Cómo disfrutar de las vacaciones viajando con personas mayores
Viajar en vacaciones con personas mayores es una experiencia maravillosa y enriquecedora. Pero para asegurarnos de que disfruten plenamente de las vacaciones, tanto si viajan en grupo como si viajan en familia, es esencial considerar diversos aspectos prácticos.
Por ello, desde El Cel de Rubí vamos a contaros algunos consejos y recomendaciones para viajar con personas mayores, con el objetivo de asegurarnos de que las vacaciones sean seguras, cómodas y agradables para todos.
Recomendaciones básicas para viajar con personas mayores
Antes de empezar a planear las vacaciones con nuestros mayores, debemos ser conscientes de sus capacidades.
Si la persona no sufre de ningún problema de movilidad, por lo general no habrá obstáculo alguno para visitar cualquier ciudad, destino de playa, zona rural... No obstante, es vital tener en cuenta si hay que andar mucho, hay un gran desnivel, etc.
En este sentido, siempre es necesario e imprescindible considerar los dos siguientes supuestos antes de organizar cualquier escapada familiar y vacacional:
- Que el adulto mayor debe contar con su propio espacio, para que se sienta parte de la familia, y que disponga de la privacidad que necesita.
- Intentar que mantenga su rutina, independencia y autonomía dentro de lo posible.
El reto es buscar una sintonía entre todos para usar el viaje con la familia como el mejor antídoto para combatir su nueva vida, y esa soledad que a menudo pueden sentir, así como sus consecuencias en la tercera edad. Y para lograrlo, hemos elaborado una serie de recomendaciones y consejos.
Elegir bien el destino
¿Qué tipo de destinos buscamos cuando nos hacemos mayores?
Lógicamente, con la edad, la forma de viajar cambia. Cuando se es anciano, no vale “cualquier cosa”. Debe primar la comodidad y el confort en los destinos, así como la seguridad, la facilidad de acceso, el clima, la calidad de los servicios… A esto hay que añadir posibles inconvenientes como el idioma, si vamos a un país extranjero, el sistema de transportes en el destino o la accesibilidad de las infraestructuras.
¿Qué debemos evitar?
Climas muy extremos, lugares con terrenos accidentados o condiciones extremas, calles mal pavimentadas, etc. Con ello, nos aseguraremos de que el destino elegido es óptimo para pasar unas vacaciones fantásticas.
Para todo ello, podemos informarnos en la Plataforma Representativa Estatal de Personas con Discapacidad Física (PREDIF).
Planificación anticipada
Antes de embarcarse en un viaje con personas mayores, es preciso realizar una planificación previa, asegurándonos de tener en cuenta sus necesidades y preferencias.
Hay que consultar con ellos sobre sus condiciones de salud, medicamentos que deban tomar regularmente y las limitaciones físicas que puedan tener.
También es más que recomendable saber qué servicios de atención médica están disponibles en el destino y anotar los números de contacto de hospitales, clínicas y médicos locales, amén de llevar suficiente medicación y documentos médicos importantes.
Elegir bien las actividades
A la hora de elegir actividades durante el viaje, primero hay que considerar las preferencias y necesidades de las personas mayores. En este sentido, debemos optar por actividades de bajo impacto físico, pero sin caer en el sedentarismo en personas mayores, como paseos tranquilos por la playa / naturaleza, visitas a museos, jardines botánicos, espectáculos culturales, etc.
Es una recomendación más que lógica pero que conviene recordar: se deben evitar actividades que requieran mucho esfuerzo físico o sean demasiado extenuantes para los adultos mayores, especialmente en las horas de mayor calor.
Máximo cuidado de la piel
Gorras, sombreros, protector solar de máxima eficacia, gafas de sol… Toda protección es poca cuando el sol aprieta para cuidar la piel de nuestros mayores.
Ropa y calzado adecuados
La comodidad en la ropa y el calzado no se pueden negociar.
