El programa de actividades de El Cel Rubí

Hay distintos temas que son de vital importancia para abordar todo lo que conlleva la vida en nuestras residencias, de algunos ya os hemos hablado anteriormente en el blog. Por ello, hoy queremos hablaros de otro tema crucial en el día a día de nuestros mayores: el programa de actividades de El Cel Rubí.

Las actividades, el motor del día a día

Nuestro centro está adaptado a las necesidades de los usuarios con el fin de garantizar el máximo nivel de autonomía y bienestar, velando nuestro personal por el bienestar durante toda la estancia del usuario en el centro y desde diversas disciplinas: auxiliares de enfermería y geriatría, médicos, servicio de enfermería, psicóloga, terapeutas, educadores y trabajadores sociales, fisioterapia, así como servicios de lavandería, peluquería, podología, transporte adaptado, acompañamiento, atención y limpieza domiciliaria y cocina propia.

En ese cuidado integral, un asunto elemental son las actividades específicas que realizan nuestros mayores.

En primer lugar, las actividades son multinivel: dentro de una misma actividad hay diferentes dificultades para que los usuarios que participan, sin importar su capacidad actual.

De esta forma, nuestros mayores siempre pueden disfrutar de la actividad, especialmente teniendo el punto terapéutico de refuerzo de capacidades y retención, para no perder tan prematuramente sus capacidades.

En El Cel Rubí tenemos claro que el objetivo de una actividad es disfrutar y ser feliz, pero todas tienen una bastante terapéutica.

Por otro lado, realizamos actividades en paralelo aprovechando los diferentes perfiles técnicos que tenemos. Un ejemplo: mientras un grupo realiza ejercicios en 'Actívate' - la gimnasia matinal-, otro grupo que no pueda seguir este tipo de gimnasia hace estimulación sensorial.

Con diferentes actividades en paralelo, podemos dar a los usuarios varias opciones según sus gustos y capacidad de seguir la actividad.

Con esta propuesta diaria, nos aseguramos al mismo tiempo que las personas con  alto deterioro cognitivo participen diariamente en alguna actividad. Su pérdida de capacidad decisoria nos lleva a reforzar el beneficio terapéutico de las mismas, y esto es de suma importancia.

Las actividades más destacadas

Disponemos de un calendario de actividades dirigidas mensual, disponemos de diferentes áreas de actuación:

  • Estimulación cognitiva: Atención i concentración, Bingo, Cálculo, Conversa, Memoria, reminiscencias, Musicoterapia, praxias, razonamiento, taller de costura, orientación espacial y temporal, manualidades, terapia canina, tertulias
  • Estimulación sensorial: estimulación basal, reconocimiento auditivo, táctil, visual y olfativo, juegos de pelota, roboterapia, estimulación en sala multiseosnrial
  • Psicomotricidad: Activate, basket, bolos, diana, juego de aros o de pelota, kriket, taller funcional.
  • Fisioterapia: Crossfit, marcha y bipedestación, fisioterapia encamados, gimnasia global extremidades
  • Ludoterapia, juegos de mesa, cartas, domino,
  • Actividades de ocio entre otras actividades de centro.

Seguro que habéis podido ver en nuestras redes sociales que no pasamos por alto ningún cumpleaños de nuestros mayores.

Cada mes la Educadora Social pone los cumpleaños de los usuarios en el calendario del comedor. Lo celebramos y felicitamos a cada persona, y si la familia quiere, puede llevar pastas o entremeses para compartir.

Pero también hacemos muchas otras actividades:

  • Sala multisensorial y roboterapia: Realizamos terapia sensorial en el espacio Snoezelen, especialmente pensado para la participación de personas con alta dependencia.
  • Tareas del hogar: De forma siempre voluntaria los usuarios que lo quieran pueden doblar toallas o baberos, ayudar a poner la mesa a las auxiliares, enrollar venas compresivas, colocar baberos a los usuarios antes de las comidas... Con ello fomentamos la autoestima y la sensación de utilidad e importancia de cada persona mayor.
  • Fiesta de la familia: Este acontecimiento anual tiene como principal objetivo incorporar a los familiares a la dinámica del centro y ofrecer a los usuarios un día en el que poder disfrutar de la familia y de los compañeros. Esta jornada festiva se basa en la celebración de una comida de hermandad.
  • Apoyo familiar: Junto a la fiesta de la familia, realizamos monográficos y sesiones formativas para familiares, donde tratamos varios temas del centro, con información específica del usuario, etc.
  • Programa de voluntariado: Ya sea con familiares, amigos o con proyectos de escuelas, practicamos el programa de voluntariado con actividades dentro del calendario, donde normalmente se comparte o muestra alguna nueva habilidad.
  • Trabajo comunitario: Realizamos salidas en la comunidad con acompañamiento de familiares y voluntarios. Visitamos y paseamos por lugares particulares del barrio donde los usuarios se sienten identificados y recuerdan vivencias pasadas.
  • Taller Solidario: Los participantes realizan varios productos artesanales a propuesta suya y estos trabajos se ponen a la venta, pudiendo destinar los beneficios a un proyecto social de su elección.
  • Taller de Cocina: Los usuarios proponen a cocina un plato a realizar que les recuerde algún hecho importante de su vida. Además, también contamos con talleres de y cocina de la cena de los viernes, donde los mismos usuarios preparan el segundo plato de la cena, empanadas, pizzas, etc.
  • Fiesta de San Jordi: Se interpreta la leyenda del dragón y San Jordi por parte de los usuarios, trabajadores y familiares. Se acude al centro de la ciudad a ver las paradas de libros y rosas
  • Fin de semana del ocio: Cada fin de semana vemos una película por la tarde, con palomitas y refrescos. Es una actividad que surgió desde el consejo de participación del centro, cuando nuestros mayores decidieron que querían cine los fines de semana. Para ello, adquirimos una televisión de 75" y disponemos de Movistar TV para que puedan elegir la película que deseen.

Actividades socio-educativas en fechas señaladas

Por supuesto, en fechas como Nochevieja, Reyes o Carnaval, celebramos las campanadas en la cena, se hace un regalo para todos los usuarios, una comida especial y roscón, y hacemos una fiesta de disfraces, respectivamente.

¿Cómo organizamos las actividades?

La Educadora social, psicóloga, la terapeuta ocupacional y la fisioterapeuta son quienes principalmente velan para hacer un calendario de actividades equilibrado y con la máxima participación.

Así, cada profesional, ya sea psicólogo, terapeuta, terapeuta ocupacional o educador social, planifica sus actividades, todas quedan registradas en nuestro software de gestión, la información es totalmente transversal y hay una buena coordinación del equipo para no repetirlas y para disponer de un calendario mensual.

Contar con la participación de todos

La participación de nuestros mayores y sus familiares, junto con el personal de El Cel de Rubí, es la base sobre la que se sustentan todas las actividades de nuestro centro. Para ello, fomentamos dicha participación de forma específica según cada grupo:

Los familiares

  • Consejo de participación
  • Encuestas de satisfacción
  • Buzón de sugerencias y quejas
  • Hojas de reclamación
  • Grupos de acogida y monográficos
  • Reuniones puntuales

Colectiva

  • Consejos de participación
  • Reuniones puntuales

Individuales

  • Encuestas de satisfacción
  • Buzón de sugerencias y quejas
  • Hojas de reclamación
  • Reuniones puntuales

Actividades fijadas en el calendario

A principios de cada año, diseñamos el Calendario anual de actividades según la participación y su éxito en el pasado curso, organizando también con antelación las distintas actividades lúdicas en función del calendario mensual de las actividades dirigidas.

Además, informamos con mucha previsión a nuestros mayores, futuros residentes y sus familias sobre las actividades de El Cel Rubí para lograr que se involucren y participen.


historia de vida

Historia de vida: su importancia en el ingreso y la vida en una residencia para mayores

En El Cel de Rubí trabajamos con un programa de Atención Centrada en la Persona (ACP) fundamental para el ingreso y la estancia de las personas mayores en nuestros centros: la Historia de Vida.

En este post, vamos a conocer a fondo esta metodología que ayuda de forma decisiva a facilitar el ingreso y la nueva vida de los residentes en los centros, mejorando las relaciones familiares y con los trabajadores y evitando la exclusión social.

¿En qué consiste la historia de vida?

Este proceso, que realizamos con el ingreso de cualquier persona en nuestra residencia de ancianos de Rubí, trata de conocer los pormenores y detalles, así como el contexto y las experiencias vividas, para de esta manera saber más y mejor, desde el inicio, los gustos y habilidades de cada usuario.

Conociendo su historia vital, hacemos que sus primeros pasos y la adaptación a su nueva vida y hogar sea más sencilla. Por ejemplo, podremos definir, dentro de lo posible, qué preferencias tiene sobre su estancia, lo que le gusta desayunar, las comidas que le gustan y las que no, para poder ofrecer un alternativo… Además de poner en común esas actividades y habilidades que cada uno posee para poder relacionarse con personas que tengan las mismas y, sobre todo, para incluirla en el programa de actividades.

En definitiva, la historia de vida de los residentes nos permite conocerles con mucho detalle y usar sus biografías para darles voz y voto, reforzar su identidad y su rol dentro de la residencia, potenciar su dignidad y hacer de este intercambio de información un reconocimiento a su memoria y a su vida.

Los objetivos de la historia de vida de los residentes

Poniendo al nuevo residente como eje central, el objetivo de apostar de conocer y confeccionar la historia de vida de cada residente es que todo el equipo de profesionales trabaje de forma conjunta para conocer en profundidad a cada uno de los mayores, sus preferencias y necesidades, saber cómo quiere ser atendido y en definitiva mejorar su calidad de vida.

Mediante este proceso, el usuario se siente en familia desde el mismo día del ingreso, y se facilita la creación de vínculos con otros residentes y los profesionales que trabajan a diario a su lado.

Al mismo tiempo, este proceso busca trabajar la estimulación cognitiva del usuario, su memoria, y una adaptación y la cohesión al centro mucho más plena.

¿Cómo se hace una historia de vida?

