Las caídas son uno de los riesgos más comunes para las personas mayores. De hecho, son muy frecuentes y están consideradas un problema de salud pública, especialmente en países como España con una población mayoritariamente envejecida.

La mayoría de las caídas ocurren cuando personas mayores con una o más discapacidad física que afecta a la movilidad o el equilibrio se encuentran ante un peligro en su entorno.

Si hablamos del entorno en el que se producen las caídas, lo más habitual es que tengan lugar en el hogar, principalmente en el baño, la cocina y los dormitorios. Las escaleras son también otro peligroso punto generador de caídas.

Causas de las caídas

Con la edad, surgen problemas relacionados con la pérdida de las funciones motoras que influyen en la capacidad de movimiento de la persona.

Dicha falta de movimiento puede derivar en una limitación a la hora de realizar las actividades de la vida diaria, así como llegar a ocasionar accidentes relacionados con caídas o lesiones que pueden afectar en la independencia y confianza de la persona.

Por lo general, las caídas pueden ser causadas por discapacidades físicas que limitan la movilidad o el equilibrio, riesgos del entorno o situaciones potencialmente peligrosas.

En cuanto a la frecuencia, se sabe alrededor de un tercio de los mayores que viven en casa se caen, por lo menos, una vez al año, y cerca de la mitad de los que viven en una residencia también.

En suma, las principales causas de las caídas de personas mayores son:

  • Falta de equilibrio o alteraciones de la marcha.
  • Disminución de la masa muscular.
  • Disminución de las capacidades cognitivas.
  • Problemas de tensión arterial o frecuencias cardíacas.

Posibles consecuencias

Desgraciadamente, a menudo las caídas pueden tener graves consecuencias para la salud de una persona mayor. Desde fracturas a incapacidades funcionales pasando por traumatismo cranoencefálico (TCE), pérdida de independencia o incluso la muerte.

Es crucial que cualquier persona, y en nuestro caso particular todo el personal de la residencia, sepa cómo responder de manera adecuada ante una situación de este tipo. Por ello, es necesario minimizar su incidencia y saber cómo actuar en todo momento.

 

¿Cómo actuar ante la caída de una persona mayor?

Desde El Cel Rubí, fruto de nuestra experiencia y del día a día en la residencia, hemos recopilado algunos consejos imprescindibles para manejar una caída de un anciano.

1.     Evaluar la situación

Lo primero que debemos hacer en caso de que una persona mayor se caiga es evaluar la situación. Hay que asegurarse de que la persona esté consciente y respirando adecuadamente. Si la persona no responde, es preciso llamar a un profesional médico de inmediato.

Así, en toda actuación inmediata se valorará el grado de conciencia, si tienes vómitos o sangrados y los tipos de dolor. De no haber dolor poco a poco le ayudaremos a levantarse, y si lo hay, u otra situación de riesgo, le colocaremos en postura de seguridad y llamaremos al 112.

2.     Mantener la calma

Es importante mantener la calma ante una situación de emergencia.

Lo primero es tratar de tranquilizar a la persona y asegurarnos de que se sienta cómoda. Si hay dolor, debemos evitar mover a la persona y posicionar la cabeza hacia un lado para que pueda respirar correctamente. Si no hay dolor, debemos intentar incorporarle muy lentamente, posicionando su cuerpo boca abajo apoyando las rodillas y los codos en el suelo.

Finalmente, con la ayuda de una silla u otro objeto firme, levantaremos al afectado apoyando sus manos con el objeto mientras sube lentamente. Al mismo tiempo nos situaremos detrás para dar apoyo y evitar que vuelva a caer.

3.     Llamar a un profesional médico

Si la persona se ha visto dañada por la caída, hay que llamar a un profesional médico de inmediato o al Servicio de Emergencia 112. Si la persona no puede moverse, recuerda no moverla y espera a que llegue la ayuda médica.

Además, a la hora de ayudar a levantarla, nunca debemos tirar de sus brazos para hacerlo. Tampoco manipules, en ningún supuesto, su cabeza o cuello para lograr que se incorpore lo antes posible.

4.     Registrar los detalles de la caída

Saber cómo sucedió la caída, la ubicación o cualquier otro detalle que podamos recordar es importante para informar a los profesionales médicos y/o al personal de la residencia.

En cualquier caso, aunque la persona mayor que ha sufrido una caída se encuentre aparentemente bien, lo recomendable es trasladar a un centro sanitario para valoración.

Con una visita médica se podrá descartar cualquier tipo de lesión o realizar el tratamiento y observación en base a la lesión que la caída haya producido.