Si se planean excursiones o caminatas, elige ropa ligera pero protectora, como camisas de tejidos naturales y finas, así como pantalones ligeros para protegerse del sol. En suma, no llevar ropa ajustada o que restrinja el movimiento. Asimismo, asegúrate de que todos lleven zapatos cómodos, transpirables y resistentes para evitar rozaduras o lesiones en los pies.
Confort en el alojamiento
Otro factor diferencial: la selección de alojamiento.
Es necesario elegir hoteles, resorts o apartamentos que ofrezcan comodidades adecuadas para su estancia, como el hecho de que haya ascensores o habitaciones en la planta baja disponibles, instalaciones accesibles para personas con discapacidades o incluso servicios adicionales como asistencia médica de emergencia.
Lo que queremos es saber que no existen las barreras arquitectónicas, o que si las hay se salvan con rampas y otros elementos, tal y como hacemos en nuestra residencia de El Cel de Rubí.
Reservar alojamiento en una ubicación céntrica o a pocos pasos del lugar habitual de ocio, como la playa, y sin importantes cuestas, también es otro punto a favor.
Itinerario flexible y una logística óptima
También es esencial planificar un itinerario que no incluya un programa demasiado apretado, sin tiempo suficiente para descansar y relajarse. Buscamos fomentar su envejecimiento activo, no sobrecargarlo.
Es obligatorio incorporar paradas frecuentes durante las visitas turísticas y asegurarse de incluir actividades que sean de interés para todos los miembros del grupo, adaptándolas a los gustos y capacidades de las personas mayores.
Al mismo tiempo, el transporte es otro factor a tener muy en cuenta.
En la medida de lo posible, debemos priorizar opciones que sean cómodas y seguras para las personas mayores. Por ejemplo, si van a viajar en avión, considerar solicitar asistencia en el aeropuerto para evitar largas caminatas o tiempos de espera extensos.
En otros medios como autobuses o trenes, verificar si ofrecen servicios especiales para personas con discapacidades o si cuentan con acceso fácil y seguro para los adultos mayores.
En este sentido, es crucial, en trayectos largos, programar paradas frecuentes para que las personas mayores descansen y estiren las piernas. Esto ayuda a reducir el cansancio y el malestar.
Carné de jubilado y descuentos
Como consejo, en multitud de lugares de interés en España y de Europa, así como en transportes, restaurantes, sitios culturales, etc. realizan descuentos a personas mayores y personas con discapacidad.
Aprovecha estas ofertas para la tercera edad y ahorra dinero en tus actividades y compras llevando el carné de jubilado.
La importancia de la hidratación
Uno de los principales factores que pueden alterar el bienestar y cuidado de los mayores durante las vacaciones es el viajar a zonas muy calurosas. No en vano, una de las afecciones más peligrosas en la tercera edad en verano son los golpes de calor y las deshidrataciones.
Por ello, mantenerse hidratado es fundamental, especialmente durante los viajes y las actividades al aire libre. Es importante llevar botellas de agua y animar a nuestros mayores a beber líquidos regularmente.
Botiquín de primeros auxilios
Preparar un botiquín de primeros auxilios es una precaución inteligente al viajar con personas mayores.
Aquí incluimos medicamentos básicos, vendajes, desinfectantes, analgésicos y cualquier otro elemento necesario para hacer frente a lesiones menores o malestares.
Paciencia y comunicación
Viajar con personas mayores en vacaciones requiere a veces un poco más de paciencia y comprensión. Pero no hay nada que no se remedie prestando atención a sus necesidades y escuchando sus sugerencias, es decir, manteniendo una comunicación abierta y asegurándonos de que se sientan cómodos y apoyados durante todo el viaje.
En definitiva, pasar las vacaciones con personas mayores puede ser una experiencia de lo más gratificante y enriquecedora siempre que se tomen las precauciones adecuadas y se planifique de manera responsable, eligiendo destinos accesibles, alojamientos confortables, las actividades adecuadas y teniendo en cuenta sus necesidades médicas y preferencias de ocio y disfrute.