En la historia de vida podemos recoger todos aquellos aspectos de la vida de la persona que sean importantes para ella.

Una estructura básica pasa por conocer sus datos básicos, costumbres, gustos y tradiciones, así como los detalles de su infancia, adolescencia, madurez y presente. Desde el lugar de nacimiento a sus padres, amistades, amores, estudios, religión, trabajo, hijos, vivienda, hobbies, entorno familiar y social…

Por supuesto, también es muy interesante saber si ha vivido algún periodo histórico y que le haya marcado. Para ello, nada mejor que contar con documentos personales como fotos, libros, etc.

No hay que olvidar que, además de recoger los datos de la vida de la persona en su pasado, es vital recoger sus sentimientos / estado de ánimo en el momento actual, para determinar sus expectativas de futuro y su nuevo proyecto de vida en la residencia.

Así, esta guía vital arranca tras el primer acceso al centro con una entrevista en profundidad a la familia y al residente para ir detallando aspectos concretos de la vida de la persona. Esa información se traslada después al equipo de El Cel de Rubí, de forma que todos los profesionales (terapeutas ocupacionales, médicos, fisioterapeutas,  enfermeros, psicólogos, etc.) podrán conocer al residente, diseñar un plan a medida, personalizar la atención, etc. En este sentido, la participación coral de todos es clave para unos cuidados y atención que respeten al máximo la autonomía y capacidad de decisión de las personas mayores

El acompañamiento del centro

Y para confeccionar la historia de vida o los diferentes tipos de historias, es necesario que participe una segunda persona, además de un familiar. Habitualmente, la historia de vida normalmente la recoge el terapeuta o la trabajadora social como parte del ingreso, y va adjunta al pictograma que se realiza sobre la parte social de la persona.

Como vemos, los beneficios de apostar por esta práctica durante el ingreso de cada persona mayor son muchos. Entre los más importantes destacan:

  • Potenciamos la memoria y fomentamos la orientación espacial y temporal, dado que la persona mayor se verá obligada a evocar los recuerdos de su vida.
  • Reforzamos su identidad y reconocimiento como persona, algo especialmente útil en personas, por ejemplo, con algún grado de demencia o Alzheimer.
  • Los profesionales pueden identificar las actividades específicas para cada residente, tanto las que necesita como las que le hacen disfrutar. Esto personaliza al máximo la atención y ayuda a que la persona esté más participativa, aprende más y se vea más involucrada en las actividades de la residencia.
  • Se fortalecen vínculos con la familia.

La importancia de conocer la historia de vida de cada residente

Observando sus beneficios, podemos entender mejor lo importante que es cada historia de vida de cada residente.

Porque la historia de vida es la herramienta clave para conocer ya de entrada a las personas, y esta personalización del cuidado es la llave del éxito en la atención. No en vano, conocer a las personas que acompañamos resulta la única forma óptima de poder apoyarlas en su nuevo proyecto de vida.

Saber de cada trayectoria individual, de su personalidad única, de su estado de salud física y mental, y del contexto sociofamiliar, condicionará su respuesta ante su estancia en el centro y la nuestra como profesionales en la atención. Y es que las personas mayores, lejos de ser todas iguales, manifiestan distintas necesidades, capacidades y expectativas.

En definitiva, con esta historia de vida podemos empoderar a cada persona para ser un agente activo en su día a día y no un mero receptor de cuidados.

Este método es especialmente beneficioso en personas que tienen alguna demencia y que no nos pueden explicar su pasado, ya que necesitamos que sus familiares nos expliquen su biografía para poder hacer el mismo trabajo. En definitiva, para respetar e intentar adaptar sus cuidados al máximo, aunque la persona por cualquier motivo no se dé cuenta.


primeros auxilios

Primeros auxilios en personas mayores

Las personas, a medida que envejecemos, nos volvemos más vulnerables ante cualquier lesión. Es por ello que los mayores tienen más riesgo de sufrir accidentes debido a la disminución de sus funciones, a ser más propensos a caerse, lesionarse o enfermar. Ante dichas situaciones, se hace vital conocer cuáles son los primeros auxilios en personas mayores y cómo se deben realizar, ya sea para manejar caídas, quemaduras, problemas cardiovasculares u otros accidentes comunes. Se trata de un conocimiento clave para las familias y los propios ancianos, y especialmente para las residencias de personas mayores como El Cel Rubí.

Foto de Martin Splitt en Unsplash

¿Qué son primeros auxilios en personas mayores?

Los primeros auxilios son las medidas inmediatas que se toman en una persona lesionada, inconsciente o que enferma súbitamente, en el sitio donde ha ocurrido el incidente (escena) y hasta que llega la asistencia sanitaria (servicio de emergencia).

Los primeros auxilios, lógicamente, están pensados para ayudar, no para causar más daño, por lo que hay que saber aplicarlos con éxito para:

  • Mantener vivo al accidentado.
  • Evitar nuevas lesiones o complicaciones.
  • Poner al accidentado lo antes posible en manos de servicios médicos.
  • Aliviar el dolor.
  • Evitar infecciones o lesiones secundarias.

Conocer los aspectos esenciales sobre los primeros auxilios ayuda a salvar vidas y a disminuir los riesgos.

El método PAS

En el caso de los primeros auxilios en ancianos, nos movemos siempre bajo las directrices del método PAS: Proteger, Avisar y Socorrer.

Primero hay que proteger. Es decir, evitar que la fuente de daño siga actuando y no realizar acciones si no se conocen las técnicas. Después hay que avisar, para que los servicios de emergencias lleguen cuanto antes. Por último, hay que socorrer. Si ya se ha avisado y se conocen los métodos para actuar, se pueden realizar las técnicas de primeros auxilios en ancianos.

Cómo realizar los primeros auxilios en mayores

A continuación, os explicamos las situaciones más habituales y/o propensas de accidentes en adultos mayores y cómo brindarle primeros auxilios de forma adecuada.

Intoxicaciones

Cuando aparece una intoxicación hay que averiguar cuál ha sido la causa, es decir, identificar el producto y dar la máxima información posible. Si se identifica, hay que comunicárselo al servicio de emergencias para que den pautas exactas de cómo actuar. Es crucial no provocar el vómito ni administrar sólidos, líquidos o medicamentos.

Cómo actuar ante un atropello

Los primeros auxilios en adultos mayores, en caso de atropello, deben seguir la estrategia PAS. Primero, apartar o proteger a la persona de la carretera. Y avisar de forma inmediata al servicio de emergencias sin mover el cuerpo, para evitar lesiones mayores. Después, se hace todo lo posible por mantener la vía aérea despejada y detener cualquier sangrado.

Quemaduras

Si bien vez son menos frecuentes, los ancianos pueden sufrir quemaduras al manipular líquidos hirviendo, como agua o aceite caliente. Aquí, dependiendo del tipo de quemadura, hay que realizar unas acciones u otras.

Para las quemaduras pequeñas de contacto, enfriar la zona bajo un chorro de agua. En quemaduras por llama, no retirar la ropa. Y en las quemaduras químicas, retirar la ropa y lavar con abundante agua. Y en todos los casos, llamar a la ambulancia.

quemadura

Foto de Diana Polekhina en Unsplash

Primeros auxilios en adultos mayores en caso de caída

Las caídas son muy frecuentes en la tercera edad y responden a multitud de factores de riesgo. De hecho, según este artículo de First Aid for Life, la gran mayoría de los accidentes que sufren las personas ancianas son las caídas. Dichas caídas suelen estar relacionadas con una pérdida de visión o con problemas del equilibrio, debido al deterioro de los huesos y las funciones motoras.

Una caída puede ocasionar un traumatismo craneoencefálico, una fractura de hueso o la rotura de cadera, entre otras situaciones. Por eso, para trabajar en la prevención de caídas, las residencias se han convertido en un espacio seguro para nuestros mayores, donde se disfruta de una accesibilidad completa disminuyendo drásticamente los riesgos.

En caso de caída, lo primero que debemos hacer es pedir ayuda y revisar el estado de la persona, intentando calmarlo y movilizarlo lentamente. Podemos colocar una almohada o manta, o lo que tengas a la mano, debajo de su cabeza.

  • Si aparece mucho dolor en alguna zona, una deformidad o incapacidad de movimiento, hay que evitar mover esa parte.
  • Hay que ayudar a esa persona a levantarse cuando sea posible hacerlo sin dolor. Para ello se recomienda colocarlo en cuatro patas para tener más estabilidad. Después se separan los codos del suelo.
  • En los casos en los que la caída haya provocado pérdida de conocimiento, dificultad para respirar, posibilidad de algún hueso roto, sangrado o vómitos es preciso acudir a urgencias.

Infarto cardíaco o accidente cerebrovascular

El infarto cardíaco o el accidente cerebrovascular también ponen en riesgo la vida del anciano. Por ello, se debe actuar con rapidez para que las consecuencias sean lo menos graves posibles.

Además, es crucial que las residencias conozcan el historial médico completo del paciente para saber actuar de inmediato y de la forma correcta.

Si un residente sufre alguno de estos dos accidentes, actuamos de la siguiente manera:

  • El personal sanitario debe llamar de inmediato a urgencias.
  • Revisar el pulso y las respiraciones. Si es necesario, ponemos en práctica la maniobra cardio respiratoria.
  • Acomodar a la persona mayor boca arriba, comprobando que no hay ningún obstáculo para que pueda respirar bien.
  • Colocar el mentón del mayor hacia arriba para abrir las vías respiratorias, abrimos su boca y tapando su nariz con nuestra mano, inhalamos aire y colocamos nuestros labios sobre los del accidentado. Después, exhalamos el aire hasta que el pecho se hinche. Esta acción debe repetirse 2 veces. Proceder a realizar 30 compresiones rápidas.
  • Realizar un masaje cardíaco y combinar las dos técnicas (2 insuflaciones y 30 compresiones) hasta que el anciano recobre el conocimiento o llegue la ayuda médica.
  • En El Cel de Rubí contamos con desfibrilador propio dentro del centro y formación para su uso. Además, en colaboración con el Ayuntamiento de Rubí, disponemos de un desfibrilador en la fachada del centro, en la calle, para que pueda ser utilizado en una emergencia en las cercanías del centro.