5.     Revisar la causa de la caída y hacer un seguimiento

En ocasiones puede ser necesario realizar una evaluación de seguridad para identificar posibles riesgos. En lo que al seguimiento se refiere, avisaremos a la familia tras registrar y elaborar un parte de la caída, nos comunicaremos con el médico de la residencia, y haremos observación posterior de signos de hematomas, posibles vómitos, retirar puntos de sutura, etc.

6.     Ofrecer apoyo emocional

Las caídas pueden ser traumáticas para las personas mayores, especialmente si han sufrido lesiones graves. Debemos ofrecer apoyo emocional a la persona y asegurarnos de que se sienta cómoda y segura.

¿Cuándo llamar a urgencias después de la caída de una persona mayor?

En los siguientes casos es necesario llamar a los servicios de emergencia antes de levantar al anciano:

  • Si pierde el conocimiento en algún momento o se encuentra desorientado.
  • Siente un dolor que no le permite moverse.
  • Está sangrando, por la herida que se ha hecho o bien por la nariz, boca u oídos.
  • Hay una fractura, herida o golpe importante visible
  • Vomita o tiene náuseas.
  • Respira con dificultad y tiene somnolencia.

La prevención de caídas

Además de saber cómo actuar cuando ya han sucedido, es importante tomar medidas de prevención de caídas en personas mayores.

¿Qué tipo de medidas?

Tenemos que asegurarnos de que la persona lleve el calzado adecuado (resistente y que permita una buena sujeción al tobillo), mantener el área alrededor de la persona libre de obstáculos, realizar evaluaciones de seguridad en la residencia o en el hogar, etc.

Pero la prevención va mucho más allá y tiene en cuenta otros factores determinantes, como los que mencionamos a continuación.

Capacitación del personal

En el caso de la residencia, es importante que todo el personal esté capacitado para prevenir caídas y para responder adecuadamente en caso de que se produzcan.

La capacitación incluye información sobre cómo identificar riesgos de caídas, cómo ayudar a las personas mayores a moverse con seguridad y cómo proporcionar primeros auxilios en caso de una caída.

Evaluaciones de seguridad

Las evaluaciones de seguridad incluyen identificación de obstáculos en el camino, la evaluación de la iluminación y la revisión de la seguridad de los muebles y otros objetos de la habitación.

Ejercicio regular

De cara a los propios residentes y/o personas mayores en general, el ejercicio regular ayuda a mantener la fuerza y la flexibilidad, lo que reduce el riesgo de caídas.

Cuidado con las gafas

Las lentes bifocales y multifocales pueden contribuir al peligro de caídas para las personas mayores ya que afectan a la percepción de la profundidad.

En este contexto, una buena iluminación es de gran ayuda para prevenir caídas al hacer que sea más fácil ver los obstáculos en el camino.

Ajuste de la medicación

Algunos medicamentos pueden aumentar el riesgo de caídas en las personas mayores. Es crucial revisar la medicación y hablar con el doctor de cabecera y los profesionales sanitarios si hay alguna preocupación sobre el riesgo de caídas asociado con la medicación.

Monitoreo regular

Monitorear regularmente a los residentes permite detectar cualquier cambio en su salud o movilidad que pueda aumentar el riesgo de caídas.

Eliminación de obstáculos

Hay que mantener las áreas comunes y las habitaciones libres de obstáculos, sin alfombras sueltas, con los cables eléctricos organizados, los objetos colocados en lugares adecuados para evitar tropiezos, etc.

Comunicación con los familiares

Desde El Cel de Rubí siempre insistimos en mantener una relación constante y abierta con los familiares de los residentes para ayudar a identificar preocupaciones, cambios en la salud de la persona mayor, saber de sus necesidades, etc.

Innovación tecnológica

La tecnología también se ha convertido en una herramienta útil para prevenir caída, gracias a dispositivos como sensores de movimiento o cámaras de vigilancia.

Adaptar el entorno

Adaptar el entorno a las necesidades de las personas mayores es una de las grandes claves de la prevención de caídas en mayores.

Esto atañe a la instalación de barras de apoyo en las duchas y baños, así como platos de ducha a nivel de suelo, con baldosas con relieve o láminas PVC.

La colocación de rampas y salvaescaleras en lugares donde haya escaleras también son relevantes. Además, tanto las sillas como los sofás y la cama deben tener una altura adecuada, no muy baja para que el anciano puede sentarse y levantarse con facilidad.

En la cocina se recomienda tener perfectamente organizados los utensilios, cuantos menos mejor, e instalar vitrocerámica.

En general, ya sea en la casa, piso o residencia, es necesario tener espacios amplios y abiertos, para evitar tropiezos y una fácil movilidad, deshacerse de muebles que no se usen, tener el suelo todo al mismo nivel y evitar el uso de alfombras. Todo ello son factores que nos ayudarán a evitar la caída de una persona mayor.