Según la OMS, el maltrato a una persona mayor es “un acto único o repetido que causa daño o sufrimiento a una persona de edad avanzada, o la falta de medidas apropiadas para evitarlo, que se produce en una relación basada en la confianza”. Según la Declaración de Toronto (2002), la definición de maltrato a la gente mayor es toda “acción única o repetida, o carencia de respuesta adecuada, que se produce en cualquier relación en que haya una expectativa de confianza y que provoca daños o angustia en una persona mayor». En este nuevo post, queremos abordar todo lo relacionado con el maltrato a personas mayores, qué tipos de maltratos existen, cómo prevenirlos y cómo abordarlos.

Compromiso con las personas mayores

El Grupo Rubí Social siempre defiende a diario su compromiso con el cuidado de las personas mayores. Además de la labor 24/7/365 como residencia, seguimos desarrollando y participamos en otras acciones para combatir este problema. Una de las más importantes es la colaboración con el Ayuntamiento de Rubí y la Diputación de Barcelona en la elaboración de la “Guía Local para hacer frente a los maltratos de las personas mayores”.

Los objetivos de esta guía son:

  • Impulsar la investigación del maltrato a los ancianos.
  • Sensibilización de los equipos profesionales que trabajan con gente mayor sobre el fenómeno del maltrato.
  • Profundizar en el conocimiento de los maltratos a personas mayores.
  • Proporcionar criterios para prevenir, detectar e intervenir en los maltratos.
  • Facilitar una herramienta para orientar las actuaciones de los equipos profesionales.
  • Destacar la importancia del abordaje multidisciplinario y que la carencia de respuesta adecuada también es una forma de maltrato.

En este sentido, es fundamental la comunicación y el abordaje multidisciplinar para detectar las situaciones de riesgo. Por ello, colaboramos activamente tanto con los Servicios sociales del Ayuntamiento de Rubí como con otras entidades locales, como por ejemplo los Centros de Atención primaria, Centros de Salud Mental de Adultos, etc.

Una ‘pandemia’ silenciada y subestimada

El maltrato a los mayores es una realidad silenciosa y de escasísimo debate público. Una de las razones es que los mayores apenas se notifican casos de maltrato.

¿Por qué? Según el citado informe de la OMS, se debe al temor a las represalias, no querer causar problemas a su maltratador -especialmente si es un familiar-, carecer de las facultades mentales necesarias –deterioro cognitivo-, la falta de conciencia y sentir vergüenza. Y es que a menudo los maltratadores disfrutan de una relación de cercanía y confianza con los mayores.

A ese problema invisible se le une el hecho de que no interesa demasiado estudiarlo, a juzgar por las pocas investigaciones que se han llevado a cabo para abordar el tema. Y a mayor dependencia, mayor posibilidad de maltrato.

Las estadísticas también desvelan que son más las mujeres mayores que sufren maltratos respecto a los varones, si bien esto también puede deberse a que ellas tienen una mayor esperanza de vida y más riesgo de sufrir deterioro cognitivo.

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Tipos de maltrato en personas mayores

Según el estudio Prevalencia de malos tratos hacia personas mayores que viven en la comunidad en España, publicado en 2012 en la revista científica Medicina Clínica, el tipo más frecuente de malos tratos es el psicológico (11,5 %), seguido del maltrato físico y sexual (2,95 %). La negligencia (2,07 %) y el abuso económico (1,11 %) son menos frecuentes.

Veamos a continuación más detalles sobre los tipos de maltrato más habituales hacia personas mayores:

  • Maltrato psicológico: Aislamiento, coacción, insultos, menosprecio, gritos, burlas, amenazas, falta de respeto, dominio, imposición…
  • Abuso económico: Es el uso ilegal o impropio de todos o algunos de los fondos económicos, bienes, propiedades o posesiones de la persona mayor. Al igual que el maltrato psicológico, se da mayoritariamente en el entorno familiar.
  • Negligencia: Hablamos de casos como descuidar la medicación, alimentación o higiene de la persona mayor
  • Maltrato físico: Usar la fuerza física para causar daños corporales en forma de golpes, empujones, patadas, bofetadas, quemaduras, etc.
  • Agresiones sexuales: Va desde desnudez forzada a violación, tocamientos…
  • Abandono: Dejar desamparada a una persona y omitir nuestra responsabilidad también es una forma de maltrato.

Hay otros maltratos que se conocen como ‘sutiles’. Se dan cuando, por ejemplo, se administran fármacos de manera abusiva para que el anciano se mueva menos o para estimularle si está adormilado. Infantilizar el trato, o manipular constantemente, también son formas de maltrato sutil.

Soluciones y alternativas para afrontar este problema

Para dar respuesta a semejante desafío, y con motivo del Día Mundial de Toma de Conciencia de Abuso y Maltrato en la Vejez, la OMS y sus asociados publicaron el documento Tackling abuse of older people: five priorities for the UN Decade of Healthy Ageing (2021–2030), en el que presentaron 6 prioridades para el Decenio de las Naciones Unidas del Envejecimiento Saludable (2021-2030). Son:

  • Combatir el edadismo, una de las principales razones por las que el maltrato a las personas mayores recibe tan poca atención. El edadismo es la discriminación por edad, es decir, los estereotipos (cómo pensamos), prejuicios (cómo nos sentimos) y discriminación (cómo actuamos) con las personas en función de su edad.
  • Generar más datos y de mejor calidad para concienciar sobre este problema.
  • Concebir soluciones rentables para poner fin a este tipo de maltrato y ampliar su uso.
  • Elaborar un argumentario a favor de la inversión en este asunto para convencer de que es un dinero bien empleado.
  • Recaudar fondos, ya que se necesitan más recursos para abordar el problema.