Desmayos

En caso de desmayos, lo más recomendable es seguir los siguientes pasos:

  • Comprobar el estado del adulto mayor, que no encuentre heridas o sangrados.
  • Posicionarlo boca arriba, pero dejando la cabeza de lado para evitar que se ahogue con la lengua. Luego, elevar sus piernas con las manos para ayudar a que la sangre llegue al cerebro.
  • Cuando la persona recupere el conocimiento, ayudarlo a pararse. Es recomendable llamar a emergencias o ir de inmediato a un centro médico para que le realicen un control.

Actuar frente a un atragantamiento

Otro tipo de accidente común entre los ancianos es la llamada broncoaspiración. Al perder piezas dentales y otros problemas de la edad, tragar es más difícil para los ancianos. Y es posible que parte de la comida vaya a parar a las vías respiratorias. Por eso, en El Cel de Rubí trabajamos en su prevención mediante el cuidado del entorno, la postura, la presentación de los alimentos y el acto de deglución. Por ejemplo, contamos con  terapeutas ocupacionales que trabajan sobre el aprendizaje de la deglución en el mayor con disfagia.

En caso de atragantamiento, si la persona tose, no está en riesgo su vida. La tos es el mecanismo del cuerpo para expulsar las obstrucciones. No obstante, y para salvar a la persona ante un atragantamiento que vaya a más, en los momentos más críticos de asfixia, es preciso conocer y realizar la maniobra Heimlich, o bien tratar de dar con el objeto que está obstaculizando las vías y si es posible, sacarlo con nuestras propias manos. Esto último solo lo pueden hacer profesionales capacitados y seguros, porque es peligroso, en El Cel de Rubí disponemos de formación para estos casos así como de dispositivos de emergencia para poder ser utilizados en caso de atragantamiento.

atragantamiento

Foto de Sincerely Media en Unsplash

Otros accidentes comunes

Los primeros auxilios en mayores también deben enfocarse en tratar consecuencias de la diabetes, intoxicaciones por medicamentos o convulsiones, así como el riesgo de que sufran deshidratación o cambios extremos de temperatura.

Botiquín básico de primeros auxilios & Formación adecuada

Para poder realizar primeros auxilios en adultos mayores, es fundamental tener un buen botiquín en casa o en nuestro caso, en las residencias de ancianos.

Este botiquín debe contar con una serie de elementos imprescindibles, como puedan ser gasas, tijeras, tiritas y pinzas, así como cinta, toallas antisépticas y desinfectante de manos.

En el caso de los residentes de hogares de ancianos, éstos tienen muchas más probabilidades que otras personas de ir al hospital. Así, el equipo médico adecuado para hogares de ancianos puede manejar una serie de afecciones médicas menores, evitando que empeoren y reduciendo la necesidad de transportar a los residentes al hospital.

Para ello, hay que contar con los suministros adecuados a mano y la preparación necesaria, como son:

  • Suministros de seguridad: Andadores, Sillas de ruedas, Alarmas de cama, Sistemas de llamada para pacientes de los distintos tipos y adaptados a sus necesidades…
  • Artículos de primeros auxilios
  • Suministros médicos para pacientes
  • Ascensores
  • Herramientas de evaluación: Estetoscopio, Otoscopio, Oxímetro de pulso, Termómetro, etc.
  • Material para la prevención de infecciones
  • Apoyo a la salud mental y cognitiva
  • El entrenamiento adecuado
  • Atención de emergencia respiratoria

Actuar con decisión y rapidez

En nuestras residencias sabemos que conocer las medidas básicas de primeros auxilios en adultos mayores evita muchas complicaciones e incluso puede salvarles la vida. Hay que tener muy claro cómo se debe actuar en cada situación, y que cada cuidador, fisioterapeuta, psicólogo, etc. sea consciente de los riesgos de esa persona.  Esperamos que todos estos consejos de te sirvan de ayuda si alguna vez te ves en la necesidad de practicar primeros auxilios a personas mayores.


Consejos y técnicas de relajación para personas mayores

Vivimos a toda prisa. Demasiado deprisa. Por suerte, durante la vejez, con una buena calidad de vida y si no hay enfermedades ni preocupaciones a nuestro alrededor, es posible reducir el ritmo para poder disfrutar más del día a día, las conversaciones, los amigos, etc. Sin embargo, hay veces que las personas mayores también se sienten nerviosas o angustiadas. Hoy queremos hablaros sobre la relajación de las personas mayores.

Si bien sentirnos relajados es importante para todo el mundo, para personas de cualquier edad, para los mayores lo es aún más ya que muchos de ellos padecen circunstancias que les hacen vivir más estresados: dolencias, haber dejado su casa de toda la vida, no estar todo lo que quisieran junto a su familia, etc.

Lo cierto es que muchas personas creen que los ancianos viven una vida muy tranquila, lejos de cualquier situación estresante. Pero esto no siempre es así: la ansiedad y el estrés también están presentes en las vidas de nuestros mayores, especialmente en personas con cierto deterioro cognitivo ya que el estrés y la ansiedad son parte de esta condición.

Ellos también poseen preocupaciones y miedos que les crean ansiedad. Es por esto que es muy importante ayudar a realizar ejercicios de relajación para personas mayores, además de conocer dónde y cómo se sienten seguros y tranquilos. Así, conseguiremos que vivan con la tranquilidad que merecen.

Actividades de relajación para evitar o combatir problemas de salud

Las actividades de relajación para mayores son una herramienta efectiva para combatir diversos estados alterados y sus consecuencias. El principal problema es que estos estados, en especial los ansiosos, no solo afectan al estado de ánimo, sino que en muchos casos son también el origen de otros problemas de salud importantes como:

  • Obesidad
  • Diabetes
  • Presión arterial alta
  • Deficiencias cardíacas
  • Insomnio y otros trastornos del sueño
  • Aumento de las posibilidades de desarrollar Alzheimer

¿En qué consiste la relajación de las personas mayores?

La relajación es un estado de reposo físico y mental que aporta un profundo descanso, equilibra el metabolismo y el ritmo cardíaco, libera de tensiones musculares o psicológicas y produce bienestar, calma y tranquilidad.

Para lograr la tan deseada relajación, podemos acudir a ejercicios físicos, de movilidad, respiración, etc. Sigue leyendo para descubrir algunos de ellos.

Mindfulness

Practicar ejercicios de mindfulness tiene un impacto muy positivo a la hora de intentar controlar y/o rebajar el estrés y la ansiedad generados por una situación de incertidumbre.

¿En qué consiste esta práctica? Se trata de prestar atención de forma consciente a la experiencia del momento presente, sin preocuparnos por lo que ya ha pasado o por lo que puede o va a pasar.

En las sesiones que ponemos en práctica en El Cel Rubí, el objetivo es lograr un profundo estado de conciencia, y se usan varias técnicas para alcanzarlo. De esta manera, conseguimos que nuestra conciencia se relaje sin elaborar juicios sobre lo que sentimos o pensamos en ese momento.  Se le otorga un gran peso al aquí y ahora ya que focalizamos toda la atención en el momento presente.

Estos ejercicios se pueden practicar en sesiones cortas, de alrededor de media hora, y es preciso realizarlos en un lugar cómodo, agradable y sin ruidos estridentes que nos distraigan, a excepción de música suave y relajante.

Para el mindfulness la posición será simplemente sentarse cómodamente en el suelo (cada uno a su manera). La postura debe dejar la espalda en un ángulo recto para facilitar la respiración. Si es necesario pueden coger un cojín, una esterilla o una toalla para estar más cómodos. En las sesiones, buscaremos respirar profundamente, identificar las emociones, sentir el propio cuerpo, escuchar los sonidos que nos rodean o pensar en sabores y olores.

¿Qué beneficios aporta el mindfulness en las personas mayores?

  • Aliviar síntomas propios de la depresión o ansiedad.
  • Tener efectos positivos en la percepción del dolor.
  • Mejoras en la memoria, capacidad de concentración, autoconciencia e inteligencia emocional.
  • Mejora en la percepción de soledad.

Ejercicios de respiración

Nuestros mayores, a través de los ejercicios de respiración, pueden conseguir beneficios como reducir los síntomas de la ansiedad o, incluso, aliviar dolores físicos. Además de relajarse, aumentarán su capacidad pulmonar, bajarán las pulsaciones del corazón y restablecerán la función del diafragma.

Lo ideal es empezar por controlar las respiraciones. Para eso es recomendable realizar un ejercicio que contenga inspiraciones profundas.

Hay especialmente dos efectivos ejercicios de respiración, inspirando por la nariz y espirando por la boca: respiración recostado, sentados en un sillón con la espalda apoyada en el respaldo; y respiración de pie, con las piernas ligeramente separadas. Si nuestro mayor tiene que permanecer en la cama, también hay una serie de ejercicios que se pueden hacer tumbado.

Yoga y pilates

El yoga o pilates, al unir respiración, movimiento y estiramientos en un equilibrio perfecto, es una excelente opción. Es también muy beneficioso para las personas de la tercera edad.

Son actividades muy adecuadas para concienciar sobre nuestro cuerpo y lograr desconectar de los problemas diarios. Ya que se trata de aprender a respirar y mejorar la postura a través del fortalecimiento muscular.

Estiramientos

Dentro de la categoría de ejercicios de movilidad, junto al yoga y pilates, lo más básico es realizar los estiramientos correctos en las distintas zonas del cuerpo.

Las personas mayores deben mantenerse activas, pero sobre todo relajadas para que su calidad de vida no se reduzca con el tiempo, y para ello es muy necesario seguir una rutina diaria de ejercicios con los que se pueden evitar muchos males tanto físicos como psicológicos.

Lo que buscamos es que los músculos no se agarroten ni se atrofien con tanta facilidad. Pueden ser ejercicios muy simples, pero también son muy eficaces. En este sentido, cabe destacar que es necesario hacer hincapié en las extremidades y en la zona de los hombros y cuello que es donde más estrés se acumula.

