la calidad de vida porque activa los músculos y, a la vez, los relaja. Practicarlo al aire libre aumenta la calma que aporta este ejercicio, reduciendo dolores musculares y crónicos, la ansiedad o la pérdida de memoria, mejorando el sueño, etc.
  • Arte al aire libre y actividades creativas en entornos naturales.
  • Picnics y eventos sociales: Organización de comidas al aire libre y eventos especiales para fortalecer la comunidad.
  • Programas de educación ambiental: Charlas y actividades que fomenten la comprensión y aprecio por la naturaleza.
  • Gimnasia para personas mayores: Para conservar la movilidad y recuperar parte de la que se ha perdido, hacer gimnasia con ejercicios de movilidad adaptada a la persona mayores nos ayuda a reducir el estrés, la depresión y la ansiedad, aumentar la autoestima y la vitamina D en nuestro cuerpo y regular el sistema inmunológico.

El control de las actividades

Lógicamente, este tipo de actividades deben estar mínimamente planificadas, ya que si bien no existen ‘peligros’ asociados, sí debemos valorar las posibles condiciones climáticas, llevando protección solar y ropa adecuada; que sean accesibles, garantizando la accesibilidad a los lugares seleccionados, especialmente para personas con movilidad reducida; y por supuesto, mantener la supervisión adecuada durante las actividades.

Los beneficios de las actividades al aire libre para los mayores

La mejora de la salud física, el fomento del bienestar mental, la socialización, el impulso de los vínculos interpersonales y la estimulación cognitiva son los grandes beneficios que podemos observar al realizar este tipo de actividades.

Otras ventajas son:

  • mejora la circulación sanguínea
  • despeja la mente
  • Favorece mantener un peso ideal, que es diferente en cada persona
  • ayuda a dormir mejor
  • ralentiza el deterioro cognitivo.

En suma, los paseos al aire libre promueven la actividad física, lo que contribuye a mantener la salud cardiovascular y reducir el riesgo de enfermedades crónicas.

Además, la exposición al sol facilita la síntesis de vitamina D, esencial para la salud ósea y el sistema inmunológico.

A su vez, la naturaleza tiene un efecto terapéutico en la mente, reduciendo el estrés, la ansiedad y la depresión. Sin olvidar que la estimulación sensorial proporcionada por la naturaleza promueve la relajación y la mejora del estado de ánimo.

Las actividades al aire libre también fomentan la interacción social, fortaleciendo los lazos afectivos entre los mayores y sus compañeros. No en vano, compartir experiencias en entornos naturales crea recuerdos significativos y promueve un sentido de pertenencia.

Finalmente, la exposición a entornos naturales ofrece una variedad de estímulos visuales y auditivos que pueden ayudar a mantener la agudeza cognitiva.

En resumen, las mejores actividades para personas mayores al aire libre son aquellas que incorporan ejercicios suaves y ayudan a mejorar su salud sin hacer un sobreesfuerzo.


Rubí Social avanza hacia la sostenibilidad con la instalación de paneles fotovoltaicos

Rubí Social da un paso más en su compromiso hacia la sostenibilidad introduciendo un nuevo modelo de consumo respetuoso con el medio.

Este proyecto, financiado por los Fondos Next Generation EU dentro del Plan de recuperación, transformación y resiliencia, es parte de nuestra estrategia para conseguir un consumo y producción de energía 100% renovable y de las iniciativas centradas en la transición hacia energías más sostenibles que contribuyan a la reducción de emisiones de CO2.


Relaciones Intergeneracionales: fortaleciendo nuestro tejido social

Una parte esencial de la vida humana. Así podemos definir a las relaciones intergeneracionales. Esas conexiones que se establecen entre personas de diferentes edades y generaciones y desempeñan un rol vital en la construcción de sociedades más cohesionadas y enriquecedoras.

Las relaciones intergeneracionales se basan en la comunicación y la comprensión mutua entre personas de diferentes grupos de edad y, para que sean positivas, es importante que exista una apertura a la diversidad de experiencias y perspectivas de cada generación.

¿Qué son las relaciones intergeneracionales?

Son las conexiones que se establecen entre individuos de diferentes grupos de edad, generalmente entre personas mayores y jóvenes.

Estas relaciones se dan a diario en diversos entornos, como el familiar, el comunitario, el educativo y el laboral. Sin embargo, hay que ir al núcleo de la cuestión, a descifrar cómo estas relaciones modifican nuestra visión de la vida.

Es decir, lo más destacado no es el componente de la edad sino el de la experiencia.

Por tanto, ¿qué distingue a estas relaciones?

La oportunidad de intercambio, aprendizaje y apoyo mutuo entre generaciones.

Se produce aquí una respuesta bidireccional, pues los beneficios de las relaciones intergeneracionales funcionan en un doble sentido. Por un lado, subrayan la importancia de las personas mayores en la sociedad, y por otro lado avalan el impacto positivo de nuestros mayores sobre las generaciones más jóvenes.

Las relaciones intergeneracionales pueden tomar muchas formas, desde la interacción diaria entre abuelos y nietos hasta programas formales de mentoría en los que los más ancianos comparten sus experiencias con los más jóvenes.

En cualquier caso, el amor, el respeto, la amistad o la necesidad de cuidado y apoyo son conceptos muy presentes.

Los beneficios de las relaciones intergeneracionales

Independientemente de la forma que tomen, estas relaciones intergeneracionales favorecen a todos por igual.

La diferencia de edad no es un impedimento para la comprensión, el diálogo y el aprendizaje.

A nivel genérico, el trato entre generaciones rompe barreras y estereotipos, aumenta el respeto entre generaciones al ver al otro como un igual y supone un enriquecimiento mutuo, el refuerzo de la unidad familiar y comunitaria…

Veamos ahora los beneficios más en detalle según la edad.

Beneficios para las personas mayores

Al relacionarse con personas más jóvenes a través de diferentes actividades, los más ancianos:

  • Aprenden y mantienen el cerebro activo y un buen estado cognitivo.
  • Se sienten más útiles y se acelera el envejecimiento activo.
  • Ganan en autoestima y autoconfianza.
  • Disminuyen los pensamientos negativos y la sensación de soledad.
  • Ven cómo aumenta la red de apoyo y disminuye el sentimiento de soledad.
  • Potencian el envejecimiento activo y el sentido de propósito en la vida.
  • Disfrutan del estado de abuelo, es decir, tienen todos los beneficios y alegrías de la paternidad sin inconvenientes.

Beneficios para los más jóvenes

Para ellos se produce un:

  • Gran aprendizaje de experiencias de vida y conocimientos que pueden aprovechar.
  • Desarrollo de habilidades sociales como la empatía, la paciencia y la escucha activa.
  • El traspaso de valores y tradiciones de primera mano.
  • Se reduce la estigmatización de la vejez y se rompen mitos y prejuicios.

Un impacto positivo para siempre

¿Por qué dar por hecho el desinterés de los jóvenes por la importancia de las personas mayores en la sociedad? ¿Por qué creer que en la vejez se mira a las nuevas generaciones mayoritariamente con recelo o desconfianza?

Cuando se promueve la participación social de las personas mayores, se ponen en valor sus aportaciones y los jóvenes son más capaces de asimilar los aspectos positivos de hacerse mayores y de compartir esas experiencias.

Esas relaciones sociales con personas de otra edad generan en ambos casos un ambiente optimista, con ilusiones renovadas, nuevos retos y un sentimiento de integración y comprensión.

Grandes retos por delante

A pesar de las ventajas de las relaciones intergeneracionales, también pueden presentarse obstáculos comunes.

El más lógico es la diferencia generacional que hay que salvar, puesto que las diferencias en valores, creencias y estilos de vida pueden dar pie a malentendidos e incluso conflictos. La clave aquí está clara: una comunicación abierta y la empatía.

La brecha tecnológica también puede dificultar la comunicación y la interacción entre generaciones. La paciencia y el apoyo son fundamentales para superar esta barrera y que las personas mayores no se sientan abrumadas por la tecnología.

Por supuesto, también hay que poner un contrapeso cuando las expectativas de una de las partes pueden ser desiguales en tiempo, atención o compromiso en la relación.

¿Cómo fomentar estas relaciones? A continuación veremos algunos ejemplos como actividades compartidas, pero siempre a partir de la construcción de un puente intergeneracional para facilitar el entendimiento y el apoyo mutuo.

Actividades para fortalecer las relaciones intergeneracionales

Las actividades que fortalecen las relaciones intergeneracionales son de lo más variopinto y deben adaptarse a las preferencias y necesidades de las personas involucradas.

