Una parte esencial de la vida humana. Así podemos definir a las relaciones intergeneracionales. Esas conexiones que se establecen entre personas de diferentes edades y generaciones y desempeñan un rol vital en la construcción de sociedades más cohesionadas y enriquecedoras.
Las relaciones intergeneracionales se basan en la comunicación y la comprensión mutua entre personas de diferentes grupos de edad y, para que sean positivas, es importante que exista una apertura a la diversidad de experiencias y perspectivas de cada generación.
¿Qué son las relaciones intergeneracionales?
Son las conexiones que se establecen entre individuos de diferentes grupos de edad, generalmente entre personas mayores y jóvenes.
Estas relaciones se dan a diario en diversos entornos, como el familiar, el comunitario, el educativo y el laboral. Sin embargo, hay que ir al núcleo de la cuestión, a descifrar cómo estas relaciones modifican nuestra visión de la vida.
Es decir, lo más destacado no es el componente de la edad sino el de la experiencia.
Por tanto, ¿qué distingue a estas relaciones?
La oportunidad de intercambio, aprendizaje y apoyo mutuo entre generaciones.
Se produce aquí una respuesta bidireccional, pues los beneficios de las relaciones intergeneracionales funcionan en un doble sentido. Por un lado, subrayan la importancia de las personas mayores en la sociedad, y por otro lado avalan el impacto positivo de nuestros mayores sobre las generaciones más jóvenes.
Las relaciones intergeneracionales pueden tomar muchas formas, desde la interacción diaria entre abuelos y nietos hasta programas formales de mentoría en los que los más ancianos comparten sus experiencias con los más jóvenes.
En cualquier caso, el amor, el respeto, la amistad o la necesidad de cuidado y apoyo son conceptos muy presentes.
Los beneficios de las relaciones intergeneracionales
Independientemente de la forma que tomen, estas relaciones intergeneracionales favorecen a todos por igual.
La diferencia de edad no es un impedimento para la comprensión, el diálogo y el aprendizaje.
A nivel genérico, el trato entre generaciones rompe barreras y estereotipos, aumenta el respeto entre generaciones al ver al otro como un igual y supone un enriquecimiento mutuo, el refuerzo de la unidad familiar y comunitaria…
Veamos ahora los beneficios más en detalle según la edad.
Beneficios para las personas mayores
Al relacionarse con personas más jóvenes a través de diferentes actividades, los más ancianos:
- Aprenden y mantienen el cerebro activo y un buen estado cognitivo.
- Se sienten más útiles y se acelera el envejecimiento activo.
- Ganan en autoestima y autoconfianza.
- Disminuyen los pensamientos negativos y la sensación de soledad.
- Ven cómo aumenta la red de apoyo y disminuye el sentimiento de soledad.
- Potencian el envejecimiento activo y el sentido de propósito en la vida.
- Disfrutan del estado de abuelo, es decir, tienen todos los beneficios y alegrías de la paternidad sin inconvenientes.
Beneficios para los más jóvenes
Para ellos se produce un:
- Gran aprendizaje de experiencias de vida y conocimientos que pueden aprovechar.
- Desarrollo de habilidades sociales como la empatía, la paciencia y la escucha activa.
- El traspaso de valores y tradiciones de primera mano.
- Se reduce la estigmatización de la vejez y se rompen mitos y prejuicios.
Un impacto positivo para siempre
¿Por qué dar por hecho el desinterés de los jóvenes por la importancia de las personas mayores en la sociedad? ¿Por qué creer que en la vejez se mira a las nuevas generaciones mayoritariamente con recelo o desconfianza?
Cuando se promueve la participación social de las personas mayores, se ponen en valor sus aportaciones y los jóvenes son más capaces de asimilar los aspectos positivos de hacerse mayores y de compartir esas experiencias.
Esas relaciones sociales con personas de otra edad generan en ambos casos un ambiente optimista, con ilusiones renovadas, nuevos retos y un sentimiento de integración y comprensión.
Grandes retos por delante
A pesar de las ventajas de las relaciones intergeneracionales, también pueden presentarse obstáculos comunes.
El más lógico es la diferencia generacional que hay que salvar, puesto que las diferencias en valores, creencias y estilos de vida pueden dar pie a malentendidos e incluso conflictos. La clave aquí está clara: una comunicación abierta y la empatía.
La brecha tecnológica también puede dificultar la comunicación y la interacción entre generaciones. La paciencia y el apoyo son fundamentales para superar esta barrera y que las personas mayores no se sientan abrumadas por la tecnología.
Por supuesto, también hay que poner un contrapeso cuando las expectativas de una de las partes pueden ser desiguales en tiempo, atención o compromiso en la relación.
¿Cómo fomentar estas relaciones? A continuación veremos algunos ejemplos como actividades compartidas, pero siempre a partir de la construcción de un puente intergeneracional para facilitar el entendimiento y el apoyo mutuo.
Actividades para fortalecer las relaciones intergeneracionales
Las actividades que fortalecen las relaciones intergeneracionales son de lo más variopinto y deben adaptarse a las preferencias y necesidades de las personas involucradas.
En El Cel de Rubí somos muy conscientes de ello. Es por eso que en nuestro centro desarrollamos las siguientes actividades intergeneracionales:
- Actividades en Sant Jordi: Intercambio de puntos de libros y rosas con diferentes institutos de Rubí.
- Cantar ‘Nadales’: en navidad acuden diferentes grupos de edades (guardería e infantil) a cantar Nadales y los abuelos preparan el coro de navidad e intercambian versiones y postales navideñas.
- Proyecto de rendimiento físico: Proyecto donde estudiantes del módulo de rendimiento físico de Terrassa vienen a realizar clases al centro con y para nuestros mayores.
- Servicio comunitario de Institutos de Secundaria: Diversos colegios e institutos de Secundaria realizan proyectos intergeneracionales en nuestro centro. Cada año conjuntamente con los colegios/institutos diseñamos una serie de proyectos que los alumnos desarrollan en el centro.
- Proyectos junto al Instituto la Serreta: Colaboraciones con estudiantes del Grado Superior de Atención a las Personas donde preparan actividades en carnaval, Sant Jordi, navidad, etc.
- Salidas al exterior con participación de familiares: Durante junio y julio, los jueves por la tarde se crean grupos de salidas al parque de Can Oriol, a merendar, días de playa…
- La fiesta de las familias: Comida que se realiza en el centro en mayo, donde participan todas las familias de los usuarios y se conocen, se relacionan y se realiza una gran fiesta.
- Visita al colegio Creanova de Sant Cugat: Nuestros abuelos realizaron diferentes talleres y enseñan a los más pequeños a plantar plantas y a jugar al dominó.
Además, estamos ultimando los detalles del futuro proyecto de «Solidaridad y juegos intergeneracionales», que se implantará en el curso 23-24.
En definitiva, fomentar la comprensión y el respeto mutuo entre generaciones es la llave para potenciar las relaciones intergeneracionales.
Sin duda, son un activo muy valioso en nuestra sociedad.
Conectan a personas de diferentes edades, generaciones y eras, permitiendo un intercambio de experiencias, apoyo mutuo y enriquecimiento personal.
Así, a medida que reconocemos y fomentamos la importancia de las relaciones intergeneracionales, podemos construir comunidades más fuertes y cohesionadas. Unas conexiones que enriquecen nuestras vidas y nos ayudan a aprender, crecer y prosperar en un mundo diverso y en constante evolución.