Terapia ocupacional

La terapia ocupacional busca mantener y aumentar la autonomía de las personas mayores. Suele ser grupal, de forma que los residentes se liberan, se sienten más cómodos y comprendidos. Producen muchos momentos de diversión, escape y de risas, por lo que impera el buen humor. Una de nuestras terapias más populares entre nuestros mayores es la roboterapia.

Arteterapia

Ambiente relajado, música pausada y movimientos tranquilos para relajarnos y explorarnos a través del arte.

Es la combinación entre terapia ocupacional y arte, y constituye una forma eficaz de abordar trastornos propios de la edad como la demencia, enfermedades neurológicas como el alzhéimer o el párkinson y físicas como la artritis o la artrosis. Pintar, dibujar, recrear espacios… este tipo de ejercicios fomenta positivamente la relajación en ancianos y personas mayores, siendo también de mucha utilidad.

Los beneficios de las técnicas de relajación en personas mayores

Al lidiar a diario con numerosas responsabilidades y tareas, o con las demandas de una enfermedad, es posible que las técnicas de relajación no sean una prioridad. Sin embargo, siempre hay que apostar por ellas en la vida diaria en la residencia, tal y como hacemos en El Cel Rubí. Y es que los beneficios son incontables:

  • Disminuir la frecuencia cardíaca.
  • Disminuir la presión arterial, la frecuencia respiratoria, tensión muscular, dolor crónico, fatiga, la actividad de las hormonas del estrés, ira y frustración…
  • Mejorar la digestión, la atención y el estado de ánimo y la calidad del sueño.
  • Controlar los niveles de glucosa en la sangre.
  • Incrementar el flujo sanguíneo hacia los músculos más grandes.
  • Desarrollar la confianza para resolver problemas.
  • Aliviar el dolor de cabeza y/o musculares, en especial de espalda y cuello.
  • Aumentar la creatividad, sobre todo con alguna especie de “bloqueo mental”.
  • Reducir el estrés general, alcanzar la paz interior y el equilibrio emocional.
  • Aliviar los síntomas de la ansiedad.

Es importante recalcar que la relajación no pretende sustituir la visita médica diaria o sustituir un tratamiento que éste le haya prescrito, sino que es un complemento.

Conclusión

El control de la ansiedad en la vejez, o los propios ejercicios de relajación para un mayor bienestar, exigen el diseño de rutinas que permitan que el adulto mayor se mantenga en activo.

Las actividades de relajación para mayores a través de la respiración o la meditación son más efectivas cuando se combinan con el ejercicio físico y mental, como la terapia ocupacional o la arteterapia. La actividad moderada y adaptada al nivel de capacidad de cada persona permitirá tomar el control sobre todos aquellos aspectos que pueden repercutir de forma negativa en la salud física y psicológica de las personas mayores.


La comida texturizada en las residencias de ancianos

La alimentación texturizada favorece que las personas con parálisis cerebral y problemas de deglución vuelvan a disfrutar de la comida, además de forma segura y participando en la vida social del centro.

Hoy queremos hablaros de la comida texturizada, una de las formas de alimentación con mayor potencial y que más bienestar aportan a nuestros mayores.

Esta dieta texturizada es un eficiente potenciador del apetito por la variedad de platos que se pueden degustar. A su vez, beneficia la salud nutricional, repercute en el bienestar funcional y genera una mayor autonomía en la alimentación de las personas que no pueden ingerir alimentos con su solidez habitual.

Además de conocer sus ventajas, es importante saber también en qué consiste exactamente, cómo se logra y qué supone para la dieta en personas mayores.

¿Qué es la comida texturizada?

Cuando hablamos de alimentos texturizados o texturización de alimentos, nos referimos a una técnica que permite dar a los alimentos una consistencia segura y atractiva para las personas con disfagia. Es decir, mediante la texturización de alimentos, logramos la consistencia adecuada en las comidas y para que las personas con problemas para masticar y digerir puedan hacerlo sin problemas.

Gracias a la comida texturizada podemos reintroducir alimentos en la dieta que el usuario ha ido eliminando por riesgo de atragantamiento, a la vez que se mantienen todas las propiedades nutritivas.

Beneficios y ventajas de la comida texturizada

El principal beneficio de la comida texturizada de El Cel Rubí es que nuestros residentes TODOS disfrutan del mismo menú, no hay distinción entre el menú basal y el de textura modificada, en caso de tener problemas de alimentación, recuperan el gusto por la comida, previniendo así problemas de desnutrición y otras complicaciones derivadas.

Las personas que tienen problemas para masticar y tragar pueden no ser capaces de ingerir alimentos de forma habitual y consistente. Con la texturización, podemos preservar los colores, sabores y olores originales, aumentando de manera significativa el grado de satisfacción ante la comida.

En suma, nos permite elaborar platos más fáciles de ingerir, pero gastronómicamente apetecibles, ya que esa nueva textura que se intenta conseguir respeta en lo posible la que tenía el alimento antes de ser tratado.

La alimentación, además de proporcionar los nutrientes necesarios para la vida y la buena salud, conlleva también un importante aspecto social: la gratificación de compartir buenos momentos a la mesa en compañía.

Por otro lado, la masticación estimula el cerebro. Numerosos estudios confirman que la masticación activa muchas zonas del cerebro, sobre todo las relacionadas con el movimiento y la atención. Esto aumenta al mismo tiempo el flujo sanguíneo y la actividad cardíaca y vascular, lo que se asocia con la mejora de la memoria inmediata y las facultades de cálculo.

chef-cocinando

 

Problemas en la deglución y la alimentación de la tercera edad

La correcta alimentación de la tercera edad es algo tan delicado como esencial para su salud.

Fruto de diferentes tipos de enfermedades y del propio proceso de envejecimiento, buena parte de las personas mayores tiene dificultades a la hora de masticar, tragar o ingerir alimentos. Así, pueden surgir otros problemas relacionados. Uno de ellos es la disminución del apetito y dificultad para masticar y tragar alimentos. Es decir: con el paso de los años, las personas mayores incorporan cada vez menos alimentos. Esto puede derivar en falta de nutrientes suficientes, debilitamiento del cuerpo y el sistema inmunológico, etc.

En datos, la disfagia -dificultad para tragar de forma segura y eficaz- afecta a más del 30% de personas que han sufrido un ictus, y afecta especialmente en el Parkinson y Alzheimer. Y los problemas de masticación afectan casi al 40% de personas a partir de los 65 años.

Las consecuencias de la disfagia, como vemos, pueden resultar graves, porque la dificultad a la hora de deglutir los alimentos puede llevar a la desnutrición y, además, provocar importantes problemas a nivel psicológico en la persona que lo padece.

Al optar por preparados triturados o cremas, podemos suplir la falta de nutrientes, pero dejando de lado un proceso muy importante: la masticación. Y es que las preparaciones de alimentos triturados y convertidos en purés o papillas no dan lugar a una correcta insalivación, dado que no hay masticación previa.

Ante estas situaciones, las técnicas de texturización pueden hacer que las personas con problemas de deglución, de masticar e ingerir, puedan disfrutar de las comidas sin perder ningún nutriente esencial en el proceso, amén de otros beneficios aparejados. Os los contamos a continuación.

¿En qué consiste la texturización?

La texturización, lejos de lo que se pueda pensar a primera vista, no es tan solo el tradicional triturado o puré. Va mucho más allá. Hablamos de un conjunto de técnicas que respetan la consistencia de cada alimento, conservando todos sus nutrientes y esas propiedades, como el aroma o el color, que lo convierten en atractivo. Es decir: modificar la comida lo justo para lograr que resulte más fácil de masticar y deglutir.

De esta manera, texturizar un alimento consiste en transformar su textura, viscosidad y consistencia para poder adecuarlo a las necesidades de las personas con dificultades de masticación o deglución.

Para texturizar no es necesario contar con equipos específicos, pero sí hay que conocer las técnicas y emulsionadores de los que disponemos actualmente, básicamente, procesamos los alimentos de manera distinta, por ejemplo espesando líquidos o triturando sólidos, o incluso dando a los líquidos una consistencia semisólida como en el caso de las cremas de verduras, los purés, los yogures o las natillas, es imprescindible conocer que alimentos o preparados podemos utilizar para realizar estas técnicas que NO interfieran en el sabor, y que una ensalada, siga sabiendo a ensalada sea cual sea su textura.

Además, existen diferentes niveles de texturización según las necesidades de masticación y deglución de la persona, y las características propias de cada alimento.

Dieta y alimentación de nuestros mayores

El envejecimiento poblacional ha aumentado exponencialmente en las últimas décadas, y más lo hará a corto y medio plazo.

Este envejecimiento es un proceso fisiológico natural e irreversible del organismo que provoca cambios en la estructura y función de los diferentes sistemas. Una de las consecuencias es que las personas mayores constituyen un colectivo particularmente vulnerable a la malnutrición.

Para ello, debemos contar con una dieta saludable para las personas mayores, adaptada a cada condición, contexto y situación. Eso es lo que buscamos en nuestro día a día en El Cel Rubí. Y es que es fundamental que nuestros mayores prosigan con una dieta lo más sana y personalizada posible.

Para ello, la primera opción es optar por una dieta variada y rica en alimentos con nutrientes como las proteínas, vitaminas y minerales, tales como la leche y productos lácteos, carne, huevos, pescado, pan, cereales, frutas y verduras, comida tradicional y sin ultra-procesados.

En el Cel Rubí nos preocupamos cada día de que nuestros residentes y usuarios del centro mantengan una alimentación adecuada y equilibrada, revisada y actualizada periódicamente por un facultativo, pero sobre todo que sea del agrado de los usuarios del centro.

Nuestros menús, tanto normales como texturizados, evitan carencias típicas como la repetición, exceso de alimentos fritos y embutidos, abuso de sopas y purés como platos principales, falta de adaptación a las diferentes patologías de este colectivo, etc. En nuestros centros, aseguramos a cada residente los nutrientes energéticos, proteínicos, de Carbohidratos, grasas, minerales, fibra, etc. necesarios para su correcta alimentación.