En El Cel de Rubí somos muy conscientes de ello. Es por eso que en nuestro centro desarrollamos las siguientes actividades intergeneracionales:

  • Actividades en Sant Jordi: Intercambio de puntos de libros y rosas con diferentes institutos de Rubí.
  • Cantar ‘Nadales’: en navidad acuden diferentes grupos de edades (guardería e infantil) a cantar Nadales y los abuelos preparan el coro de navidad e intercambian versiones y postales navideñas.
  • Proyecto de rendimiento físico: Proyecto donde estudiantes del módulo de rendimiento físico de Terrassa vienen a realizar clases al centro con y para nuestros mayores.
  • Servicio comunitario de Institutos de Secundaria: Diversos colegios e institutos de Secundaria realizan proyectos intergeneracionales en nuestro centro. Cada año conjuntamente con los colegios/institutos diseñamos una serie de proyectos que los alumnos desarrollan en el centro.
  • Proyectos junto al Instituto la Serreta: Colaboraciones con estudiantes del Grado Superior de Atención a las Personas donde preparan actividades en carnaval, Sant Jordi, navidad, etc.
  • Salidas al exterior con participación de familiares: Durante junio y julio, los jueves por la tarde se crean grupos de salidas al parque de Can Oriol, a merendar, días de playa…
  • La fiesta de las familias: Comida que se realiza en el centro en mayo, donde participan todas las familias de los usuarios y se conocen, se relacionan y se realiza una gran fiesta.
  • Visita al colegio Creanova de Sant Cugat: Nuestros abuelos realizaron diferentes talleres y enseñan a los más pequeños a plantar plantas y a jugar al dominó.

Además, estamos ultimando los detalles del futuro proyecto de "Solidaridad y juegos intergeneracionales", que se implantará en el curso 23-24.

En definitiva, fomentar la comprensión y el respeto mutuo entre generaciones es la llave para potenciar las relaciones intergeneracionales.

Sin duda, son un activo muy valioso en nuestra sociedad.

Conectan a personas de diferentes edades, generaciones y eras, permitiendo un intercambio de experiencias, apoyo mutuo y enriquecimiento personal.

Así, a medida que reconocemos y fomentamos la importancia de las relaciones intergeneracionales, podemos construir comunidades más fuertes y cohesionadas. Unas conexiones que enriquecen nuestras vidas y nos ayudan a aprender, crecer y prosperar en un mundo diverso y en constante evolución.


Los cambios en la jubilación y cómo afrontarlos

Los cambios en la jubilación se dan en todos los ámbitos de esta etapa de la vida, desde nuevos estatus económico a cambios sociales, emocionales o físicos. Aunque presenta numerosos retos, con una planificación adecuada, actuando en consecuencia y una actitud positiva, la jubilación puede ser una de las mejores etapas de la vida.

Se trata de una oportunidad para explorar nuevos intereses, pasar más tiempo con seres queridos y disfrutar de la libertad que nos brinda. El objetivo es comprender y abordar los cambios que acompañan a esta transición, logrando una jubilación gratificante y enriquecedora.

Hoy queremos mostraros algunos de los cambios que se dan con esta nueva aventura para sacar el máximo provecho de esta era vital y saber afrontar y disfrutar de todos los cambios que trae consigo.

Entrando en la jubilación: un nuevo paradigma

La jubilación es aquel periodo en el cual, por convenio, a partir de una determinada edad, las personas se retiran de la vida laboral activa.

En España la edad legal general de la jubilación son los 65 años, pero hay profesiones en las que puede variar tanto por arriba como por abajo. Esto hace que la edad media de la jubilación anticipada en nuestro país sea a los 63 años, mientras que la edad de jubilación normal está en 66 años y 4 meses cuando se acrediten menos de 37 años y 9 meses de cotizaciones. Edad que, paulatinamente, va subiendo año a año.

Como decimos, la época de la jubilación puede ser de lo más placentera si nos la planteamos correctamente, es decir, disfrutando del tiempo libre con los mejores beneficios en ocio, transporte, salud o compras. Y sobre todo, aceptando y sabiendo manejar los retos que se producen con los cambios en todas las áreas de nuestra vida.

Cambios financieros: la pensión como garantía

El cambio más evidente cuando nos jubilamos es la transición de una fuente de ingresos activa a una pasiva. En la jubilación, por norma general, nuestra única fuente de ingresos es la pensión que recibimos, siempre dependiendo de las circunstancias personales. Esto, lógicamente, puede generar preocupación y estrés financiero si no se ha planificado adecuadamente, por lo que es ley prever qué pensión nos quedará y cuál será nuestro futuro a corto y medio plazo con los ingresos y el patrimonio del que dispongamos.

Cambios sociales: evitar el síndrome del jubilado

Evitar el síndrome del jubilado es el principal reto al que nos enfrentamos en este periodo de cambios sociolaborales. Se trata de la dificultad de adaptación ante el cese de la actividad laboral.

Los nuevos horarios en el descanso, en el ocio y en el sueño, la ruptura con las relaciones sociales profesionales, la ‘excesiva’ comodidad o sedentarismo delante de tantas horas libres, etc. pueden producir una perturbación del equilibrio mental y físico. Por ello, hay una serie de normas importantes a tener en cuenta:

  • Cuidar de la salud: Hábitos de vida saludables vigilando la alimentación. Disminuir o eliminar el tabaco y la ingesta de alcohol, y aumentar la ingesta de agua. Y cumplir un horario de sueño adecuado.
  • Ejercicio. Mantener el ejercicio físico si se realizaba, incluso aumentarlo con menos intensidad más días a la semana. Si no se realizaba ejercicio, buscar alguna actividad de trabajo cardiovascular y trabajo de fuerza acorde con su condición física y que sea de su agrado.
  • Mantener la mente en forma: Leer, ejercicios cognitivos, pasatiempos, realizar actividades que anteriormente por horarios laborales no podía realizar, como costura, pintura, cursos de informática, etc.
  • Mantener la vida social: Cuidar las relaciones familiares, seguir relacionarse con antiguos compañeros de trabajo o hacer nuevas amistades en nuevas actividades.

Cambios físicos: la salud es lo más importante

Con el envejecimiento, es natural que el cuerpo experimente ciertos cambios, como la disminución de la energía y la agilidad. Además, es habitual enfrentar problemas de salud que requieren una atención más constante.

Para mantener la salud física en la jubilación, es clave llevar un estilo de vida activo y saludable. Esto incluye una dieta equilibrada, moderar el alcohol, una buena hidratación y ejercicio regular. Y es que mantenerse activo físicamente no solo mejora la salud, sino que también puede aumentar la calidad de vida y proporcionar una sensación de bienestar.

En este sentido, a nivel de cambios en la salud, la hipertensión en las personas mayores es el factor más representativo de riesgo cardiovascular.

En personas que están en procesos de jubilación o próximos a ella, los cambios psicológicos y sociales pueden deparar en un aumento de la tensión arterial.

Por ello es fundamental realizar controles y seguimiento para poder detectar si es necesaria la intervención farmacológica. A veces, solo con cambiar ciertos hábitos se puede conseguir, en los casos más leves, que se regulen las cifras de tensión arterial, al menos temporalmente, sin necesidad de tomar medicación.

Las fases emocionales de la jubilación

Según diversos estudios realizados, hay varias fases de adaptación a la jubilación, si bien no todos pasamos por todas ellas ni en este orden:

  • Fase “Luna de miel”. Son los primeros días tras jubilarse. Es una sensación como de estar de vacaciones, pero incluso mejor, ya que no existe la presión de ver cómo se acaban los días, y la persona suele sentirse “feliz” de estar jubilada.
  • Fase de “Desencanto”. Pasadas las primeras semanas, las cosas puede que no sean como esperábamos. Hablamos de dificultades para llevar a cabo todos nuestros planes, ser plenamente conscientes del cambio económico que supone, sentir cierta nostalgia del trabajo… Aquí puede aparecer sintomatología ansiosa o depresiva, fruto de la decepción o la frustración.
  • Fase de “Reorientación”. Tras la etapa anterior, buscamos nuevas expectativas, más realistas y ajustadas a la nueva situación.
  • Fase de “Estabilización”. Finalmente nos adaptamos a la jubilación, aceptando nuestro nuevo estatus y alcanzando un equilibrio entre las posibilidades y los recursos.

Las principales ventajas de jubilarse

La lista de ventajas por jubilarse es amplísima, pero quizá no te hayas parado a pensar en todas ellas. La principal es lógicamente cobrar sin trabajar. No tanto por el importe, ya que los ingresos menguan, sino por la calidad de vida que supone.

A su vez, disfrutaremos de muchos descuentos en transportes, ocio, viajes, deportes, etc.

Tenemos más tiempo libre para poder hacer otras actividades o aficiones y una gran libertad horaria.

Recuperamos vida familiar para poder dedicar más tiempo a los más jóvenes o a los más pequeños de la familia. De hecho, en algunos casos, es el momento de poder ejercer de abuelo o abuela y consentidor(a).

Por supuesto, tenemos libertad para elegir dónde residir, ya que en muchos casos el trabajo marcaba la residencia y, muchas veces tenía que ser una gran ciudad.

Está también la posibilidad de viajar fuera de la temporada alta, en cualquier época del año.