Consejos para el cuidado de personas mayores en invierno
En este blog ya hemos detallado algunos de los mejores consejos para proteger a las personas mayores en verano. Y tan obvio es que el verano es una época del año donde se tiene que redoblar el cuidado y atención de los mayores y personas dependientes, como que en invierno sucede exactamente lo mismo. Por eso, hoy queremos hablaros sobre los principales consejos de cuidado de personas mayores en invierno.
El frío: mayores riesgos para nuestros mayores
Durante el invierno bajan considerablemente las temperaturas. Esto supone un grave riesgo para la salud de las personas mayores. Tanto cuidadores como familiares, cuando llega esta época, nos encontramos ante situaciones que requieren prestar más atención si cabe, velar por el cuidado de los ancianos y prevenir los riesgos asociados a su salud durante los meses de mayor frío del año.
De hecho, junto al calor extremo, el frío puede ser el peor enemigo para los ancianos. Empezando por el riesgo de caídas o lesiones por el aumento de los días de lluvia y de nieve, siguiendo por su mayor susceptibilidad de sufrir los efectos de las bajas temperaturas en forma de catarros, resfriados y gripe, así como hipotermia, dolores de huesos y articulaciones, etc. tal y como recoge la guía de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología sobre las personas mayores más vulnerables ante el frío.
¿Cómo podemos cuidar a las personas mayores en invierno?
Como todos sabemos, en esta estación el riesgo de sufrir enfermedades cardiorrespiratorias, como gripes, catarros o neumonías, aumenta considerablemente, y se pueden agravar los síntomas de patologías articulares muy frecuentes en las personas mayores, como la artrosis o el reuma. A ello debemos sumar los cambios en el estado de ánimo.
De esta manera, para poder cuidar a los mayores durante el invierno, desde El Cel de Rubí apostamos por las recomendaciones que os ofrecemos a continuación.
Lavarse las manos con regularidad
También debemos citar los hábitos de higiene saludables en invierno, entre ellos y de forma destacada lavarse las manos con regularidad. Esto impide la proliferación de gérmenes que pueden desencadenar y propagar multitud de patologías, evitando coger la gripe, el resfriado y otras infecciones. Es muy importante lavarse las manos siempre que estén sucias, después de sonarse la nariz o ir al baño, así como antes de comer y preparar alimentos. En este sentido, es vital también usar pañuelos desechables.
Acondicionar la temperatura y los dispositivos adecuados en el hogar
Crear un espacio bien climatizado para impedir que los mayores se sientan incómodos es la base de su bienestar en invierno. De entrada, hay que mantener un aislamiento térmico adecuado de su residencia y que permita tanto el ahorro energético como que el sistema de calor sea eficaz. Así, la temperatura ideal para su hogar se sitúa en torno a los 21º C. Para ello, hay que evitar tener las ventanas abiertas durante demasiado tiempo y contar con buen sistema de calefacción. Y aparejado con este último, mucho cuidado con las estufas eléctricas, braseros y calefacciones de gas: pueden ocasionar graves accidentes domésticos por incendio o inhalación especialmente en viviendas con personas ancianas. La calefacción de gas o los radiadores eléctricos son más recomendables.
Junto a buena climatización, hay que proporcionar también una buena iluminación, especialmente en la habitación donde la persona mayor pasa la mayor parte del tiempo, ya que ayuda a estimular los mecanismos hormonales que estimulan el buen humor.
Y como consejo, los humidificadores son una excelente herramienta para mantener el aire hidratado y consumir aire limpio, así como mantener a raya las grietas y el enrojecimiento de la piel.