En definitiva, el diseño de una comida y un menú en la residencia de mayores es pieza clave del envejecimiento saludable, y siempre apostando por los alimentos texturizados para facilitar el mantener gustos y mejorar la presentación de los platos.


La figura del terapeuta ocupacional

En el post de hoy analizamos la función de la terapia ocupacional en las residencias para mayores, la labor de los profesionales que trabajan en El Cel Rubí y su importancia para cubrir las necesidades específicas de todos nuestros y nuestras residentes.

Dentro del proceso de ingreso y permanencia en una residencia de personas mayores, el acompañamiento de expertos es fundamental en cada una de las fases. Uno de los profesionales que juegan un papel determinante en el bienestar de las personas que ingresan y residen en El Cel Rubí, así como en cualquier residencia de ancianos, es el terapeuta ocupacional.

¿Qué es un terapeuta ocupacional?

Esta profesión socio-sanitaria tiene como principal función dotar a la persona de mayor autonomía y calidad de vida. Para ello, y partiendo de una valoración especializada e individualizada, así como implementando un plan de tratamiento pautado, emplea la ocupación como medio. Es decir: el/la terapeuta ocupacional, a través de la actividad como forma terapéutica, ayuda a la prevención de enfermedades y discapacidades, a tratarlas, a mantener una buena salud y a la rehabilitación de la funcionalidad perdida en las áreas de autocuidado, educación, etc. cuando existe algún problema carácter físico, cognitivo y/o sensorial.

Regulación y rol de la terapia ocupacional

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la terapia ocupacional se define como el conjunto de técnicas, métodos y actuaciones que, a través de actividades aplicadas con fines terapéuticos, previene y mantiene la salud, “favorece la restauración de la función, suple los déficits invalidantes y valora los supuestos comportamentales y su significación, profunda para conseguir la mayor independencia del individuo en todos sus aspectos: mental, físico y social”.

En España, la terapia ocupacional es una profesión regulada por la Ley de Ordenación de Profesiones Sanitarias (LOPS). La función principal es la aplicación de técnicas y la realización de actividades de carácter ocupacional que tiendan a potenciar o suplir funciones físicas o psíquicas disminuidas o perdidas, y a orientar y estimular el desarrollo de tales funciones.

Los terapeutas ocupacionales tienen conocimientos sobre rehabilitación en el ámbito socio-sanitario, y en nuestro país 1 de cada 3 profesionales trabaja con personas de edad avanzada. El papel de los terapeutas ocupacionales es determinante en los cuidados sanitarios y sociales para mejorar la calidad de vida de las personas.

La formación que tienen estos profesionales les acredita para:

  • Valorar de las capacidades y limitaciones de la persona.
  • Prevenir discapacidades.
  • Valorar las capacidades sensoriales, superiores, sociales y psicológicas.
  • Elaborar y evaluar programas de tratamiento de rehabilitación individualizados.
  • Entrenar y reeducar en las actividades básicas e instrumentales de la vida diaria.
  • Adaptar el entorno y asesorar a familias.
  • Ayudar al individuo a reajustar sus hábitos diarios y capacitarlo para obtener el mayor grado de reinserción como miembro activo dentro de su comunidad.

 

¿Cómo trabaja el terapeuta ocupacional en El Cel Rubí?

En una residencia de personas mayores, este profesional realiza primero una valoración inicial para analizar el nivel de autonomía de la persona y dar pautas a todo el equipo auxiliar de cómo hay que tratar a esa persona. De esta forma, evalúa las condiciones contextuales que afectan directa o indirectamente la participación de la persona en sus actividades de la vida diaria, como por ejemplo las barreras arquitectónicas, condiciones de accesibilidad, exclusión social… Todo, con el objetivo de adaptar o modificar el entorno de cara a conseguir la mayor independencia posible.

Se trata, por tanto, de un trabajo fundamental. En nuestra residencia, el terapeuta ocupacional confecciona la valoración Barthel, que da las pautas a seguir por cada persona. Y según la autonomía de cada persona, sabemos hasta qué punto puede valerse por sí sola, y donde no puede llegar nosotros hacemos la atención directa.

Se crea un plan de atención, con unas pautas especificas a realizar por el usuario y fomentar su autonomía a través de actividades básicas, por ejemplo, vestirse la parte superior, o cepillarse los dientes, para no perder la capacidad del movimiento que nos permite hacerlo.

A través del plan de actividades del centro, se busca también el fomento de la psicomotricidad gruesa y fina con actividades relevantes, útiles y del agrado de la persona, que la motiven a realizar dichos ejercicios y de forma indirecta ejercitar el cuerpo y la mente para mantener la autonomía. Coser un botón suelto, doblar toallas, preparar los disfraces de carnaval, un torneo de bolos, ayudar con la preparación de platos culinarios, cuidar las plantas. Actividades de todo tipo que nos gusten y nos hagan sentir útiles y felices y sobre todo que ejerciten nuestro cuerpo.

Áreas de trabajo e intervenciones

Las áreas que trabaja el terapeuta ocupacional son:

  • Actividades básicas de la vida diaria, en especial del autocuidado, como bañarse, vestirse o asearse.
  • Actividades instrumentales de la vida diaria más relacionadas con el entorno como las compras, el uso del teléfono, cuidar de otros, movilidad en la comunidad...
  • Ocio y tiempo libre, para proporcionar libertad y autodesarrollo mediante juegos de mesa, cine, teatro, paseos…
  • Estimulación cognitiva, para capacidades de lenguaje, memoria, atención, cálculo, concentración, etc. y estimulación funcional.
  • Entrenamiento de prótesis y ayudas técnicas.
  • Realizar un seguimiento y evaluación de la aplicación del tratamiento de Terapia Ocupacional.

En suma, los profesionales de la terapia ocupacional en las residencias para personas mayores son profesionales sanitarios dedicados a la rehabilitación física, neurológica, geriátrica, salud mental o psicosocial, así como la discapacidad psíquica, traumatología o adaptación del entorno, entre otros.

Objetivos y beneficios

En geriatría, la Terapia Ocupacional tiene como principal objetivo aumentar la calidad de vida de las personas de la tercera edad mediante herramientas que mejoran su salud. Además, este profesional persigue fomentar un mayor grado de independencia e integración social de la persona, así como estimular y mantener las capacidades cognitivas que se ven afectadas por el envejecimiento. Algo que es crucial para la salud, autoestima y calidad de vida de los residentes.

Por otro lado, cabe señalar que el terapeuta ocupacional en El Cel Rubí no trabaja solo con el paciente, sino también con la familia, con el fin de ajustarse mejor a sus necesidades, habilidades y entorno. Una vez detectadas estas necesidades, trabaja con la persona de forma individual.

El terapeuta ocupacional estudia qué es lo que necesita la persona para garantizar su autonomía. Al mismo tiempo, enseña a practicar una variedad de ejercicios que permitan mejorar el movimiento de las articulaciones, cómo sentarse, levantarse de la cama… A la par, ayuda a mejorar la atención, la memoria y las habilidades sociales mediante actividades físicas, lúdicas, de entretenimiento...

Así, entre los beneficios de la terapia ocupacional en residencias podemos destacar:

  • La prevención de discapacidades, lesiones y disfunciones ocupacionales.
  • Mejora de la capacidad física y el tono muscular de las personas.
  • Fomento de su autonomía, individualidad, autoestima y confianza, interacción y la socialización.
  • Potenciación de las capacidades de cada persona.

El principal objetivo es encontrar actividades de relevancia para cada persona, para que No sea una obligación hacer un ejercicio rehabilitador, sino que, a través de una actividad con un sentido para el usuario, indirectamente podamos trabajar todas las capacidades y detener o ralentizar así su deterioro. Por este motivo en nuestro centro, conocer bien a nuestros usuarios nos permite desarrollar un plan de actividades vivo, que se modifica según los gustos de los usuarios, que garantice su participación y que puedan compartir en grupo para fomentar los lazos sociales.

Desde el servicio de Terapia Ocupacional del Centro Residencial El Cel Rubí, realizamos una labor directa y diaria con el residente y sus familiares desde el ingreso. Siempre de forma individualizada, explicamos los tipos de programas que desarrollamos y su finalidad, así como el procedimiento que seguimos para motivarles a que participen en los mismos.


El ingreso en una residencia de ancianos: la importancia de las fases y el acompañamiento de expertos

Ese momento en que, por distintas razones, decidimos ingresar en una residencia para personas mayores, tanto si para nosotros mismos como si es para un familiar, siempre lleva aparejados distintos aspectos que hay que tener muy en cuenta. Se trata, primero de todo, de un momento vital para las familias y el residente. No es desde luego un tema baladí. Por eso, es importante volcarse en esta nueva etapa para hacer que el inicio sea lo más ameno, fácil y agradable posible para todos. En El Cel de Rubí lo que buscamos siempre es que cada familia se sienta segura de que la persona en cuestión está en buenas manos y se mira desde el primer minuto por su bienestar.

De esta manera, en el proceso de ingreso y adaptación a la residencia es crucial la actitud del residente hacia el cambio, y el papel de la familia y de los profesionales del centro.

Además, se trata de un proceso progresivo, que se va desarrollando en distintas fases, en las que siempre hay que contar con los expertos que velan por la salud del residente y la tranquilidad de la familia.

En concreto, en el Cel de Rubí contamos con 3 fases para el ingreso de una persona mayor en una residencia. Son los siguientes:

Preingreso

Se trata del contacto inicial entre la residencia y sus trabajadores con el futuro residente y su familia. Esta toma de contacto se puede dar tanto en el propio domicilio como en la residencia, si bien siempre es mucho mejor en ésta. Si el futuro residente tiene una toma de contacto para ir conociendo el lugar donde vivirá, el cambio es más fluido y sencillo.

Durante el preingreso, existe la oportunidad de conocer al futuro residente y a su familia. Además, es cuando se ofrece toda la información para planificar debidamente el ingreso. En El Cel de Rubí, por ejemplo, disponemos de un tríptico con la información fundamental sobre los requisitos de acceso y los datos más relevantes sobre nuestro centro.

