Las rutinas diarias desempeñan un papel fundamental en la vida de las personas mayores, especialmente en el entorno de una residencia para ancianos.
La estructura y consistencia proporcionadas por estas rutinas no solo contribuyen al bienestar general, sino que también tienen un impacto significativo en la calidad de vida de los residentes.
¿Cuáles son esas rutinas diarias comunes en una residencia de ancianos? ¿Qué importancia tienen para las personas mayores? ¿Cuáles son sus beneficios y los problemas que pueden surgir en ausencia de rutinas estructuradas? De todo ello hablaremos en este artículo.
¿Por qué son importantes las rutinas en personas mayores?
Las personas mayores, especialmente aquellas que residen en entornos de cuidado, encuentran gran ‘consuelo’, confianza y seguridad en las rutinas diarias.
La previsibilidad de estas rutinas les brinda un sentido de control sobre su entorno y les ayuda a adaptarse a los cambios más fácilmente. Por tanto, la importancia de estas rutinas se refleja en dos aspectos clave:
- Seguridad emocional: La consistencia en las rutinas diarias crea un entorno anticipable, lo que proporciona seguridad emocional a los residentes e impulsa, entre otras cosas, el envejecimiento activo. Esto es especialmente significativo para aquellos que pueden experimentar ansiedad debido a la pérdida de autonomía.
- Mejora de la salud mental: Las rutinas estructuradas contribuyen positivamente a la salud mental de las personas mayores. Al reducir la incertidumbre y el estrés, promovemos un estado de bienestar emocional, incluso nutritivo y en la alimentación, generando un impacto positivo en la cognición y la calidad de vida.
Beneficios de las rutinas
Entendida ya la importancia real de estas rutinas diarias en una residencia, en el hogar, etc. es preciso comprender hasta qué punto son beneficiosas tanto a nivel individual como colectivo.
Precisamente una de las grandes ventajas es el fomento de la socialización.
Las rutinas diarias que proponemos desde El Cel de Rubí incluyen actividades grupales que propulsan la socialización entre los residentes. Y es que una interacción regular contribuye a la formación de amistades, reduciendo la sensación de aislamiento.
Además, está la mejora de la salud física y mental. La incorporación de actividades físicas en las rutinas diarias contribuye a mantener la movilidad y la salud física de los residentes, previniendo prevenir problemas de salud a largo plazo y siempre con el objetivo de mejorar la calidad de vida. Y esto también hace que se estimule sensorialmente a los residentes, se sientan más cómodos y satisfechos.
Problemas asociados a la ausencia de rutinas
Está la cara y está la cruz. La falta de rutinas estructuradas puede dar lugar a una serie de problemas que afectan negativamente la vida de las personas mayores en una residencia. Podemos destacar:
- Confusión y desorientación: La falta de rutinas puede llevar a la incertidumbre, a la confusión y desorientación en los residentes, especialmente aquellos que enfrentan problemas cognitivos. La previsibilidad de las rutinas actúa como un ancla que ayuda a mantener la orientación.
- Declive en la salud mental: Puede contribuir al empeoramiento en la salud mental de los residentes, aumentando el riesgo de depresión y ansiedad. La falta de certezas sobre lo que sucederá a continuación puede generar estrés innecesario.
- Carencia de una estructura en la vida diaria: La falta de rutinas puede resultar en una vida diaria carente de estructura. Esto puede llevar a la pérdida de interés en actividades, disminución de la participación social y, en última instancia, afectar la calidad de vida.
3 rutinas diarias en una residencia de mayores
En una residencia de gente mayor como El Cel Rubí, las rutinas diarias son cuidadosamente diseñadas para satisfacer las necesidades físicas, emocionales y sociales de los residentes.
Estas rutinas suelen incluir actividades programadas, comidas, momentos de descanso y atención médica.
Veamos algunas de las rutinas más comunes:
1. Actividades programadas
Las actividades programadas, como ejercicios físicos suaves, clases de arte, música, risoterapia o juegos, son esenciales en la rutina diaria de los residentes.
Estas actividades, además de promover la salud física, también fomentan la interacción social, lo cual es crucial para combatir la soledad y el aislamiento.
2. Horarios de comidas
La regularidad en los horarios de comidas proporciona estabilidad y asegura una nutrición adecuada.
Comer juntos también crea un sentido de comunidad y promueve la socialización entre los residentes.
3. Cuidado personal y medicación
Las rutinas diarias incluyen momentos designados para el cuidado personal, como aseo, baños y administración de medicamentos.
Estos momentos son ineludibles para mantener la salud física y mental de los residentes.
¿Cómo es un día en El Cel Rubí?
El día a día en nuestra residencia sigue unos patrones muy claros, aunque siempre contamos con días especiales, como Sant Jordi, Reyes, festividades nacionales, etc. además de nuevas actividades que vamos introduciendo, espacios como la sala de estimulación sensorial Snoezelen y en definitiva alternativas continuas para impulsar el bienestar diario de nuestros mayores.
En todo caso, aquí os dejamos un organigrama para entender cómo sería un día en nuestra residencia:
Además de las rutinas habituales, en nuestro centro también tenemos actividades especiales como las colaboraciones con colegios e institutos. Éstas son muy valiosas y tienen muy buena acogida porque no solo rompen con la rutina “social” sino que se relacionan con personas muy diferentes ya que nos involucramos en proyectos intergeneracionales.
La rutina: un pilar fundamental para las personas mayores
adeEn resumen, las rutinas diarias son una de las bases de la vida de las personas mayores que viven en una residencia.
La estructura y la consistencia proporcionadas por estas actividades que se repiten día a día no solo mejoran la calidad de vida, sino que también contribuyen al bienestar emocional, social y físico de cada residente.
Por otro lado, la falta de una rutina puede dar lugar a problemas que afectan negativamente la salud y el bienestar de las personas mayores.
Es por ello que la creación de rutinas adaptadas a las necesidades individuales de los residentes, tal y como hacemos con cada uno de nuestros mayores en El Cel Rubí, es esencial para asegurar un entorno en el que puedan florecer y disfrutar de una vida plena.