Estas medidas hablan a las claras de otro tipo de maltrato, el institucional, que es el que ejercen las administraciones cuando no aportan los recursos necesarios para que las personas mayores tengan una vida digna.

Por ello, también es fundamental fomentar el buen trato hacia ellos mediante campañas de sensibilización dirigidas a la sociedad, las administraciones públicas y empresas.

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Pistas y consejos para detectar el maltrato a tiempo

Al igual que sucede con los niños, los mayores, en muchos casos, especialmente si no son autónomos e independientes, están en situación de vulnerabilidad. Por lo tanto, tenemos que estar muy alerta para detectar cualquier signo que indique que algo no va bien.

Es imprescindible actuar antes de que estas situaciones puedan generar lesiones físicas, agravamiento de enfermedades o incapacidad permanente, por un lado, y ansiedad, soledad y pérdida de la esperanza y la confianza por otro lado.

De entrada, hay que tener en cuenta que el perfil del maltratador suele responder a alguien que consuma drogas o alcohol, que abuse del uso de fármacos, con elevados nivel de estrés, falta de apoyo social, sin formación en atención a las personas mayores, en situación de dependencia afectiva o económica de la persona mayor

En el caso de los cuidadores o el personal sanitario, la falta de formación, el estrés laboral y un escaso control por su labor son las principales razones.

Al respecto, las personas mayores que son proclives a ser víctimas de maltrato físico o psicológico suelen presentar algún deterioro cognitivo o trastorno psicológico, estar en situación de dependencia, ser de edad muy avanzada, o sufrir demencia con conductas muy alteradas viviendo con cuidadores familiares.

Señales de alerta

Lo primero que hay que considerar es que todos (familia, residencia, profesionales, amigos, etc.) deben ejercer la vigilancia. A partir de aquí, es fundamental que nuestros mayores no se vean o sientan aislados, que tengan un interlocutor válido y confiable para que expresen lo que les pasa o sienten.

Precisamente esto ayudará a detectar las señales de alarma que nos indican que puede haber malos tratos, como son:

  • No poder llevar a cabo sus actividades de la vida cotidiana y estar en situación de aislamiento.
  • No poder recibir visitas ni comunicarse con sus allegados porque los familiares u otras personas se lo impiden.
  • Movimientos extraños en sus cuentas bancarias, firmas en contratos que no tienen sentido…
  • Una apariencia muy descuidada.
  • Encontrar signos de desnutrición o deshidratación.
  • Que muestren una actitud de miedo, retraimiento o inquietud, y con el estado de ánimo alterado (insomnio, ansiedad, confusión, etc.)
  • Manifiesta un deseo manifiesto y reiterado de morirse.

Frente a ello, debemos actuar con la máxima rapidez y celeridad, informando a los Servicios Sociales, al Imserso, a la residencia o a alguna de las Asociaciones que velan por el bienestar de las personas mayores, como CEOMA o EIMA.

Prevención del maltrato a personas mayores

A la hora de prevenir el maltrato en mayores, hay multitud de acciones que podemos llevar a cabo, entre ellas:

  • Evitar el aislamiento social.
  • Campañas de concienciación pública y profesional.
  • Adecuar la vivienda de las personas mayores a sus necesidades.
  • No sobrecargar a los cuidadores principales y favorecer y facilitar el apoyo social, institucional y familiar.
  • Programas intergeneracionales desde la escuela.
  • Buscar apoyo psicoterapéutico.
  • Que dispongan de un cuaderno donde puedan escribir sus vivencias, sentimientos, temores, etc.
  • Líneas telefónicas de ayuda, casas de acogida y alojamientos de emergencia.
  • Políticas relativas a la atención en residencias para definir y mejorar los estándares de atención.
  • No calificar a la persona y no usar lenguaje que le estigmatice.

En general, la mejor prevención son las intervenciones que realizan los cuidadores, aliviando la carga que soportan los allegados a la persona mayor, además de una mejor financiación del dinero para quienes tengan mayor riesgo de sufrir explotación económica.

En este sentido, es clave que tanto el sector de la salud como las administraciones se responsabilicen de sensibilizar a la opinión pública sobre este problema.

Puntos básicos de la intervención en casos de maltrato

  1. Prevenir: Observar y detectar aquellas situaciones de riesgo que pueden ser causa de un maltrato ya sea por acción o por omisión.
  2. Proteger pero sin ser extremadamente invasivos, respetando en todo caso la capacidad de decidir de la persona: Cualquier intervención tiene que contar con la persona implicada. No contar con la víctima en caso de maltrato nos convierte en parte del problema, pues estamos anulando su capacidad de decisión. Para garantizar que se respeta la voluntad de la persona cuando esta no esté capacitada para decidir, es crucial contar con un documento de voluntades anticipadas que actúa como mecanismo de autoprotección de la persona dependiente.