Una vez la familia y el residente conocen dicha información, pueden realizar una solicitud de acceso. Esta parte queda en manos de la trabajador social.

Durante el preingreso, los familiares pueden visitar el centro para conocerlo, explicar su situación y la de la persona que quieren que permanezca en la residencia. A su vez, como parte del alta en el servicio, se solicita un informe médico actualizado y la historia de vida para conocer sus gustos y actividades preferidas y el estado de salud del futuro residente. De lo que se trata es de potenciar una integración lo más óptima posible.

Ingreso

La segunda fase es el ingreso. Aquí hay que distinguir entre los ingresos de urgencia, en casos puntuales, y los ingresos planificados, que son los más habituales. En el día del ingreso, trabajamos para minimizar el efecto del cambio, pues la persona mayor está viviendo un cambio importante en su vida. Todavía no conoce a fondo el entorno ni los demás residentes o las personas que le atenderán. En este sentido, es fundamental el acompañamiento por parte de la familia y de los profesionales de la residencia que ya son conocidos.

En El Cel de Rubí, realizamos una entrevista con la trabajadora social y con la enfermera para posteriormente proponer la ubicación idónea en la habitación del centro. También se realiza un estudio AVDS por la Terapeuta Ocupacional.

Durante esta fase recopilamos todo tipo de información de tipo burocrático: desde datos administrativos a personas de contacto, datos personales, valoración inicial, informe médico, varias autorizaciones, expediente asistencial, historial médico, pautas, consultas, etc.

También hacemos una planificación de la primera visita con el usuario y su familia para garantizar el traspaso correcto de toda la información del nuevo usuario con el equipo médico. En esta fase también recomendamos siempre una visita de apoyo al familiar con la psicóloga del centro, ya sea en el momento del ingreso o en las semanas posteriores.

 

mujer mayor viendo libros

Acogida

La acogida es la tercera fase y es, sin duda, una de las más importantes. Llegados a este punto, contamos con diferentes equipos del centro que trabajan de forma conjunta para desarrollar un PIAI (Plan de Intervención Individual) en las cuatro primeras semanas de la estancia. En este documento se recoge todo el conocimiento del nuevo residente en diferentes áreas.

¿Qué áreas participan en la acogida?

Todas las áreas con los que contamos en El Cel de Rubí participan en la acogida:

  • Psicología
  • Educadores sociales
  • Trabajadores sociales
  • Fisioterapeutas
  • Terapeutas ocupacionales
  • Enfermería
  • Medica
  • Equipo auxiliar atención directa

En la acogida de una persona participan desde el personal de cocina hasta el terapeuta ocupacional. En esta fase tratamos por ejemplo asuntos como la ubicación en la que se sientan los residentes en el comedor y de su habitación.

Al hilo del terapeuta ocupacional, este profesional hace una valoración inicial para valorar el nivel de autonomía de la persona y dar pautas a todo el equipo auxiliar de cómo hay que tratar a esa persona, que características y necesidades. Crea un pictograma único para cada persona y pasa los test reglados como puede ser el Barthel.

A raíz de la problemática de la Covid-19, en El Cel de Rubí tenemos grupos de convivencia determinados por la ubicación en el comedor. Según con quien duerme el residente y dónde pasa el día, pertenece a un grupo u otro. Actualmente, contamos con una circulación más acotada en detrimento de la libertad total habitual, y por eso también es muy importante tener en cuenta la ubicación en función de la afinidad con otras personas del centro, etc.

Por otro lado, además del terapeuta ocupacional, cuando llega una persona nueva todo el personal pasa a conocer parte del historial de vida del residente. Al nuevo residente se le asigna un tutor que hace de enlace entre el centro y la familia, un apoyo fundamental que además siempre será el mismo interlocutor para mayor facilidad y bienestar de cada residente y su familia.

Desarrollo del PIAI y ACP

Como decíamos, uno de los elementos clave de la fase de acogida son las atenciones en residencia PIAI y ACP (atención centrada en la persona). ¿Qué quiere decir esto? Cada usuario cuenta con un plan de atención interdisciplinar único porque se le atiende desde un punto de vista biopsicosocial. Tenemos muy en cuenta aspectos de cuidados de enfermería y médicos (psicólogo, fisioterapeuta, terapeutas ocupacionales, educadora social, trabajador social…). Todo el equipo interdisciplinar tiene sus valoraciones de cada persona en cada ámbito y nosotros lo tenemos en ese PIAI.

Gracias a este documento podemos conocer detalladamente todo lo que sabemos de la persona: qué le gusta, qué no le gusta, dónde se siente tranquila, con quién le gusta estar, qué actividades le interesan y cuáles podemos hacer para fomentar su bienestar y autonomía, si necesita actividades en grupos reducidos o no, etc.

¿Cómo logramos este conocimiento? Cada profesional hace el estudio singular del nuevo residente, se pone en común a las cuatro semanas y es entonces cuando generamos el plan de atención. Una hoja de ruta de su vida y rutina en el centro

¿Y después? Llega el momento de la adaptación y la integración

La adaptación, que por lo general se considera que dura unos 90 días, sirve para que el residente aprenda las características y el funcionamiento del centro, y establezca relaciones de convivencia con el resto de usuarios. Para nosotros, como profesionales del centro, es el momento de conocer en profundidad a la persona y de aplicar el Plan de Atención Personalizado.

Para favorecer la adaptación, desde El Cel de Rubí siempre respetamos todas las peculiaridades de cada residente, adaptándonos a sus costumbres y gustos. Sabemos que los cambios se han de realizar de forma paulatina y lenta, y con el consentimiento del usuario para favorecer una adaptación progresiva y agradable.

Una vez se completa la adaptación, hablaremos ya de una integración total del residente, en tanto que éste considera la residencia ya como un hogar, disfrutando de los nuevos vínculos sociales y afectivos con las personas que conviven con él en la residencia y con los profesionales del centro

Pasado el período de adaptación, los profesionales del centro nos reunimos periódicamente para evaluar la integración del residente, así como su estado de salud y su estado de ánimo, posibles cambios en rutinas o actividades y actualizar su PIAI-ACP.

Residencia y centro de día El Cel Rubí

En la Residencia y Centro de día El Cel de Rubí llevamos más de 25 años velando por el bienestar de nuestros usuarios y de sus familias durante toda su estancia en el centro. Contamos con auxiliares de enfermería y geriatría, médicos, servicios de enfermería, terapeutas ocupacionales, psicólogos, educadores y trabajadores sociales, fisioterapeutas, así como servicios de lavandería, peluquería, podología, transporte adaptado, acompañamiento, atención y limpieza domiciliaria y cocina propia.

El centro consta de dos grandes salas de estar dotadas de sillones reclinables y televisiones de última tecnología. Grandes mesas donde poder realizar actividades de todo tipo de forma confortable. Cocina y Comedor, sala de visitas, sala multisensorial, sala de fisioterapia, enfermería, peluquería, lavandería habitaciones individuales y compartidas y baños geriátricos.


Las ventajas de las residencias para personas mayores

La mayoría de las familias considera que la residencia es la mejor opción para sus mayores por los beneficios que implica respecto a vivir en el domicilio personal.

Aunque todavía hay ciertos estigmas, el uso de residencias sigue siendo la principal alternativa para el cuidado de nuestros mayores. Primero por su salud y cuidado personal y diario, y después por las facilidades que supone para familias en las que no se dispone del tiempo o espacio suficiente para sus cuidados, ya que seguramente necesiten unos cuidados más específicos, profesionales y continuos.

Está claro que no hay nada como el amor y el cariño de un ser querido y el hogar propio. Desde El Cel Rubí sabemos que todavía cuesta entender que no disponer de tiempo para atender a las personas mayores y hacerse cargo es complicado con trabajo y la vida ajetreada de hoy en día, por lo que estar en un centro de día o residencia presenta numerosas ventajas.

En las residencias se satisfacen todas las necesidades de atención y sobre todo de forma profesional, hay tiempo libre y ocio, se tiene atendida la parte médica y social, se participa en las actividades, hay terapias ocupacionales… Y esto no es baladí: por la inercia social de España, y también como consecuencia de los estragos de la Covid-19, hay un mayor número de personas mayores que viven solas. Precisamente, durante la pandemia muchas de ellas se quedaron solas en sus hogares y quizá con déficit de atención, especialmente del tan necesario contacto social.

Las personas de más de 65 años que viven solas, en cifras

En España, se ha duplicado el número de personas mayores de 65 años en menos de 30 años, y supone el 18,5% de nuestra sociedad. Se estima que en los próximos 30 años las personas mayores de 65 años estarán por encima del 30% de la población -casi 13 millones-, siendo hoy por hoy España el país más envejecido del mundo.

En nuestro país, actualmente, 4.849.900 de personas viven solas. De esas casi cinco millones de personas, el 43 % tiene más de 65 años, y de ellas, siete de cada 10 son mujeres. Así, hay 1,5 millones de mujeres mayores de 65 años que viven solas frente a los 620.400 hombres.

Es decir: según los datos del INE en 2021, el 10,2% de la población en nuestro país vive en solitario, y casi la mitad son personas mayores de 65 años. Y lo que es más alarmante: según las previsiones del Instituto Nacional de Estadística en su Proyección de Hogares 2020 – 2035, la cifra irá aumentando hasta los 5,8 millones en 2035.

Por tanto, ha habido un incremento exponencial del 6% de hogares (130.000) en los que vive solo una persona, en apenas un año. Unos datos que cobran especial relevancia tras la pandemia de Covid-19. Como consecuencia del coronavirus, el número de personas que viven solas se incrementó un 2,0% en 2020 (respecto a 2019).

Dicho de otra forma: en 1 de cada 10 viviendas en España habita una persona mayor sola. Por comunidades autónomas, Cataluña es la región con más mayores viviendo solos, seguida de Andalucía y Madrid.