Y por supuesto, mejoramos el estado de salud al liberarnos del estrés y de la depresión, comer más tranquilos, dormir a placer y hacer más ejercicio.

Beneficios económicos de la jubilación

Si bien el hecho de jubilarse no supone ningún cambio a nivel legal, pasamos de ser trabajadores en activo a ser pensionistas, y esto nos permite acceder a una serie de ventajas que nos facilitaran enormemente esta nueva etapa de nuestras vidas.

Y el mejor ejemplo lo tenemos en una noticia reciente. Desde el pasado julio, las personas mayores de 65 años podrán ir al cine un día a la semana por solo 2 euros. Lógicamente hay mucho más, y todo parte de la pensión de jubilación. Esta es la prestación que podemos tramitar cuando cumplimos los requisitos legales establecidos, y el principal sustento financiero en este periodo.  Incluso aquellas personas que no hayan cotizado el tiempo suficiente para recibir una pensión de jubilación, pueden acceder a una pensión no contributiva siempre y cuando cumplan con los requisitos legales para ello.

Además de la pensión como tal, existen numerosas ventajas para jubilados tanto a nivel privado como público, y para acceder a ellas solo tenemos que acreditar nuestra condición de pensionista de la seguridad social o nuestra edad:

  • Compra de medicamentos: todos los asegurados del CatSalut que sean pensionistas y que tengan unos ingresos inferiores a 100.000€ anuales solo deberán aportar un 10% del precio de los medicamentos con unos límites de 8.23€ (para pensiones inferiores a 18.000€ anuales) o de 18.52€ para pensiones entre 18000 y 100.000 euros anuales)
  • Viajes del IMSERSO: Generalmente fuera de las temporadas más caras y a precios muy competitivos, cuentan con la posibilidad de que el pensionista vaya con un acompañante. Los precios oscilan entre los 116 euros del paquete más barato y los 405,53 del más caro. Además, la inmensa mayoría de agencias de viajes ofrecen importantes descuentos para jubilados.
  • Transporte: Los transportes públicos (bus, tren, cercanías, etc.) ofrecen descuentos para personas jubiladas y mayores de 65. Estos dependen de cada comunidad autónoma, pero pueden llegar hasta un 90%, incluso ser gratuitos. Es el caso de la Tarjeta dorada Renfe o "Carnet de Pensionista" de los Ferrocarriles de la Generalitat.
  • Descuentos: Los encontrarás en entradas a museos, exposiciones, teatros, cines, parques de atracciones, etc. Incluso a menudo la entrada es gratuita para jubilados.
  • Actividades dirigidas a personas jubiladas: las organizan los propios ayuntamientos y van dirigidas al envejecimiento activo, incluyendo charlas, salidas al entorno, etc.
  • Deporte: Decenas de polideportivos y gimnasios subvencionados y/o privados lanzan tarifas especiales, con un precio muy competitivo para los mayores de 65 años.

El quid de la cuestión es informamos correctamente allá donde vayamos, y preguntar por los cientos de descuentos y ventajas que podremos aprovechar para disfrutar más y mejor de nuestra jubilación.

Los cambios emocionales en la jubilación

¿Cuál es el impacto emocional de la jubilación? Esta última etapa de nuestra vida también trae consigo una serie de nuevas perspectivas emocionales. Algunas personas experimentan una sensación de pérdida de identidad, ya que su trabajo solía definir gran parte de quiénes eran.

Al mismo tiempo, puede dejar un vacío emocional que debe combatirse con actividades y pasiones nuevas, elementos que también ayudan a evitar el experimentar sentimientos de soledad o aislamiento, así como lograr un círculo social sólido fuera del trabajo.

Para enfrentar estos cambios emocionales, es importante mantenerse mental y emocionalmente activo. Participar en actividades que te apasionen, como pasatiempos, voluntariado o aprender nuevas habilidades, puede ayudar a llenar el vacío dejado por el trabajo.

También es esencial mantener una red social sólida y buscar apoyo emocional cuando sea necesario, ya sea de amigos, familiares o grupos de apoyo. Y por todo ello es por lo que trabajamos en El Cel de Rubí.


Desafiando los estereotipos sobre la gente mayor

Conocer, entender y combatir los estereotipos sobre la gente mayor es una obligación para toda la sociedad.

Una sociedad que está en constante evolución, y con el paso del tiempo, ha vivido una transformación significativa en la forma en que percibimos y tratamos a las personas mayores.

Sin embargo, persisten los estereotipos negativos que pueden tener un impacto perjudicial en la vida de los adultos mayores. Por ello, hoy vamos a conocer en qué consisten exactamente estos prejuicios sobre la gente mayor, sus causas, consecuencias y cómo erradicarlos de la sociedad.

¿Qué entendemos por estereotipo sobre la gente mayor?

Son creencias generalizadas y prejuiciosas sobre las personas de edad avanzada. De hecho, a menudo se basan en la edad y acaban llevando a la discriminación y al trato injusto.

Estas ideas pueden ser dañinas tanto para los individuos como para la sociedad en su conjunto, ya que perpetúan una visión negativa y limitante de la vejez.

¿Por qué se producen los estereotipos? No hay una sola motivación, pero el miedo a envejecer, con una sociedad contemporánea que a menudo valora mucho más la juventud y la belleza, es uno de los motivos.

Esto también viene auspiciado por los medios de comunicación, que suelen retratar a los mayores de manera estereotipada, reforzando las creencias negativas.

La falta de exposición es otra de las razones. Muchas personas tienen limitada su interacción con personas mayores en su vida cotidiana, y esto puede llevar a una falta de comprensión y empatía.

Finalmente, hay que mencionar que algunas culturas y sus respectivas tradiciones tienen estereotipos arraigados sobre la vejez, que se transmiten de generación en generación.

Una lucha contra el edadismo

Hay personas que tienen miedo a envejecer, a “parecer mayores”. Por nuestra cultura y experiencia, asimilamos consciente o inconscientemente ideas preconcebidas de lo que supone el envejecimiento.

¿El problema? Que no necesariamente se corresponden con la realidad.

Estos prejuicios nos afectan a nivel personal, así como a las personas mayores y a la sociedad en la que vivimos. Conlleva desde maltrato a discriminación personal, social e institucional.

Por este motivo, en la lucha contra el edadismo, es decir, contra la discriminación que sufren los ancianos solo por su edad, lo primero es comprender cuáles son dichos estereotipos.

 

Los principales estereotipos sobre los ancianos

Aunque la mayoría de prejuicios suelen estar relacionados, también es posible categorizarlos según si hablamos de estereotipos sobre:

Veamos ahora varios ejemplos.

  • Incapacidad física y mental: Es quizá el estereotipo más común. Asumir que todas las personas mayores son frágiles, débiles y mentalmente disminuidas. Esto lleva a la falsa creencia de que no pueden realizar tareas cotidianas o tomar decisiones informadas.
  • Aislamiento social: Otro estereotipo demasiado frecuente es que los adultos mayores son solitarios y carecen de una vida social activa. Se les imagina viviendo una vida retirada y aburrida, monótona.
  • Estado de ánimo bajo, depresión y malhumor: Mucha gente piensa que las personas mayores están más deprimidas, de peor humor y tristes, por lo general con un peor estado de ánimo. Pero son numerosos los estudios que lo contradicen. Durante la vejez somos más felices que en nuestra juventud. Se ha demostrado que en la tercera edad los estados de ánimo positivos duran más y los negativos menos.
  • Dormir mal: Conforme envejecemos es frecuente tener más problemas para conciliar el sueño y/o despertarnos en mitad de la noche. Los patrones de sueño suelen cambiar pero esto no significa que sean los causantes de trastornos como el insomnio, la apnea del sueño u otros. A decir verdad, los trastornos del sueño comunes en la tercera edad suelen deberse a factores como ciertos medicamentos, problemas de esfínteres o alteraciones psicológicas, entre otros.
  • Resistencia al cambio: Este estereotipo sugiere que no pueden adaptarse a las innovaciones o las nuevas formas de vida y que están atrapadas en el pasado.
  • Carga económica: Se cree erróneamente que los adultos mayores son personas no productivas para la sociedad, debido a los gastos médicos y de cuidado a largo plazo. Esto, deliberadamente, ignora su contribución a través de la experiencia y la sabiduría acumulada.
  • La sexualidad desaparecida: Las personas mayores, lejos de lo que muchos creen, conservan el deseo sexual y la capacidad para sentir placer. Es un tema que además debería dejar de ser tabú.

El impacto de los estereotipos negativos hacia las personas mayores

Un estudio reciente, desarrollado por investigadores de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), la Universidad Rey Juan Carlos (URJC) y la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), argumenta que estas creencias hacia las personas mayores son especialmente dañinas en aquellos adultos mayores que se consideran una persona mayor.

De acuerdo con los resultados, las creencias estereotipadas y negativas hacia las personas mayores se relacionaron con una mayor soledad no deseada en el grupo de anciano que sí se consideraban mayores, pero no en aquellos que no lo hacían.

