En el Cel de Rubí venimos apostando por un nuevo proyecto de actividad en la sala multisensorial para mejorar la capacidad cognitiva.

Se trata de un juego de lo más entretenido para nuestros mayores: el trabajo de construcción con Lego, es decir, trabajar a nivel psicológico la elaboración de figuras 3D de construcción a partir de imágenes 2D.

Todo ello forma parte, además, del programa de actividades de El Cel de Rubí.

Como veremos en este artículo, estos ejercicios funcionan muy bien para estimular la capacidad cognitiva.

Trabajando las capacidades cognitivas

Las capacidades cognitivas son funciones mentales y habilidades que permiten a una persona procesar, entender, recordar y utilizar la información que recibe del entorno.

Estas capacidades juegan un papel fundamental en el pensamiento, el aprendizaje, la resolución de problemas y la toma de decisiones. Abarcan una amplia gama de funciones mentales que trabajan juntas para procesar la información y desempeñar diversas tareas cognitivas.

Concretamente, a través de estos ejercicios con LEGO y de estimulación sensorial, se trabajan varias capacidades cognitivas como son:

  • La capacidad atencional y de concentración. El estar pendientes de qué pieza se corresponde con la figura o el hecho de ser conscientes de que piezas ya han sido seleccionadas estimula la capacidad de focalización en un estímulo.
  • La memoria reciente e inmediata. Nos permite saber qué piezas hemos colocado ya y cuáles son las siguientes a elegir.
  • La socialización y el ocio. Como trabajamos de forma grupal, favorecemos los lazos relacionales entre los y las diferentes usuarios/as. Durante la construcción, surgen conversaciones sobre lo que se está llevando a cabo o sobre otros aspectos que recuerdan. La socialización y el espacio de ocio son componentes muy importantes para llevar a cabo un envejecimiento activo.

Y es que con el trabajo de la capacidad cognitiva, se progresa en el trabajo sobre la atención, la concentración, la memoria, el razonamiento lógico, resolver problemas y a mayor velocidad, la percepción visual y espacial y las habilidades motoras, la creatividad o las habilidades sociales, entre otros elementos.

Estas capacidades cognitivas trabajan juntas y se complementan para permitir un funcionamiento mental eficiente y adaptativo en diversas situaciones y contextos. Por ello, mantenerlas a lo largo de la vida es esencial para un envejecimiento saludable y para mantener una mente activa y comprometida.

En esto también son determinantes las praxias.

¿Qué son las praxias?

Las praxias hacen referencia a un proceso neurológico donde se llevan a cabo una serie de acciones de movimientos de forma voluntaria para llevar a cabo un fin.

Es decir, son habilidades motoras y cognitivas que permiten planificar, organizar y ejecutar acciones y movimientos precisos y coordinados para realizar tareas específicas. Estas habilidades están relacionadas con la capacidad del cerebro para planificar y llevar a cabo acciones motrices complejas, como vestirse, comer, cepillarse los dientes, escribir, manipular objetos, entre otras.

En el caso que nos ocupa, la construcción de figuras, estamos trabajando las praxias visoconstructivas o visuoespaciales. Estas se corresponden con la capacidad de ejecutar una serie de movimientos en específico para organizar ciertos elementos en un espacio concreto (Maragall, s.f.).

Existen otros tipos de praxias, cada una enfocada en una función particular:

  • Ideomotoras: Implican la capacidad de realizar movimientos en respuesta a una orden verbal o mental.
  • Ideatorias: Involucran la planificación y ejecución de secuencias de movimientos.
  • Oromotoras: Son habilidades relacionadas con la coordinación de los músculos orales y faciales para realizar movimientos como hablar, masticar, tragar, etc.

¿Cómo estimular la capacidad cognitiva?

Contamos con numerosas herramientas para estimular la capacidad cognitiva de nuestros mayores en El Cel de Rubí, con el objetivo de mantener su mente activa y mejorar su calidad de vida.

Son actividades que además son extrapolables más allá de nuestros centros.

Todo empieza con las actividades cognitivas propiamente, es decir, acciones que desafíen y estimulen el cerebro, como rompecabezas, crucigramas, sudokus, juegos de memoria, juegos de palabras y juegos de estrategia.

A ello podemos añadir actividades creativas y de expresión artística, como la pintura, la escultura, la escritura, la música y la danza.

Con clases y talleres también se mantiene la mente activa, al igual que con el ejercicio físico regular – mejor aún si son al aire libre-.

Y hay que destacar especialmente la terapia ocupacional. En el Cel Rubí contamos con terapeutas ocupacionales para diseñar actividades personalizadas que aborden las necesidades individuales de los residentes, incluidas las actividades que mantengan sus habilidades motoras y cognitivas.

Por supuesto, los juegos de mesa y grupos sociales, la reminiscencia (compartir sus historias de vida, recuerdos y experiencias), y contar siempre con una óptima alimentación, es fundamental.

Como también lo es la estimulación multisensorial, de la que ya os hemos hablado largo y tendido.

Básicamente consiste en diseñar espacios que estimulen los sentidos a través de colores, texturas, aromas y sonidos agradables. Y es que la estimulación multisensorial puede mejorar el estado de ánimo y la cognición.

En este caso, es necesario ahondar en las virtudes de la intervención mediante la estimulación multisensorial o Snoezelen. Estos espacios son salas adaptadas con material ya preparado para proporcionar experiencias sensoriales diversas.

Lo que perseguimos es lograr un ambiente de estimulación facilitando la exploración, el descubrimiento y el disfrute de diferentes experiencias sensoriales. Un “despertar sensorial”.

Beneficios de la estimulación cognitiva

La estimulación cognitiva en los ancianos ofrece una serie de ventajas y beneficios que contribuyen a mejorar su calidad de vida y su funcionamiento mental.

Algunos de estos beneficios (NeuronUP, 2022) aluden a la promoción de la autonomía y la autoestima, ralentizar el deterioro cognitivo… Veamos cuáles son los más destacados:

  • Mantener las habilidades cognitivas y fortalecer las habilidades mentales como la memoria, la atención, el razonamiento y la resolución de problemas. Esto ayuda a retrasar el declive cognitivo asociado con el envejecimiento.
  • Prevenir el deterioro cognitivo, reduciendo el riesgo de desarrollar trastornos neurodegenerativos como la enfermedad de Alzheimer y la demencia.
  • Mejorar la concentración y la atención y una mayor estimulación neuronal y plasticidad cerebral.
  • Mejorar el estado de ánimo y reducir los sentimientos de ansiedad y depresión.
  • Fomentar la socialización, la interacción social y el compromiso emocional para prevenir el aislamiento social y aumentar la autoestima.
  • Retrasar el avance de enfermedades neurodegenerativas y promover su independencia.

En resumen, la estimulación cognitiva en nuestros mayores supone una serie de beneficios que abarcan desde el mantenimiento de habilidades mentales hasta la promoción de la salud emocional y el bienestar general. Por ello, para maximizar estos beneficios, en el Cel Rubi diseñamos programas de estimulación cognitiva adecuados a las necesidades individuales y preferencias de cada persona.

Referencias