Además, y por grupo de edad, los hogares unipersonales de personas de 65 y más años aumentaron un 6,1% en 2020. De hecho, más de 850.000 viven solas y tienen 80 o más años. Unos datos que reflejan que las personas ancianas son cada vez más… y viven más solas.

El hecho de cada vez más personas mayores vivan solas en sus casas en España apareja unos riesgos importantes desde el punto de vista sanitario o de seguridad.

Esta situación puede conllevar diversos problemas. Más allá de posibles fallos en la toma de medicamentos, caídas no atendidas, etc. están las propias consecuencias negativas de la soledad, como la falta de atención o depresión, lo que reduce la calidad y esperanza de vida de nuestros mayores.

Ventajas de vivir en una residencia

Las residencias para mayores son centros abiertos que acogen a personas que, por lo general, sobrepasan los 65 años, siendo el perfil mayoritario de quienes entran a vivir en ellas los mayores de 80 años. Habitualmente, acuden personas con algún tipo de dependencia que les imposibilita vivir de manera autónoma, o que pueden valerse por sí mismos pero que, por varias circunstancias, no es factible que residan en su propia casa o que vivan junto a algún familiar, pariente o amigo. Sea como sea, las residencias son lugares muy adecuados para que vivan las personas mayores, sean o no sean dependientes.

Al respecto, algunas de las principales ventajas de vivir en una residencia para mayores son:

  • Disponen de personal cualificado y atención médica continuada. Tener personal sanitario todos los días de la semana y en cualquier momento es una garantía de seguridad y de salud.
  • Las residencias suelen estar adaptadas para atender todos los niveles de dependencia y patologías que afectan a las personas mayores. Los residentes no están limitados para desplazarse, y los espacios están perfectamente adaptados para sillas de ruedas. Así, los aseos y las duchas son anchas y los pasillos están libres de cualquier obstáculo.
  • Servicios como seguimiento de sus prescripciones médicas, atención sociológica y psicológica, rehabilitación muscular o vigilancia.
  • La estancia también puede ser temporal y regresar al domicilio familiar cuando se desee.
  • Los menús diarios para personas mayores, adaptados a sus necesidades y gustos, es otro de los valores a tener en cuenta.
  • Las residencias son casas grandes donde viven muchas personas, son una gran familia, pueden disfrutar de tiempo fuera con sus familiares y de las atenciones profesionales que brinda el personal del centro, y sobre todo mucho cariño.

dona residencia

La importancia de la socialización

Si hay una característica que define a las residencias de personas mayores y que mejora ostensiblemente su calidad de vida es la socialización. De entrada, en una residencia se está rodeados de personas en situaciones similares, por lo que resulta muy sencillo poder socializar.

Acompañados y supervisados por el personal del centro, nuestros mayores cuentan con la compañía de los demás residentes para conversar y compartir el tiempo y el ocio. Alejar la soledad es crucial para el bienestar personal.

Más allá de poder recibir todas las visitas de familiares y amigos que deseen, como si estuvieran en su propio hogar, el hecho de poder charlar y realizar actividades compartidas a diario permite que los mayores mantengan su autonomía, se sientan útiles, estén activos y estimulen la mente, lo que ayuda a prevenir y controlar la demencia. Una patología que, como es sabido, afecta de forma especial a este colectivo.

Por ello, en El Cel Rubí contamos con un amplio programa de actividades ocupacionales y culturales. Hablamos de talleres de costura y de cocina, visionado de documentales y debates, bingo, etcétera. Disponemos de actividades en paralelo para poder ofrecer distintos talleres según los gustos de los usuarios, somos un centro ‘vivo’ que evoluciona con quienes residen en él.

Por ejemplo, cada mes se celebra el cumpleaños de los residentes tanto con los demás como con la familia. Y cada año se celebra precisamente la fiesta de la familia, en la que los parientes se incorporan a la dinámica del centro y se realiza una comida festiva. Realizamos también terapias sensoriales en el espacio Snoezelen, usamos gamas de realidad virtualidad para fomentar la reminiscencia, y de forma voluntaria, para fomentar la autoestima y el sentirse útil, quienes lo deseen pueden ayudar a la hora de poner la mesa, doblar toallas y baberos, etc.

También contamos con un programa donde los residentes pueden, acompañados de otros familiares y voluntarios, acceder a sitios particulares del barrio, recordar vivencias pasadas y sentirse identificados. Además, hay encuentros intergeneracionales con algunas escuelas, talleres solidarios donde se realizan productos artesanales para venderlos y destinar los beneficios a proyectos sociales de su elección.


Comida sana y fácil de ingerir para nuestros mayores: una guía básica de alimentación

El agua y los alimentos son imprescindibles para nuestra vida. Son nuestro motor, la gasolina que necesita el cuerpo para funcionar. El próximo 16 de octubre se celebra el Día Mundial de la Alimentación, una oportunidad para que conozcáis un poco más sobre la alimentación para personas mayores y cómo son las dietas en nuestra residencia. 

Lo más importante en relación a la alimentación de las personas es que irá evolucionando a lo largo de la vida. No necesitamos el mismo tipo de alimentos durante la infancia, que de adultos o durante la vejez. 

Las personas mayores pueden necesitar una alimentación especial en función de su estado físico y mental, si padecen alguna enfermedad, y también para adaptar la alimentación a los cambios fisiológicos, sociales y emocionales. Por ejemplo, una persona con problemas de masticación necesitará comida triturada o con una textura blanda; para la falta de apetito se recomiendan platos de alta densidad nutritiva y también es muy importante que la elaboración sea atractiva para la persona. 

Las 3 dietas más comunes para personas mayores

Cuando hablamos de dieta no nos referimos a platos para adelgazar sino a la planificación o el menú alimenticio de una persona. En este sentido, podemos hablar principalmente de tres tipos de dietas habituales en residencias geriátricas: basal, para diabéticos y de fácil masticación.

Dieta basal

Es la dieta “normal”. Es decir, seguir una dieta de estilo mediterránea con cocina casera, legumbres cuatro veces por semana, alimentos con proteína (mejor pescado o huevo en vez de carne, que tiene más colesterol), bajo contenido en grasa, y alto contenido en fibra, especialmente fruta fresca. 

En nuestra residencia siempre damos fruta fresca a primera hora de la mañana, en ayuno, porque el movimiento intestinal se vuelve más lento y hay que intentar ayudar al intestino a evitar el estreñimiento y que necesitemos recurrir a los fármacos para el tránsito intestinal. Es decir, nos apoyamos en la alimentación para evitar medicación siempre que sea posible. 

De forma general, hay varios aspectos a tener en cuenta en la alimentación de las personas mayores:

  • Reducir los carbohidratos porque el movimiento de las personas mayores es más reducido y así evitar que ganen peso,ya que el aumento de peso resta movilidad haciendo sufrir a las articulaciones. 
  • Aumentar las proteínas, muy importantes para no perder la musculatura.
  • Si padecen alguna patología, revisar el funcionamiento de los riñones y que no haya pérdida de peso en el caso de enfermedad neurodegenerativa. 
  • Reducir las grasas, especialmente la animal y sustituirla por grasa vegetal.

Aunque estos son algunos consejos básicos de alimentación para mayores, cada persona tiene sus necesidades propias en función de su estado de salud físico y emocional. Por ello, en nuestra residencia abogamos por un menú basal con atención centrada en la persona, es decir, adaptamos el menú a las necesidades de cada residente, es imprescindible un control de peso y calculo del IMC trimestral, analiticas de control periodicas y seguimiento constante de enfermería y del servicio médico para garantizar el correcto estado de salud. 

Dieta para diabéticos

La dieta casera, basada en productos frescos, legumbres y verdura, es también apta para personas diabéticas. Ellos pueden comer azúcares como el resto de personas, pero hay que vigilar el origen de dichos azúcares y, por ejemplo, nunca deberían comer productos ultraprocesados. 

Por otra parte, como los diabéticos no fabrican insulina, es importante controlar la ingesta de hidratos de carbono porque provoca un aumento del azúcar en sangre. Por lo tanto en usuarios diabéticos el control sobre los carbohidratos se vuelve fundamental, podemos comer de todo pero hay que tener en cuenta las cantidades, ahí nacen las restricciones, hay que conocer las equivalencias de los productos para poder valorar que nos saciará más. Una ración de uva son 50 gr mientras una ración de sandía son 200 gr. Debemos conocer bien los hidratos de los alimentos que forman nuestro menú. 

Otro asunto importante es que en la mayoría de casos de diabetes en la vejez, es posible controlar este padecimiento si la dieta y el ejercicio son correctos. Los problemas aparecen cuando este control nutricional es inexistente y no se lleva una dieta equilibrada, algo fundamental no solo para las personas diabéticas, sino para todo el mundo. 

Otro aspecto a destacar en el caso de la dieta para personas diabéticas es añadir un resopón que nos ayuda a asegurar que durante el ayuno nocturno nuestros ancianos no caerán en hipoglucemias. Para ello, los usuarios diabéticos siempre tienen un yogur y una gelatina sobre la medianoche. 

Dieta de fácil masticación

Es una de las más habituales en personas mayores que tienen problemas de masticación, disfagia (dificultad para tragar), falta de fuerza en los músculos de la boca, etc. 

Se trata de una dieta normal, es decir, los ancianos comen cualquier tipo de plato y alimento (pasta, legumbres, verduras, fruta, etc). La diferencia está en el texturizado. Se comen los mismos alimentos, pero con una textura que facilita la masticación a personas con problemas de deglución, etc. 

¿Qué es la texturización?

La texturización es una técnica muy habitual en las residencias para ofrecer a los mayores una alimentación variada y completa, que beneficie a su estado nutricional. 

Se trata por lo tanto de una técnica que dota a los alimentos de una textura y consistencia segura y adecuada para ser ingerida por personas mayores. Es decir, se procesan los alimentos de una forma diferente.

Por una comida sana, sabrosa y apetitosa para los mayores

Cuando hablamos de textura, nos referimos tanto a las sensaciones como a las propiedades que provoca un alimento cuando lo tenemos en la boca o entre nuestras manos. 