Cuidar la salud emocional mediante la socialización y las visitas
La socialización de nuestros mayores, con talleres (aquí os dejamos un ejemplo de nuestro taller de roboterapia), los juegos, grupos de debate y lectura, etc. son fundamentales. Es decir: ayudarles a ejercitar la mente con buenas lecturas, conversaciones, juegos de mesa… Al mismo tiempo, es crucial que mantengan un contacto frecuente con los familiares, que sientan ese apoyo en su estancia en una residencia o en su propio hogar, complementando la labor de los cuidadores.
Todo ello evitará que aparezca la nostalgia, el aislamiento, insomnio, tristeza, soledad o irritabilidad características de épocas con bajas temperaturas.
En definitiva, debemos procurar que el frío pueda incidir en la salud mental de las personas mayores, algo que puede llegar a deteriorar su capacidad cognitiva.
Actividades y ocio al aire libre
Las probabilidades de salir a hacer actividades al aire libre, fundamentales para mantener el cuerpo activo, se reducen considerablemente en invierno. Pero la actividad física no desaparece del todo. Un anciano necesita seguir ejercitándose en la época más fría del año, como mínimo durante unos 10 - 20 minutos una o dos veces a la semana. En cualquier caso, es importante mantener activa a la persona mayor de forma diaria. De hecho, en El Cel Rubí durante el invierno mantenemos la misma rutina de ejercicios diarios ya que la temperatura del centro siempre es una temperatura de confort para nuestros mayores.
Evidentemente, hay que ser más prudente los días de lluvia, nieve o viento, en los que hay más riesgo de caídas. Dar paseos, especialmente al mediodía con las horas de menos frío y más luz, y respirar aire puro, reduce el riesgo de contagio de gripe o catarro y mejora la circulación de la sangre.
Llevar la ropa adecuada
Hay que tener en cuenta que conforme se llega a la tercera edad se soporta menos el frío. Así, resistir a las bajas temperaturas también pasa por contar con el vestuario adecuado. Varias capas de ropa cálida y ligera cuando salimos a la calle, tejido transpirable para las prendas en contacto con la piel, y en definitiva la recomendación de llevar 3 capas:
- una primera en contacto con la piel para evacuar la humedad y mantener la temperatura corporal,
- una segunda que estabiliza la temperatura
- y una tercera (chaqueta) que impide que se pierda calor.
Recordemos que donde se produce mayor pérdida de calor es en la cabeza, manos y pies, para lo que se debe usar gorro, guantes y calcetines apropiados. Además, usar pijama grueso y, si es necesario, también ropa interior larga.
Vacunarse contra la gripe
El invierno trae consigo una mayor probabilidad de contraer un resfriado o gripe. Por tanto, una de las primeras acciones que debe hacer una persona mayor ante la llegada del frío es vacunarse contra la gripe estacional. La vacuna contra la gripe reduce hasta un 75% su aparición y disminuye un 70% las posibilidades de hospitalización. Y también optar, después de los 65 años, por la vacuna de la neumonía.
Esto se recomienda especialmente en el caso de los ancianos que sufren algún tipo de patología, ya que son más vulnerables a sufrir algún tipo de complicación o de tener un alto riesgo de complicaciones en el caso de padecer catarros o resfriados.
Alimentación equilibrada y cuidado de la nutrición
Durante el invierno, los mayores necesitan incrementar el aporte calórico de su dieta. De esta manera, se lucha contra la pérdida de calorías que provoca el frío. Por ello, en invierno es necesario ofrecerla una dieta rica en frutas y verduras de temporada, así como aumentar la ingesta de cítricos (ricos en Vitamina C) e hidratos de carbono como arroz, pasta o legumbres. Es preferible hacer comidas ligeras, ricas y equilibradas, además de ingerir bebidas calientes como sopas de verduras, una buena fuente de vitaminas, y productos bajos en grasa (pescado y carnes magras), que contribuyen al bienestar del organismo.
La importancia de la hidratación
Además de una adecuada alimentación, es obligatorio mantener también una hidratación adecuada. ¿Cómo? De entrada, los mayores deben tomar al menos dos litros de líquidos diarios (entre 8 y 10 vasos al día) y beber abundantes líquidos, ya sea agua, infusiones, caldos o zumos, incluso cuando no se tenga sensación de sed. Mejor evitar las bebidas con cafeína y alcohol.