Del mismo modo, esto se asoció con mayor malestar emocional, incluyendo mayores síntomas de ansiedad, depresión y síntomas comórbidos de ansiedad y depresión.

Cómo combatir los estereotipos sobre la gente mayor

Para acabar con estos prejuicios es fundamental abordarlos y crear una sociedad más inclusiva y justa.

Todo empieza desde la educación y la conciencia. No en vano, las personas deben aprender sobre los desafíos que enfrentan los adultos mayores.

Para ello, es preciso promover la interacción intergeneracional. El contacto cercano con personas mayores puede eliminar prejuicios y aumentar la comprensión mutua. A su vez, hay que luchar por cambiar la representación en los medios de comunicación, que tienen un papel importante en la formación de opiniones, para fomentar una visión más realista y positiva de la vejez.

Por otro lado, se viene exigiendo una legislación contra la discriminación por edad.

Implementar leyes que prohíban la discriminación por edad en el lugar de trabajo y otros ámbitos puede proteger los derechos de las personas mayores.

Y finalmente, es importante promover una participación activa de nuestros mayores en la sociedad, a través del trabajo voluntario, la educación continua y otras actividades.

Celebrando la experiencia de las personas mayores

Además de profundizar en los maltrechos estereotipos que flaco favor hacen a la sociedad en su conjunto y a nuestros mayores en general, desde El Cel de Rubí apostamos por ver la vejez no como una etapa de declive, sino como una celebración de la experiencia y la sabiduría que estas personas aportan a la sociedad.

Los adultos mayores son una fuente valiosa de consejo, conocimiento y apoyo.

Además, muchos continúan siendo activos en sus comunidades y desempeñan roles importantes en la familia y la sociedad en general.

En conclusión, los estereotipos sobre la gente mayor son perjudiciales y limitantes.

Para construir una sociedad más inclusiva y justa, es esencial desafiar estas percepciones negativas. En este sentido, la educación, la conciencia y la promoción de una representación más precisa de la vejez contribuyen a una sociedad que valore a nuestros mayores.


Mejorando la capacidad cognitiva con actividades en la sala multisensorial

En el Cel de Rubí venimos apostando por un nuevo proyecto de actividad en la sala multisensorial para mejorar la capacidad cognitiva.

Se trata de un juego de lo más entretenido para nuestros mayores: el trabajo de construcción con Lego, es decir, trabajar a nivel psicológico la elaboración de figuras 3D de construcción a partir de imágenes 2D.

Todo ello forma parte, además, del programa de actividades de El Cel de Rubí.

Como veremos en este artículo, estos ejercicios funcionan muy bien para estimular la capacidad cognitiva.

Trabajando las capacidades cognitivas

Las capacidades cognitivas son funciones mentales y habilidades que permiten a una persona procesar, entender, recordar y utilizar la información que recibe del entorno.

Estas capacidades juegan un papel fundamental en el pensamiento, el aprendizaje, la resolución de problemas y la toma de decisiones. Abarcan una amplia gama de funciones mentales que trabajan juntas para procesar la información y desempeñar diversas tareas cognitivas.

Concretamente, a través de estos ejercicios con LEGO y de estimulación sensorial, se trabajan varias capacidades cognitivas como son:

  • La capacidad atencional y de concentración. El estar pendientes de qué pieza se corresponde con la figura o el hecho de ser conscientes de que piezas ya han sido seleccionadas estimula la capacidad de focalización en un estímulo.
  • La memoria reciente e inmediata. Nos permite saber qué piezas hemos colocado ya y cuáles son las siguientes a elegir.
  • La socialización y el ocio. Como trabajamos de forma grupal, favorecemos los lazos relacionales entre los y las diferentes usuarios/as. Durante la construcción, surgen conversaciones sobre lo que se está llevando a cabo o sobre otros aspectos que recuerdan. La socialización y el espacio de ocio son componentes muy importantes para llevar a cabo un envejecimiento activo.

Y es que con el trabajo de la capacidad cognitiva, se progresa en el trabajo sobre la atención, la concentración, la memoria, el razonamiento lógico, resolver problemas y a mayor velocidad, la percepción visual y espacial y las habilidades motoras, la creatividad o las habilidades sociales, entre otros elementos.

Estas capacidades cognitivas trabajan juntas y se complementan para permitir un funcionamiento mental eficiente y adaptativo en diversas situaciones y contextos. Por ello, mantenerlas a lo largo de la vida es esencial para un envejecimiento saludable y para mantener una mente activa y comprometida.

En esto también son determinantes las praxias.

¿Qué son las praxias?

Las praxias hacen referencia a un proceso neurológico donde se llevan a cabo una serie de acciones de movimientos de forma voluntaria para llevar a cabo un fin.

Es decir, son habilidades motoras y cognitivas que permiten planificar, organizar y ejecutar acciones y movimientos precisos y coordinados para realizar tareas específicas. Estas habilidades están relacionadas con la capacidad del cerebro para planificar y llevar a cabo acciones motrices complejas, como vestirse, comer, cepillarse los dientes, escribir, manipular objetos, entre otras.

En el caso que nos ocupa, la construcción de figuras, estamos trabajando las praxias visoconstructivas o visuoespaciales. Estas se corresponden con la capacidad de ejecutar una serie de movimientos en específico para organizar ciertos elementos en un espacio concreto (Maragall, s.f.).

Existen otros tipos de praxias, cada una enfocada en una función particular:

  • Ideomotoras: Implican la capacidad de realizar movimientos en respuesta a una orden verbal o mental.
  • Ideatorias: Involucran la planificación y ejecución de secuencias de movimientos.
  • Oromotoras: Son habilidades relacionadas con la coordinación de los músculos orales y faciales para realizar movimientos como hablar, masticar, tragar, etc.

¿Cómo estimular la capacidad cognitiva?

Contamos con numerosas herramientas para estimular la capacidad cognitiva de nuestros mayores en El Cel de Rubí, con el objetivo de mantener su mente activa y mejorar su calidad de vida.

Son actividades que además son extrapolables más allá de nuestros centros.

Todo empieza con las actividades cognitivas propiamente, es decir, acciones que desafíen y estimulen el cerebro, como rompecabezas, crucigramas, sudokus, juegos de memoria, juegos de palabras y juegos de estrategia.

A ello podemos añadir actividades creativas y de expresión artística, como la pintura, la escultura, la escritura, la música y la danza.

Con clases y talleres también se mantiene la mente activa, al igual que con el ejercicio físico regular – mejor aún si son al aire libre-.

Y hay que destacar especialmente la terapia ocupacional. En el Cel Rubí contamos con terapeutas ocupacionales para diseñar actividades personalizadas que aborden las necesidades individuales de los residentes, incluidas las actividades que mantengan sus habilidades motoras y cognitivas.

Por supuesto, los juegos de mesa y grupos sociales, la reminiscencia (compartir sus historias de vida, recuerdos y experiencias), y contar siempre con una óptima alimentación, es fundamental.

Como también lo es la estimulación multisensorial, de la que ya os hemos hablado largo y tendido.

Básicamente consiste en diseñar espacios que estimulen los sentidos a través de colores, texturas, aromas y sonidos agradables. Y es que la estimulación multisensorial puede mejorar el estado de ánimo y la cognición.

En este caso, es necesario ahondar en las virtudes de la intervención mediante la estimulación multisensorial o Snoezelen. Estos espacios son salas adaptadas con material ya preparado para proporcionar experiencias sensoriales diversas.

Lo que perseguimos es lograr un ambiente de estimulación facilitando la exploración, el descubrimiento y el disfrute de diferentes experiencias sensoriales. Un “despertar sensorial”.

Beneficios de la estimulación cognitiva

La estimulación cognitiva en los ancianos ofrece una serie de ventajas y beneficios que contribuyen a mejorar su calidad de vida y su funcionamiento mental.

Algunos de estos beneficios (NeuronUP, 2022) aluden a la promoción de la autonomía y la autoestima, ralentizar el deterioro cognitivo… Veamos cuáles son los más destacados:

  • Mantener las habilidades cognitivas y fortalecer las habilidades mentales como la memoria, la atención, el razonamiento y la resolución de problemas. Esto ayuda a retrasar el declive cognitivo asociado con el envejecimiento.
  • Prevenir el deterioro cognitivo, reduciendo el riesgo de desarrollar trastornos neurodegenerativos como la enfermedad de Alzheimer y la demencia.
  • Mejorar la concentración y la atención y una mayor estimulación neuronal y plasticidad cerebral.
  • Mejorar el estado de ánimo y reducir los sentimientos de ansiedad y depresión.
  • Fomentar la socialización, la interacción social y el compromiso emocional para prevenir el aislamiento social y aumentar la autoestima.
  • Retrasar el avance de enfermedades neurodegenerativas y promover su independencia.

