El sedentarismo en personas mayores es uno de los ‘asesinos silenciosos’ de nuestra sociedad, ya que puede tener consecuencias graves para la salud.
En este contexto, la adopción de hábitos saludables y la promoción del envejecimiento activo, nos ayuda a prevenir y controlar las enfermedades crónicas y mantener la independencia y la calidad de vida.
¿Qué es el sedentarismo?
Lo podemos definir como un modo de vida que carece de movimiento o de actividad física en la vida cotidiana.
Esta actividad física regular se define en menos de 30 minutos diarios de ejercicio regular y menos de 3 días a la semana. De esta manera, se considera que una persona es sedentaria cuando su gasto semanal en actividad física no supera las 2000 calorías.
Actualmente, el sedentarismo se ha convertido en un problema común en muchos países del mundo, especialmente entre la población mayor.
El envejecimiento es un proceso natural que conlleva cambios físicos y psicológicos en las personas, pero no necesariamente implica una pérdida de capacidad funcional. Por tanto, para evitar que tenga consecuencias negativas en la salud de nuestros ancianos, es necesario adoptar hábitos saludables y mantenerse activos.
La advertencia de la OMS
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ya ha advertido de que el sedentarismo va en aumento y pone en peligro a una cuarta parte de la población adulta en el mundo con riesgo de padecer enfermedades como la obesidad, la demencia o la insuficiencia cardíaca.
Lamentablemente, este estilo de vida entre la población es cada vez más frecuente, afectando más a las mujeres que a los hombres y aumentando el riesgo después de la jubilación.
Al mismo tiempo, la OMS estima que las enfermedades por sedentarismo costarán más de 300.000 millones hasta 2030.
Y otro informe reciente de la OMS y la OCDE revela que el sedentarismo causa 10.000 muertes prematuras al año en Europa.
Según el informe, más de un tercio de los residentes de la Unión Europea no alcanzan el nivel de ejercicio recomendado por la OMS: 150 minutos semanales de actividad física moderada e intensa, una cifra que reduce el riesgo de enfermedades no transmisibles (ENT), mejora la salud mental y el bienestar.
Pequeños hábitos saludables para evitar el sedentarismo en personas mayores
Además de los pilares del envejecimiento activo mencionados anteriormente, existen pequeños hábitos saludables que se pueden incorporar en la rutina diaria para evitar el sedentarismo en las personas mayores.
Algunas de estas actividades son:
- Levantarse y caminar durante los anuncios de la televisión, o hacer ejercicios de estiramiento.
- Evitar coger el ascensor y optar por subir y bajar por las escaleras.
- Intenta hablar por teléfono de pie o dando pequeños pasos alrededor de la habitación.
- Caminar alrededor del barrio con amigos o familiares, salir a bailar…
- Realizar actividades de jardinería o limpieza del hogar.
- Tomar un descanso para realizar actividad física después de estar sentado durante mucho tiempo.
- Si volvemos a casa en transporte público, bajar una parada antes y dar un paseo hasta llegar a casa.
- Rutinas de ejercicios para llevar un estilo de vida activo. El ejercicio aeróbico o cardiovascular nos ayuda a ponernos en marcha de forma sencilla. Con tres veces por semanas durante al menos 30 minutos será suficiente. Muchas de estas rutinas se pueden realizar en el salón de casa.
Causas del sedentarismo en personas mayores
Existen varios factores que contribuyen al sedentarismo en las personas mayores. Entre ellos podemos destacar:
- Disminución de la actividad física debido a la jubilación: es el principal factor, derivado del aumento del tiempo libre y una disminución de las responsabilidades diarias, disminución de la movilidad, dolor crónico, temor a lesionarse, necesidad de cuidados especiales, problemas de autoestima, etc.
- Aumento del uso de medios de transporte públicos y un ocio más relajado y hogareño, pasando más horas frente al televisor.
- Falta de ganas y desinterés para la práctica de actividad física: Todo, con base a una afirmación que de forma general se cumple en la mayoría de casos: con los años nos volvemos más perezosos.
- Un mayor uso de nuevas tecnologías, como smartphones, tablets, plataformas digitales, videojuegos, etc.
Enfermedades y problemas asociados a la falta de actividad: sus consecuencias
Dentro de los riesgos del sedentarismo en personas mayores, cabe recordar que esta situación puede tener consecuencias graves para la salud.
El sedentarismo es un “asesino silencioso” que causa deterioro físico y mental, poniendo en riesgo la salud y el bienestar de las personas mayores.
Los estudios han demostrado que está asociado con un mayor riesgo de enfermedades crónicas, como la diabetes tipo 2, la obesidad, las enfermedades cardíacas y la hipertensión.
Además, el sedentarismo puede provocar una disminución de la fuerza muscular y la masa ósea, lo que aumenta el riesgo de caídas y fracturas. También puede afectar negativamente el metabolismo, el sistema inmunitario y la salud mental, aumentando el riesgo de depresión y ansiedad.
También hay que mencionar el aumento del riesgo a padecer enfermedades cardiovasculares, del colesterol en sangre, ciertos tipos cáncer (colon, útero o senos), o más dolores lumbares y de espalda.
Mayor riesgo de demencia
Investigadores de varias universidades de Estados Unidos han comparado el estado de salud mental de 146.651 mayores cuando tenían una media de edad de 64,5 años con su situación una década después. El seguimiento a estos cientos de miles de personas mayores muestra que aquellos que ven más la televisión tienen más probabilidades de sufrir demencia.
Los resultados de la comparación, recién publicados en la revista científica PNAS, evidenciaron que una vez controladas otras variables (sexo, enfermedades previas, tabaquismo, trabajo, edad, etc.), la actividad física aparece relacionada con una menor probabilidad de desarrollar cualquier tipo de demencia.
¿Cómo evitamos el sedentarismo en El Cel de Rubí?
Teniendo en cuenta todo lo comentado, para evitar el sedentarismo en personas mayores es fundamental desarrollar actividad física regular, adaptada a su edad y a su forma física. Nuestro programa de actividades terapéuticas, nos invita siempre a empezar el día con 45min de ejercicio dirigido de la mano de nuestra fisioterapeuta. Además, para usuarios con altos deterioros cognitivos desarrollamos terapias funcionales de forma individual o en grupo reducido con nuestra terapeuta Ocupacional.
En definitiva, importa más la calidad que la cantidad. Además, se recomienda acompañar la actividad de hábitos de vida saludables, apoyo familiar y social, comprensión, etc. siendo la figura del terapeuta ocupacional un elemento fundamental.