El cuerpo sigue necesitando hidratarse y beber, ya que el clima puede resecar la piel, generar la aparición de ronchas, escamas y grietas…
Cuidar de las personas mayores en invierno es más importante incluso que en otros periodos del año, ya que necesitan sentirse queridos, estar bajo los mejores cuidados en un ambiente de bienestar, mantenerse activos, seguros, con una dieta equilibrada y sin ver alteradas sus relaciones sociales. Todo, para garantizar su salud y evitar complicaciones con la llegada del frío.
El maltrato en personas mayores
Según la OMS, el maltrato a una persona mayor es “un acto único o repetido que causa daño o sufrimiento a una persona de edad avanzada, o la falta de medidas apropiadas para evitarlo, que se produce en una relación basada en la confianza”. Según la Declaración de Toronto (2002), la definición de maltrato a la gente mayor es toda “acción única o repetida, o carencia de respuesta adecuada, que se produce en cualquier relación en que haya una expectativa de confianza y que provoca daños o angustia en una persona mayor". En este nuevo post, queremos abordar todo lo relacionado con el maltrato a personas mayores, qué tipos de maltratos existen, cómo prevenirlos y cómo abordarlos.
Compromiso con las personas mayores
El Grupo Rubí Social siempre defiende a diario su compromiso con el cuidado de las personas mayores. Además de la labor 24/7/365 como residencia, seguimos desarrollando y participamos en otras acciones para combatir este problema. Una de las más importantes es la colaboración con el Ayuntamiento de Rubí y la Diputación de Barcelona en la elaboración de la “Guía Local para hacer frente a los maltratos de las personas mayores”.
Los objetivos de esta guía son:
- Impulsar la investigación del maltrato a los ancianos.
- Sensibilización de los equipos profesionales que trabajan con gente mayor sobre el fenómeno del maltrato.
- Profundizar en el conocimiento de los maltratos a personas mayores.
- Proporcionar criterios para prevenir, detectar e intervenir en los maltratos.
- Facilitar una herramienta para orientar las actuaciones de los equipos profesionales.
- Destacar la importancia del abordaje multidisciplinario y que la carencia de respuesta adecuada también es una forma de maltrato.
En este sentido, es fundamental la comunicación y el abordaje multidisciplinar para detectar las situaciones de riesgo. Por ello, colaboramos activamente tanto con los Servicios sociales del Ayuntamiento de Rubí como con otras entidades locales, como por ejemplo los Centros de Atención primaria, Centros de Salud Mental de Adultos, etc.
Una ‘pandemia’ silenciada y subestimada
El maltrato a los mayores es una realidad silenciosa y de escasísimo debate público. Una de las razones es que los mayores apenas se notifican casos de maltrato.
¿Por qué? Según el citado informe de la OMS, se debe al temor a las represalias, no querer causar problemas a su maltratador -especialmente si es un familiar-, carecer de las facultades mentales necesarias –deterioro cognitivo-, la falta de conciencia y sentir vergüenza. Y es que a menudo los maltratadores disfrutan de una relación de cercanía y confianza con los mayores.
A ese problema invisible se le une el hecho de que no interesa demasiado estudiarlo, a juzgar por las pocas investigaciones que se han llevado a cabo para abordar el tema. Y a mayor dependencia, mayor posibilidad de maltrato.
Las estadísticas también desvelan que son más las mujeres mayores que sufren maltratos respecto a los varones, si bien esto también puede deberse a que ellas tienen una mayor esperanza de vida y más riesgo de sufrir deterioro cognitivo.