En resumen, la estimulación cognitiva en nuestros mayores supone una serie de beneficios que abarcan desde el mantenimiento de habilidades mentales hasta la promoción de la salud emocional y el bienestar general. Por ello, para maximizar estos beneficios, en el Cel Rubi diseñamos programas de estimulación cognitiva adecuados a las necesidades individuales y preferencias de cada persona.

Referencias


Una alimentación e hidratación adecuada para personas mayores durante el verano: consejos y recomendaciones

Con la llegada de la época de mayor calor del año, es importante prestar atención a la alimentación de las personas mayores en verano.

El aumento de las temperaturas y la exposición al sol pueden afectar su salud y bienestar, por lo que es crucial tomar medidas para mantener una dieta equilibrada y nutritiva.

Sufrir golpes de calor o deshidratarse por la pérdida de líquidos son algunos de los principales problemas causados en épocas de altas temperaturas. Cuando hablamos de nuestros mayores, en tanto que población vulnerable, las probabilidades de padecer alguno de estos males en verano se multiplican.

Por ello, una alimentación equilibrada, saludable y con alto contenido de líquidos, ayudará a combatir el calor en este sector de la población.

Para tener claro el qué, el cuándo y el cómo, en este artículo vamos a explorar y detallar qué alimentos deben consumir, qué bebidas deben tomar y qué deben evitar comer las personas mayores durante los meses más calurosos del año.

El consumo de agua, la hidratación y las mejores bebidas para el verano

A medida que envejecemos, nuestro sentido de la sed puede disminuir, lo que aumenta el riesgo de deshidratación. Por ello, es primordial mantener los niveles de hidratación adecuados.

Básicamente, se trata de consumir mucho líquido en diferentes formas.

Además de agua y/o aguas con frutas de temporada, son muy apetecible los zumos, leche semi o desnatada, horchata baja en azúcar, infusiones frías o la gelatina sin azúcar, que se utiliza mucho especialmente en usuarios con disfagia.

Las leches fermentadas como el yogur también poseen un alto valor nutritivo, son de muy fácil ingesta y digestión, y aportan calcio para combatir su desgaste óseo.

Concretamente, la cantidad de agua diaria debe ser de 8 vasos o más o su equivalente en comidas y bebidas líquidas, como sopas ligeras, gazpachos, zumos. Y es más que recomendable beber un vaso de agua al menos cada dos horas, aunque la persona mayor afirme que no tiene sed.

Debemos insistir en que, para evitar la deshidratación, el equilibro hídrico debe aproximarse a los 2-2,5 litros por día de agua.

persona mayor bebiendo agua

La importancia de una alimentación nutritiva y completa

Una alimentación equilibrada y nutritiva es esencial para las personas mayores durante el verano.

Todo parte de la base de consumir alimentos hidratantes, en especial frutas y verduras con alto contenido de agua, como sandía, melón, pepino y lechuga. Pero hay mucho más a tener en cuenta.

En lo que a hortalizas y verduras frescas se refiere, hablamos de una excelente fuente de vitaminas, minerales y antioxidantes. Aquí, es importante, tal y como hacemos en El Cel de Rubí, seguir las recomendaciones de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología, que invita a dar más hortalizas y verduras refrescantes como ensaladas de tomate, espinacas, pepino, lechuga, zanahoria, alcachofas, remolacha, escarola, col, brotes, pimiento, etc.

Sobre las frutas está ‘todo’ escrito, siendo la sandía, el melón y el melocotón los reyes del verano, a los que añadir, por ejemplo, kiwi, manzana, fresas y arándanos.

También son recomendables las proteínas magras, es decir, optar por carnes magras, pescado, huevos, legumbres y lácteos bajos en grasa proporciona a las personas mayores los nutrientes necesarios para mantener la masa muscular y la energía.

Además, el consumo moderado de grasas saludables como aguacates, nueces y aceite de oliva, ayuda a mantener una buena salud cardiovascular. Y las grasas mono y poli-insaturadas, como las que contienen el aceite de oliva y de semillas, además de los frutos secos oleaginosos, deben incluirse más en los aderezos, comidas y meriendas.

Es decir: los alimentos con Ácidos grasos omega-3, como el aceite de oliva, el pescado azul, el marisco, frutos secos y la lechuga o espinacas, son esenciales para el fortalecimiento de la masa muscular y retrasa el deterioro cognitivo, y en especial el control de la presión arterial.

También debemos hacer un consumo habitual de cereales, siendo los más beneficiosos los integrales, como la cebada o el maíz, que no aportan grasas.

En este sentido, hay que tener muy presente la necesidad de tomar fibra para evitar estreñimientos, que es uno de los problemas más habituales en las personas mayores, y preparar legumbres o comer habitualmente frutos secos.

En definitiva, y siempre según los expertos, la dieta de una persona mayor en verano debe ser rica en fibra, agua y baja en calorías.

¿Qué alimentos y bebidas se deben evitar?

Hay algunos alimentos que deben evitarse o consumirse con moderación durante el verano.

En general, hablamos de platos de gran aporte calórico, como embutidos, carnes grasas, quesos demasiado curados o leche entera, así como un exceso de alimentos ricos en azúcares (ciertos helados, granizados o bebidas gaseosas), ya que lejos de calmar la sed, aumentarán la sensación de ella.

Más concretamente, los alimentos fritos y grasosos pueden ser pesados para la digestión y aumentar la sensación de calor corporal.

A su vez, los alimentos procesados y azucarados pueden causar fluctuaciones en los niveles de azúcar en la sangre y contribuir al aumento de peso.

En suma, debemos evitar preparaciones contundentes en forma de guisos, pucheros, fritos o asados y las sopas calientes.

Y mucho ojo también con el aumento del riesgo de intoxicaciones alimentarias: debemos consumir alimentos seguros, bien conservados, envasados o cocinados, utilizar huevo pasteurizado y tener cuidado con las salsas y mahonesas.

Y finalmente, el quid de la cuestión: el alcohol. Junto a la cafeína, el alcohol puede aumentar el riesgo de deshidratación y afectar el sueño, por lo que no se recomienda el alcohol para la gente de edad avanzada. Ahora bien: lo mejor es limitar su consumo, ya que si no está contraindicado, se puede dar una copa de vino en la comida y/o en la cena, o incluso una cerveza sin alcohol, pero sin exceder los 25 gramos al día.

Ideas de recetas para verano

Como decíamos, durante el verano son ideales las comidas más ligeras, como cremas, caldos y sopas frías en almuerzos y cenas. Entre ellas destacamos la vichyssoise, gazpacho, ajoblanco y otras recetas veraniegas.

Como segundos platos, el pescado azul y los muslos de pollo son ideales, y de acompañantes las ensaladas, arroz integral o cuscús, entre otros.

Los huevos rellenos, el gazpacho de sandía o fresas, timbal de atún y aguacate o la ensalada de lentejas son platos muy sugerentes e ideales para que nuestros mayores pasen los días más calurosos del año saciados, felices y sanos.

Recetas veraniegas en El Cel de Rubí

En nuestra residencia siempre realizamos platos especiales según la época del año. En este caso, tres de las más demandadas son el gazpacho, la ensaladilla rusa y la ensalada de verano. Aquí os dejamos los ingredientes y la receta tal y como las preparamos para nuestros residentes.

Gazpacho

  • Ingredientes: Tomates pera, pimiento verde, cebolla, pan, vinagre, agua fría, aceite y sal.
  • Modo de preparación: Primero se pelan los tomates y se trocean todos los ingredientes, se pone todo en la trituradora y cuando esta se mete en la nevera para enfriar.

Ensaladilla rusa

  • Ingredientes: patatas, judías verdes, atún, huevos, mayonesa, olivas sin hueso y pimientos rojos.
  • Modo de preparación: Primero se cuecen las patatas y las judías verdes. Se ponen los huevos en una cazuela con agua para hacer huevos duros. Se asan los pimientos rojos en el horno. Una vez está todo hecho se corta en trozos y se mezcla con el atún y las olivas. Cuando lo tenemos todo bien mezclado se añade la mayonesa y se mezcla bien. Y a la nevera a enfriarse.

Ensalada de verano

  • Ingredientes: pimientos verdes y rojos, tomates, cebolla dulce, sal, aceite y vinagre.
  • Modo de preparación: Se asan los tomates y los pimientos, una vez asados se pelan y se cortan a trozos, se corta la cebolla bien picadita, se mezcla y se hecha el aceite, la sal y el vinagre al gusto. Y a la nevera a enfriar.

Alimentación fresca y nutritiva

La alimentación es importante todos los días del año pero los meses de verano, el incremento de la temperatura hace que necesitemos consumir menos alimentos para el mantenimiento y estabilización de la temperatura corporal.

Sin embargo, las personas mayores no pueden descuidar su dieta.

Ellos necesitan un aporte energético y de nutrientes adecuado a sus necesidades, basado en alimentos con menor aporte energético (frutas, verduras y hortalizas), pero más ricos en vitaminas, sales minerales, fibra, y especialmente en líquidos (agua).