Las personas con problemas para tragar o masticar y que no pueden ingerir ciertos alimentos con su consistencia habitual pierden muchas sensaciones y propiedades originales de los alimentos. En estos casos, solo toman alimentos blandos o triturados. Y ahí es donde entra en juego la comida texturizada. 

Una dieta con alimentos blandos o triturados puede perder sabor, que resulten poco apetitosas y, en ocasiones, sacian más rápido de la cuenta. Así, texturizar los alimentos para las personas mayores nos permite preservar su olor y sabor original, logrando que la comida sea más sabrosa y apetitosa. 

Aunque masticamos con la boca, la vista, el olfato y la textura o el tacto también son sentidos muy importantes a la hora de comer y hacen que disfrutemos más o menos de un alimento. ¿A quién no le gusta el olor a café recién hecho por la mañana? ¿Y quién puede resistirse a un pan bien crujiente o un dulce blandito?

En más de una ocasión, los platos de comida no entran por la boca si no lo hacen por la vista. Por eso, cuidar la apariencia, el olor y el sabor es tan importante. Nos ayuda a disfrutar más y mejor de la comida, también a las personas mayores. Si disfrutan comiendo estarán mejor alimentados, lo que redunda en su calidad nutricional y su bienestar. 

¿Cómo es la comida texturizada?

En la dieta texturizada que preparamos para algunos ancianos en nuestra residencia, usamos diferentes técnicas para, por ejemplo:

  • Triturar sólidos
  • Espesar alimentos líquidos
  • Preparar alimentos homogéneos y fáciles de masticar y tragar

En este tipo de alimentación también es muy habitual preparar los líquidos con una consistencia algo más sólida, similar a los purés, yogures, cremas o natillas. Además, se trata de alimentos que también se pueden chafar de forma fácil y sencilla con un tenedor o que se pueden cortar a trozos sin necesidad de utilizar un cuchillo, facilitando así el uso de los cubiertos. 

Ejemplos de platos de fácil masticación

Existen diferentes alimentos y platos muy habituales en el día a día de las personas que también son aptos para personas mayores con problemas para masticar o tragar. Se trata de platos cuya adaptación será muy fácil o mínima. Os mostramos algunos ejemplos muy prácticos si cuidáis o tenéis en casa a personas mayores.

Entrantes y primeros platos: gazpacho, hummus, salmorejo, patés, huevos rellenos, cremas de verduras, setas, puré, caldos y sopas, canelones, arroz hervido o a la cubana, etc. 

Segundos platos: huevos pasados por agua o poché, huevo en tortilla, revuelto de huevo, pescado en salsa, pastel de carne o pescado, croquetas, etc. 

Postres: manzana al horno (sin piel), la fruta muy madura, compotas, natillas, yogures, pastel de queso, gelatinas, arroz con leche, helados, etc. 

Llevar una dieta saludable es importante en cualquier etapa de nuestra vida y alimentarnos con comida rica y sabrosa… ¡También!  La alimentación es una herramienta para cuidar de nuestro bienestar, prevenir enfermedades… ¡y disfrutar! No hay que olvidar que la comida es uno de los grandes placeres de la vida. 


Demencia en ancianos: síntomas, tipos y cómo podemos ayudar las residencias

El 21 de septiembre se celebra el Día Mundial del Alzheimer, una jornada que a menudo sirve para reflexionar y poner en valor el largo camino que queda por recorrer en la lucha contra esta enfermedad, la importancia de la detección precoz y sobre todo la importancia de cuidar la memoria .

El Alzheimer es uno de los tipos de demencia más comunes hoy en día, pero también existen otros. Muchos de estos padecimientos comparten sintomatología o parecen similares, pero son diferentes.

Para evitar confusiones y acercarnos un poco más a la realidad de nuestros ancianos y las enfermedades que acechan cuando se acerca la vejez, hoy queremos hablar de la demencia en general y, por supuesto, del Alzheimer en particular.

¿Qué es la demencia?

Tomando como referencia la Organización Mundial de la Salud, podemos definir la demencia como:

“Un síndrome - de naturaleza crónica o progresiva - que se caracteriza porque provoca un deterioro de la función cognitiva, es decir, la capacidad para procesar nuestros pensamientos. Este deterioro va más allá de lo que podría ser considerado como una consecuencia del envejecimiento de las personas.

Síntomas y tipos de demencia

Existen diferentes causas y tipos de demencia que provocan diferentes enfermedades y lesiones. En cualquier caso, la demencia suele ser uno de los principales motivos de dependencia y discapacidad entre las personas mayores.

Aunque este tipo de padecimiento es muy conocido en todo el mundo, la realidad es que la concienciación y la comprensión en torno a la demencia es aún escasa.

Aunque existen algunos síntomas relacionados con la demencia, es importante poner de manifiesto que, a cada persona según su personalidad, la vive y la padece de una manera diferente en función del tipo de demencia y su impacto.

De forma genérica, podemos establecer los síntomas de la demencia en función del estado en que ésta se encuentre:

 

  • Demencia temprana: Es la más “invisible” porque su inicio suele ser muy paulatino. En esta fase, los principales síntomas son la tendencia al olvido, la desubicación en el espacio o perder la noción del tiempo.
  • Demencia en fase intermedia: los síntomas se manifiestan de forma más clara y también más limitante. Por ejemplo, es habitual que las personas en esta etapa olviden hechos recientes o el nombre de las personas, se sienten desubicados en su propia casa o tengan dificultad para comunicarse y necesitan ayuda en su cuidado y aseo.

Puede parecer obvio, nos sentamos ante un plato de comida y cogemos los cubiertos y comemos, en esta etapa, podemos no identificar los cubiertos y no saber utilizarlos. Irnos a dormir y no saber meternos en la cama.

  • Etapa tardía de la demencia: La dependencia y la falta de actividad son absolutas y los problemas de memoria y los síntomas físicos también son graves. En esta etapa, las personas con demencia tienen problemas para ubicarse en el tiempo y el espacio, puede que no reconozcan a sus familiares y amigos más cercanos, tienen dificultad para caminar e incluso su comportamiento se puede alterar hasta el punto de resultar agresivo.
La demencia afecta al deterioro cognitivo de las personas que la padecen

Existen muchos tipos de demencia, aunque la más común y conocida es el Alzheimer. Según datos de la OMS, representa cerca del 60-70% de los casos de demencia. Otros tipos de demencia también habituales son:

  • Demencia frontotemporal
  • Demencia por cuerpos de Lewy
  • Demencia vascular

¿Existen tratamientos o cura para la demencia?

A día de hoy no existe ninguna cura para la demencia ni tampoco para revertir su progresión. Sin embargo, se están llevando a cabo investigaciones y ensayos clínicos que, esperamos, algún día nos ayuden a poner fin a esta enfermedad que tanto hace sufrir a quienes la padecen y aún más a sus familiares.

La mayoría de intervenciones que existen para tratar la demencia se centran en mejorar la calidad de vida de las personas con demencia, su familia y cuidadores. Así, los principales objetivos son:

  • El diagnóstico precoz para facilitar un tratamiento óptimo.
  • Mantener y mejorar la salud física, la actividad, la cognición y el bienestar en general de la persona con demencia.
  • Tratar síntomas psicológicos y de conducta relacionados con la enfermedad.
  • Ofrecer apoyo e información a familia y cuidadores.

¿Qué hacemos en El Cel de Rubí para combatir la demencia?

El deterioro cognitivo que provoca la demencia hace a las personas más dependientes a medida que avanza la enfermedad. Necesitan desde atención primaria y especializada hasta cuidados de larga duración o rehabilitación. Por ello, el rol del cuidador tiene un valor incalculable.

Según datos de la Organización Mundial de la Salud, en 2019 los cuidadores pasamos una media de cinco horas al día apoyando a las personas con demencia en su vida diaria.

En este sentido, el gran pilar de El Cel Rubí lo encontramos en el equipo auxiliar. Son capaces de desarrollar el cuidado físico y social de nuestros mayores, Además, les conocen personalmente, saben cosas sobre su vida, a qué se dedicaban, qué les gusta, sus familias, sus gustos… De esta forma, se crea un vínculo y, en momentos de confusión, podemos hablarles de sus familias, de quiénes son, etc, dándoles confianza y tranquilidad.

3 aspectos a tener en cuenta a la hora de escoger residencia para personas con demencia

Una de las decisiones más importantes, y difíciles, a las que se enfrentan familias con personas mayores bajo su responsabilidad es elegir la mejor residencia. Una decisión especialmente compleja si, además, el anciano padece demencia.

En este sentido, destacamos tres aspectos primordiales a la hora de escoger una residencia para personas con demencia:

  1. Saber en qué estado se encuentra la demencia para buscar un centro preparado para ofrecer los cuidados necesarios.
  2. Que la residencia apueste por un modelo de atención centrado en la persona, es decir, que conozcan a los abuelos y sus gustos. La manera de hacer terapia con personas con demencia es consiguiendo que participen en actividades. Solo lo harán si se sienten a gusto y les reconfortan.
  3. El plan de actividades de la residencia debe ser dinámico y adaptarse constantemente a las necesidades de los mayores para crear una rutina. Esto es muy importante para las personas con demencia porque les ayuda a mantenerse ocupados y combatir la confusión y la pérdida que padecen.

¿Cómo prevenir la demencia?

La demencia no tiene cura, pero detectarla lo más pronto posible sí que está en nuestras manos. En este sentido, las principales recomendaciones de los expertos para prevenir la demencia son:

  • Hacer ejercicio con regularidad.
  • No fumar y evitar un uso nocivo de las bebidas alcohólicas
  • Controlar el peso y llevar una alimentación saludable
  • Mantener la actividad social y cognitiva
  • Cuidar de la memoria y acudir a un especialista en el momento en que detectemos olvidos inusuales o muy repetidos.

Aunque la demencia afecta principalmente a nuestros abuelos, no es una enfermedad provocada por la edad. De hecho, el 9% de los casos de demencia son de inicio temprano, es decir, los síntomas aparecen antes de los 65 años.