Cómo disfrutar de las vacaciones viajando con personas mayores

Viajar en vacaciones con personas mayores es una experiencia maravillosa y enriquecedora. Pero para asegurarnos de que disfruten plenamente de las vacaciones, tanto si viajan en grupo como si viajan en familia, es esencial considerar diversos aspectos prácticos.

Por ello, desde El Cel de Rubí vamos a contaros algunos consejos y recomendaciones para viajar con personas mayores, con el objetivo de asegurarnos de que las vacaciones sean seguras, cómodas y agradables para todos.

Recomendaciones básicas para viajar con personas mayores

Antes de empezar a planear las vacaciones con nuestros mayores, debemos ser conscientes de sus capacidades.

Si la persona no sufre de ningún problema de movilidad, por lo general no habrá obstáculo alguno para visitar cualquier ciudad, destino de playa, zona rural... No obstante, es vital tener en cuenta si hay que andar mucho, hay un gran desnivel, etc.

En este sentido, siempre es necesario e imprescindible considerar los dos siguientes supuestos antes de organizar cualquier escapada familiar y vacacional:

  • Que el adulto mayor debe contar con su propio espacio, para que se sienta parte de la familia, y que disponga de la privacidad que necesita.
  • Intentar que mantenga su rutina, independencia y autonomía dentro de lo posible.

El reto es buscar una sintonía entre todos para usar el viaje con la familia como el mejor antídoto para combatir su nueva vida, y esa soledad que a menudo pueden sentir, así como sus consecuencias en la tercera edad. Y para lograrlo, hemos elaborado una serie de recomendaciones y consejos.

Elegir bien el destino

¿Qué tipo de destinos buscamos cuando nos hacemos mayores?

Lógicamente, con la edad, la forma de viajar cambia. Cuando se es anciano, no vale “cualquier cosa”. Debe primar la comodidad y el confort en los destinos, así como la seguridad, la facilidad de acceso, el clima, la calidad de los servicios… A esto hay que añadir posibles inconvenientes como el idioma, si vamos a un país extranjero, el sistema de transportes en el destino o la accesibilidad de las infraestructuras.

¿Qué debemos evitar?

Climas muy extremos, lugares con terrenos accidentados o condiciones extremas, calles mal pavimentadas, etc. Con ello, nos aseguraremos de que el destino elegido es óptimo para pasar unas vacaciones fantásticas.

Para todo ello, podemos informarnos en la Plataforma Representativa Estatal de Personas con Discapacidad Física (PREDIF).

Planificación anticipada

Antes de embarcarse en un viaje con personas mayores, es preciso realizar una planificación previa, asegurándonos de tener en cuenta sus necesidades y preferencias.

Hay que consultar con ellos sobre sus condiciones de salud, medicamentos que deban tomar regularmente y las limitaciones físicas que puedan tener.

También es más que recomendable saber qué servicios de atención médica están disponibles en el destino y anotar los números de contacto de hospitales, clínicas y médicos locales, amén de llevar suficiente medicación y documentos médicos importantes.

Elegir bien las actividades

A la hora de elegir actividades durante el viaje, primero hay que considerar las preferencias y necesidades de las personas mayores. En este sentido, debemos optar por actividades de bajo impacto físico, pero sin caer en el sedentarismo en personas mayores, como paseos tranquilos por la playa / naturaleza, visitas a museos, jardines botánicos, espectáculos culturales, etc.

Es una recomendación más que lógica pero que conviene recordar: se deben evitar actividades que requieran mucho esfuerzo físico o sean demasiado extenuantes para los adultos mayores, especialmente en las horas de mayor calor.

Máximo cuidado de la piel

Gorras, sombreros, protector solar de máxima eficacia, gafas de sol… Toda protección es poca cuando el sol aprieta para cuidar la piel de nuestros mayores.

Ropa y calzado adecuados

La comodidad en la ropa y el calzado no se pueden negociar.

Si se planean excursiones o caminatas, elige ropa ligera pero protectora, como camisas de tejidos naturales y finas, así como pantalones ligeros para protegerse del sol. En suma, no llevar ropa ajustada o que restrinja el movimiento. Asimismo, asegúrate de que todos lleven zapatos cómodos, transpirables y resistentes para evitar rozaduras o lesiones en los pies.

Confort en el alojamiento

Otro factor diferencial: la selección de alojamiento.

Es necesario elegir hoteles, resorts o apartamentos que ofrezcan comodidades adecuadas para su estancia, como el hecho de que haya ascensores o habitaciones en la planta baja disponibles, instalaciones accesibles para personas con discapacidades o incluso servicios adicionales como asistencia médica de emergencia.

Lo que queremos es saber que no existen las barreras arquitectónicas, o que si las hay se salvan con rampas y otros elementos, tal y como hacemos en nuestra residencia de El Cel de Rubí.

Reservar alojamiento en una ubicación céntrica o a pocos pasos del lugar habitual de ocio, como la playa, y sin importantes cuestas, también es otro punto a favor.

Itinerario flexible y una logística óptima

También es esencial planificar un itinerario que no incluya un programa demasiado apretado, sin tiempo suficiente para descansar y relajarse. Buscamos fomentar su envejecimiento activo, no sobrecargarlo.

Es obligatorio incorporar paradas frecuentes durante las visitas turísticas y asegurarse de incluir actividades que sean de interés para todos los miembros del grupo, adaptándolas a los gustos y capacidades de las personas mayores.

Al mismo tiempo, el transporte es otro factor a tener muy en cuenta.

En la medida de lo posible, debemos priorizar opciones que sean cómodas y seguras para las personas mayores. Por ejemplo, si van a viajar en avión, considerar solicitar asistencia en el aeropuerto para evitar largas caminatas o tiempos de espera extensos.

En otros medios como autobuses o trenes, verificar si ofrecen servicios especiales para personas con discapacidades o si cuentan con acceso fácil y seguro para los adultos mayores.

En este sentido, es crucial, en trayectos largos, programar paradas frecuentes para que las personas mayores descansen y estiren las piernas. Esto ayuda a reducir el cansancio y el malestar.

Carné de jubilado y descuentos

Como consejo, en multitud de lugares de interés en España y de Europa, así como en transportes, restaurantes, sitios culturales, etc. realizan descuentos a personas mayores y personas con discapacidad.

Aprovecha estas ofertas para la tercera edad y ahorra dinero en tus actividades y compras llevando el carné de jubilado.

La importancia de la hidratación

Uno de los principales factores que pueden alterar el bienestar y cuidado de los mayores durante las vacaciones es el viajar a zonas muy calurosas. No en vano, una de las afecciones más peligrosas en la tercera edad en verano son los golpes de calor y las deshidrataciones.

Por ello, mantenerse hidratado es fundamental, especialmente durante los viajes y las actividades al aire libre. Es importante llevar botellas de agua y animar a nuestros mayores a beber líquidos regularmente.

Botiquín de primeros auxilios

Preparar un botiquín de primeros auxilios es una precaución inteligente al viajar con personas mayores.

Aquí incluimos medicamentos básicos, vendajes, desinfectantes, analgésicos y cualquier otro elemento necesario para hacer frente a lesiones menores o malestares.

Paciencia y comunicación

Viajar con personas mayores en vacaciones requiere a veces un poco más de paciencia y comprensión. Pero no hay nada que no se remedie prestando atención a sus necesidades y escuchando sus sugerencias, es decir, manteniendo una comunicación abierta y asegurándonos de que se sientan cómodos y apoyados durante todo el viaje.

En definitiva, pasar las vacaciones con personas mayores puede ser una experiencia de lo más gratificante y enriquecedora siempre que se tomen las precauciones adecuadas y se planifique de manera responsable, eligiendo destinos accesibles, alojamientos confortables, las actividades adecuadas y teniendo en cuenta sus necesidades médicas y preferencias de ocio y disfrute.


cuidado personas mayores en invierno

Consejos para el cuidado de personas mayores en invierno

En este blog ya hemos detallado algunos de los mejores consejos para proteger a las personas mayores en verano. Y tan obvio es que el verano es una época del año donde se tiene que redoblar el cuidado y atención de los mayores y personas dependientes, como que en invierno sucede exactamente lo mismo. Por eso, hoy queremos hablaros sobre los principales consejos de cuidado de personas mayores en invierno.

El frío: mayores riesgos para nuestros mayores

Durante el invierno bajan considerablemente las temperaturas. Esto supone un grave riesgo para la salud de las personas mayores. Tanto cuidadores como familiares, cuando llega esta época, nos encontramos ante situaciones que requieren prestar más atención si cabe, velar por el cuidado de los ancianos y prevenir los riesgos asociados a su salud durante los meses de mayor frío del año.

De hecho, junto al calor extremo, el frío puede ser el peor enemigo para los ancianos. Empezando por el riesgo de caídas o lesiones por el aumento de los días de lluvia y de nieve, siguiendo por su mayor susceptibilidad de sufrir los efectos de las bajas temperaturas en forma de catarros, resfriados y gripe, así como hipotermia, dolores de huesos y articulaciones, etc. tal y como recoge la guía de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología sobre las personas mayores más vulnerables ante el frío.

¿Cómo podemos cuidar a las personas mayores en invierno?

Como todos sabemos, en esta estación el riesgo de sufrir enfermedades cardiorrespiratorias, como gripes, catarros o neumonías, aumenta considerablemente, y se pueden agravar los síntomas de patologías articulares muy frecuentes en las personas mayores, como la artrosis o el reuma. A ello debemos sumar los cambios en el estado de ánimo.

De esta manera, para poder cuidar a los mayores durante el invierno, desde El Cel de Rubí apostamos por las recomendaciones que os ofrecemos a continuación.

Lavarse las manos con regularidad

También debemos citar los hábitos de higiene saludables en invierno, entre ellos y de forma destacada lavarse las manos con regularidad. Esto impide la proliferación de gérmenes que pueden desencadenar y propagar multitud de patologías, evitando coger la gripe, el resfriado y otras infecciones. Es muy importante lavarse las manos siempre que estén sucias, después de sonarse la nariz o ir al baño, así como antes de comer y preparar alimentos. En este sentido, es vital también usar pañuelos desechables.

Acondicionar la temperatura y los dispositivos adecuados en el hogar

Crear un espacio bien climatizado para impedir que los mayores se sientan incómodos es la base de su bienestar en invierno. De entrada, hay que mantener un aislamiento térmico adecuado de su residencia y que permita tanto el ahorro energético como que el sistema de calor sea eficaz. Así, la temperatura ideal para su hogar se sitúa en torno a los 21º C. Para ello, hay que evitar tener las ventanas abiertas durante demasiado tiempo y contar con buen sistema de calefacción. Y aparejado con este último, mucho cuidado con las estufas eléctricas, braseros y calefacciones de gas: pueden ocasionar graves accidentes domésticos por incendio o inhalación especialmente en viviendas con personas ancianas. La calefacción de gas o los radiadores eléctricos son más recomendables.

Junto a buena climatización, hay que proporcionar también una buena iluminación, especialmente en la habitación donde la persona mayor pasa la mayor parte del tiempo, ya que ayuda a estimular los mecanismos hormonales que estimulan el buen humor.

Y como consejo, los humidificadores son una excelente herramienta para mantener el aire hidratado y consumir aire limpio, así como mantener a raya las grietas y el enrojecimiento de la piel.

chimenea invierno
Foto de Matt Seymour en Unsplash

Cuidar la salud emocional mediante la socialización y las visitas

La socialización de nuestros mayores, con talleres (aquí os dejamos un ejemplo de nuestro taller de roboterapia), los juegos, grupos de debate y lectura, etc. son fundamentales. Es decir: ayudarles a ejercitar la mente con buenas lecturas, conversaciones, juegos de mesa… Al mismo tiempo, es crucial que mantengan un contacto frecuente con los familiares, que sientan ese apoyo en su estancia en una residencia o en su propio hogar, complementando la labor de los cuidadores.

Todo ello evitará que aparezca la nostalgia, el aislamiento, insomnio, tristeza, soledad o irritabilidad características de épocas con bajas temperaturas.

En definitiva, debemos procurar que el frío pueda incidir en la salud mental de las personas mayores, algo que puede llegar a deteriorar su capacidad cognitiva.

Actividades y ocio al aire libre

Las probabilidades de salir a hacer actividades al aire libre, fundamentales para mantener el cuerpo activo, se reducen considerablemente en invierno. Pero la actividad física no desaparece del todo. Un anciano necesita seguir ejercitándose en la época más fría del año, como mínimo durante unos 10 - 20 minutos una o dos veces a la semana. En cualquier caso, es importante mantener activa a la persona mayor de forma diaria. De hecho, en El Cel Rubí durante el invierno mantenemos la misma rutina de ejercicios diarios ya que la temperatura del centro siempre es una temperatura de confort para nuestros mayores.

Evidentemente, hay que ser más prudente los días de lluvia, nieve o viento, en los que hay más riesgo de caídas. Dar paseos, especialmente al mediodía con las horas de menos frío y más luz, y respirar aire puro, reduce el riesgo de contagio de gripe o catarro y mejora la circulación de la sangre.

Llevar la ropa adecuada

Hay que tener en cuenta que conforme se llega a la tercera edad se soporta menos el frío. Así, resistir a las bajas temperaturas también pasa por contar con el vestuario adecuado. Varias capas de ropa cálida y ligera cuando salimos a la calle, tejido transpirable para las prendas en contacto con la piel, y en definitiva la recomendación de llevar 3 capas:

  • una primera en contacto con la piel para evacuar la humedad y mantener la temperatura corporal,
  • una segunda que estabiliza la temperatura
  • y una tercera (chaqueta) que impide que se pierda calor.

Recordemos que donde se produce mayor pérdida de calor es en la cabeza, manos y pies, para lo que se debe usar gorro, guantes y calcetines apropiados. Además, usar pijama grueso y, si es necesario, también ropa interior larga.

persona mayor con abrigo

Vacunarse contra la gripe

El invierno trae consigo una mayor probabilidad de contraer un resfriado o gripe. Por tanto, una de las primeras acciones que debe hacer una persona mayor ante la llegada del frío es vacunarse contra la gripe estacional. La vacuna contra la gripe reduce hasta un 75% su aparición y disminuye un 70% las posibilidades de hospitalización. Y también optar, después de los 65 años, por la vacuna de la neumonía.

Esto se recomienda especialmente en el caso de los ancianos que sufren algún tipo de patología, ya que son más vulnerables a sufrir algún tipo de complicación o de tener un alto riesgo de complicaciones en el caso de padecer catarros o resfriados.

Alimentación equilibrada y cuidado de la nutrición

Durante el invierno, los mayores necesitan incrementar el aporte calórico de su dieta. De esta manera, se lucha contra la pérdida de calorías que provoca el frío. Por ello, en invierno es necesario ofrecerla una dieta rica en frutas y verduras de temporada, así como aumentar la ingesta de cítricos (ricos en Vitamina C) e hidratos de carbono como arroz, pasta o legumbres. Es preferible hacer comidas ligeras, ricas y equilibradas, además de ingerir bebidas calientes como sopas de verduras, una buena fuente de vitaminas, y productos bajos en grasa (pescado y carnes magras), que contribuyen al bienestar del organismo.

comida caliente en invierno

La importancia de la hidratación

Además de una adecuada alimentación, es obligatorio mantener también una hidratación adecuada. ¿Cómo? De entrada, los mayores deben tomar al menos dos litros de líquidos diarios (entre 8 y 10 vasos al día) y beber abundantes líquidos, ya sea agua, infusiones, caldos o zumos, incluso cuando no se tenga sensación de sed. Mejor evitar las bebidas con cafeína y alcohol.

El cuerpo sigue necesitando hidratarse y beber, ya que el clima puede resecar la piel, generar la aparición de ronchas, escamas y grietas…

Cuidar de las personas mayores en invierno es más importante incluso que en otros periodos del año, ya que necesitan sentirse queridos, estar bajo los mejores cuidados en un ambiente de bienestar, mantenerse activos, seguros, con una dieta equilibrada y sin ver alteradas sus relaciones sociales. Todo, para garantizar su salud y evitar complicaciones con la llegada del frío.


manos de persona mayor

El maltrato en personas mayores

Según la OMS, el maltrato a una persona mayor es “un acto único o repetido que causa daño o sufrimiento a una persona de edad avanzada, o la falta de medidas apropiadas para evitarlo, que se produce en una relación basada en la confianza”. Según la Declaración de Toronto (2002), la definición de maltrato a la gente mayor es toda “acción única o repetida, o carencia de respuesta adecuada, que se produce en cualquier relación en que haya una expectativa de confianza y que provoca daños o angustia en una persona mayor". En este nuevo post, queremos abordar todo lo relacionado con el maltrato a personas mayores, qué tipos de maltratos existen, cómo prevenirlos y cómo abordarlos.

Compromiso con las personas mayores

El Grupo Rubí Social siempre defiende a diario su compromiso con el cuidado de las personas mayores. Además de la labor 24/7/365 como residencia, seguimos desarrollando y participamos en otras acciones para combatir este problema. Una de las más importantes es la colaboración con el Ayuntamiento de Rubí y la Diputación de Barcelona en la elaboración de la “Guía Local para hacer frente a los maltratos de las personas mayores”.

Los objetivos de esta guía son:

  • Impulsar la investigación del maltrato a los ancianos.
  • Sensibilización de los equipos profesionales que trabajan con gente mayor sobre el fenómeno del maltrato.
  • Profundizar en el conocimiento de los maltratos a personas mayores.
  • Proporcionar criterios para prevenir, detectar e intervenir en los maltratos.
  • Facilitar una herramienta para orientar las actuaciones de los equipos profesionales.
  • Destacar la importancia del abordaje multidisciplinario y que la carencia de respuesta adecuada también es una forma de maltrato.

En este sentido, es fundamental la comunicación y el abordaje multidisciplinar para detectar las situaciones de riesgo. Por ello, colaboramos activamente tanto con los Servicios sociales del Ayuntamiento de Rubí como con otras entidades locales, como por ejemplo los Centros de Atención primaria, Centros de Salud Mental de Adultos, etc.

Una ‘pandemia’ silenciada y subestimada

El maltrato a los mayores es una realidad silenciosa y de escasísimo debate público. Una de las razones es que los mayores apenas se notifican casos de maltrato.

¿Por qué? Según el citado informe de la OMS, se debe al temor a las represalias, no querer causar problemas a su maltratador -especialmente si es un familiar-, carecer de las facultades mentales necesarias –deterioro cognitivo-, la falta de conciencia y sentir vergüenza. Y es que a menudo los maltratadores disfrutan de una relación de cercanía y confianza con los mayores.

A ese problema invisible se le une el hecho de que no interesa demasiado estudiarlo, a juzgar por las pocas investigaciones que se han llevado a cabo para abordar el tema. Y a mayor dependencia, mayor posibilidad de maltrato.

Las estadísticas también desvelan que son más las mujeres mayores que sufren maltratos respecto a los varones, si bien esto también puede deberse a que ellas tienen una mayor esperanza de vida y más riesgo de sufrir deterioro cognitivo.

Imagen de Alexandra_Koch en Pixabay

Tipos de maltrato en personas mayores

Según el estudio Prevalencia de malos tratos hacia personas mayores que viven en la comunidad en España, publicado en 2012 en la revista científica Medicina Clínica, el tipo más frecuente de malos tratos es el psicológico (11,5 %), seguido del maltrato físico y sexual (2,95 %). La negligencia (2,07 %) y el abuso económico (1,11 %) son menos frecuentes.

Veamos a continuación más detalles sobre los tipos de maltrato más habituales hacia personas mayores:

  • Maltrato psicológico: Aislamiento, coacción, insultos, menosprecio, gritos, burlas, amenazas, falta de respeto, dominio, imposición…
  • Abuso económico: Es el uso ilegal o impropio de todos o algunos de los fondos económicos, bienes, propiedades o posesiones de la persona mayor. Al igual que el maltrato psicológico, se da mayoritariamente en el entorno familiar.
  • Negligencia: Hablamos de casos como descuidar la medicación, alimentación o higiene de la persona mayor
  • Maltrato físico: Usar la fuerza física para causar daños corporales en forma de golpes, empujones, patadas, bofetadas, quemaduras, etc.
  • Agresiones sexuales: Va desde desnudez forzada a violación, tocamientos…
  • Abandono: Dejar desamparada a una persona y omitir nuestra responsabilidad también es una forma de maltrato.

Hay otros maltratos que se conocen como ‘sutiles’. Se dan cuando, por ejemplo, se administran fármacos de manera abusiva para que el anciano se mueva menos o para estimularle si está adormilado. Infantilizar el trato, o manipular constantemente, también son formas de maltrato sutil.

Soluciones y alternativas para afrontar este problema

Para dar respuesta a semejante desafío, y con motivo del Día Mundial de Toma de Conciencia de Abuso y Maltrato en la Vejez, la OMS y sus asociados publicaron el documento Tackling abuse of older people: five priorities for the UN Decade of Healthy Ageing (2021–2030), en el que presentaron 6 prioridades para el Decenio de las Naciones Unidas del Envejecimiento Saludable (2021-2030). Son:

  • Combatir el edadismo, una de las principales razones por las que el maltrato a las personas mayores recibe tan poca atención. El edadismo es la discriminación por edad, es decir, los estereotipos (cómo pensamos), prejuicios (cómo nos sentimos) y discriminación (cómo actuamos) con las personas en función de su edad.
  • Generar más datos y de mejor calidad para concienciar sobre este problema.
  • Concebir soluciones rentables para poner fin a este tipo de maltrato y ampliar su uso.
  • Elaborar un argumentario a favor de la inversión en este asunto para convencer de que es un dinero bien empleado.
  • Recaudar fondos, ya que se necesitan más recursos para abordar el problema.

Estas medidas hablan a las claras de otro tipo de maltrato, el institucional, que es el que ejercen las administraciones cuando no aportan los recursos necesarios para que las personas mayores tengan una vida digna.

Por ello, también es fundamental fomentar el buen trato hacia ellos mediante campañas de sensibilización dirigidas a la sociedad, las administraciones públicas y empresas.

Imagen de Anja en Pixabay

Pistas y consejos para detectar el maltrato a tiempo

Al igual que sucede con los niños, los mayores, en muchos casos, especialmente si no son autónomos e independientes, están en situación de vulnerabilidad. Por lo tanto, tenemos que estar muy alerta para detectar cualquier signo que indique que algo no va bien.

Es imprescindible actuar antes de que estas situaciones puedan generar lesiones físicas, agravamiento de enfermedades o incapacidad permanente, por un lado, y ansiedad, soledad y pérdida de la esperanza y la confianza por otro lado.

De entrada, hay que tener en cuenta que el perfil del maltratador suele responder a alguien que consuma drogas o alcohol, que abuse del uso de fármacos, con elevados nivel de estrés, falta de apoyo social, sin formación en atención a las personas mayores, en situación de dependencia afectiva o económica de la persona mayor

En el caso de los cuidadores o el personal sanitario, la falta de formación, el estrés laboral y un escaso control por su labor son las principales razones.

Al respecto, las personas mayores que son proclives a ser víctimas de maltrato físico o psicológico suelen presentar algún deterioro cognitivo o trastorno psicológico, estar en situación de dependencia, ser de edad muy avanzada, o sufrir demencia con conductas muy alteradas viviendo con cuidadores familiares.

Señales de alerta

Lo primero que hay que considerar es que todos (familia, residencia, profesionales, amigos, etc.) deben ejercer la vigilancia. A partir de aquí, es fundamental que nuestros mayores no se vean o sientan aislados, que tengan un interlocutor válido y confiable para que expresen lo que les pasa o sienten.

Precisamente esto ayudará a detectar las señales de alarma que nos indican que puede haber malos tratos, como son:

  • No poder llevar a cabo sus actividades de la vida cotidiana y estar en situación de aislamiento.
  • No poder recibir visitas ni comunicarse con sus allegados porque los familiares u otras personas se lo impiden.
  • Movimientos extraños en sus cuentas bancarias, firmas en contratos que no tienen sentido…
  • Una apariencia muy descuidada.
  • Encontrar signos de desnutrición o deshidratación.
  • Que muestren una actitud de miedo, retraimiento o inquietud, y con el estado de ánimo alterado (insomnio, ansiedad, confusión, etc.)
  • Manifiesta un deseo manifiesto y reiterado de morirse.

Frente a ello, debemos actuar con la máxima rapidez y celeridad, informando a los Servicios Sociales, al Imserso, a la residencia o a alguna de las Asociaciones que velan por el bienestar de las personas mayores, como CEOMA o EIMA.

Prevención del maltrato a personas mayores

A la hora de prevenir el maltrato en mayores, hay multitud de acciones que podemos llevar a cabo, entre ellas:

  • Evitar el aislamiento social.
  • Campañas de concienciación pública y profesional.
  • Adecuar la vivienda de las personas mayores a sus necesidades.
  • No sobrecargar a los cuidadores principales y favorecer y facilitar el apoyo social, institucional y familiar.
  • Programas intergeneracionales desde la escuela.
  • Buscar apoyo psicoterapéutico.
  • Que dispongan de un cuaderno donde puedan escribir sus vivencias, sentimientos, temores, etc.
  • Líneas telefónicas de ayuda, casas de acogida y alojamientos de emergencia.
  • Políticas relativas a la atención en residencias para definir y mejorar los estándares de atención.
  • No calificar a la persona y no usar lenguaje que le estigmatice.

En general, la mejor prevención son las intervenciones que realizan los cuidadores, aliviando la carga que soportan los allegados a la persona mayor, además de una mejor financiación del dinero para quienes tengan mayor riesgo de sufrir explotación económica.

En este sentido, es clave que tanto el sector de la salud como las administraciones se responsabilicen de sensibilizar a la opinión pública sobre este problema.

Puntos básicos de la intervención en casos de maltrato

  1. Prevenir: Observar y detectar aquellas situaciones de riesgo que pueden ser causa de un maltrato ya sea por acción o por omisión.
  2. Proteger pero sin ser extremadamente invasivos, respetando en todo caso la capacidad de decidir de la persona: Cualquier intervención tiene que contar con la persona implicada. No contar con la víctima en caso de maltrato nos convierte en parte del problema, pues estamos anulando su capacidad de decisión. Para garantizar que se respeta la voluntad de la persona cuando esta no esté capacitada para decidir, es crucial contar con un documento de voluntades anticipadas que actúa como mecanismo de autoprotección de la persona dependiente.