Tipos de maltrato en personas mayores
Según el estudio Prevalencia de malos tratos hacia personas mayores que viven en la comunidad en España, publicado en 2012 en la revista científica Medicina Clínica, el tipo más frecuente de malos tratos es el psicológico (11,5 %), seguido del maltrato físico y sexual (2,95 %). La negligencia (2,07 %) y el abuso económico (1,11 %) son menos frecuentes.
Veamos a continuación más detalles sobre los tipos de maltrato más habituales hacia personas mayores:
- Maltrato psicológico: Aislamiento, coacción, insultos, menosprecio, gritos, burlas, amenazas, falta de respeto, dominio, imposición…
- Abuso económico: Es el uso ilegal o impropio de todos o algunos de los fondos económicos, bienes, propiedades o posesiones de la persona mayor. Al igual que el maltrato psicológico, se da mayoritariamente en el entorno familiar.
- Negligencia: Hablamos de casos como descuidar la medicación, alimentación o higiene de la persona mayor
- Maltrato físico: Usar la fuerza física para causar daños corporales en forma de golpes, empujones, patadas, bofetadas, quemaduras, etc.
- Agresiones sexuales: Va desde desnudez forzada a violación, tocamientos…
- Abandono: Dejar desamparada a una persona y omitir nuestra responsabilidad también es una forma de maltrato.
Hay otros maltratos que se conocen como ‘sutiles’. Se dan cuando, por ejemplo, se administran fármacos de manera abusiva para que el anciano se mueva menos o para estimularle si está adormilado. Infantilizar el trato, o manipular constantemente, también son formas de maltrato sutil.
Soluciones y alternativas para afrontar este problema
Para dar respuesta a semejante desafío, y con motivo del Día Mundial de Toma de Conciencia de Abuso y Maltrato en la Vejez, la OMS y sus asociados publicaron el documento Tackling abuse of older people: five priorities for the UN Decade of Healthy Ageing (2021–2030), en el que presentaron 6 prioridades para el Decenio de las Naciones Unidas del Envejecimiento Saludable (2021-2030). Son:
- Combatir el edadismo, una de las principales razones por las que el maltrato a las personas mayores recibe tan poca atención. El edadismo es la discriminación por edad, es decir, los estereotipos (cómo pensamos), prejuicios (cómo nos sentimos) y discriminación (cómo actuamos) con las personas en función de su edad.
- Generar más datos y de mejor calidad para concienciar sobre este problema.
- Concebir soluciones rentables para poner fin a este tipo de maltrato y ampliar su uso.
- Elaborar un argumentario a favor de la inversión en este asunto para convencer de que es un dinero bien empleado.
- Recaudar fondos, ya que se necesitan más recursos para abordar el problema.
Estas medidas hablan a las claras de otro tipo de maltrato, el institucional, que es el que ejercen las administraciones cuando no aportan los recursos necesarios para que las personas mayores tengan una vida digna.
Por ello, también es fundamental fomentar el buen trato hacia ellos mediante campañas de sensibilización dirigidas a la sociedad, las administraciones públicas y empresas.
Pistas y consejos para detectar el maltrato a tiempo
Al igual que sucede con los niños, los mayores, en muchos casos, especialmente si no son autónomos e independientes, están en situación de vulnerabilidad. Por lo tanto, tenemos que estar muy alerta para detectar cualquier signo que indique que algo no va bien.
Es imprescindible actuar antes de que estas situaciones puedan generar lesiones físicas, agravamiento de enfermedades o incapacidad permanente, por un lado, y ansiedad, soledad y pérdida de la esperanza y la confianza por otro lado.
De entrada, hay que tener en cuenta que el perfil del maltratador suele responder a alguien que consuma drogas o alcohol, que abuse del uso de fármacos, con elevados nivel de estrés, falta de apoyo social, sin formación en atención a las personas mayores, en situación de dependencia afectiva o económica de la persona mayor…
En el caso de los cuidadores o el personal sanitario, la falta de formación, el estrés laboral y un escaso control por su labor son las principales razones.
Al respecto, las personas mayores que son proclives a ser víctimas de maltrato físico o psicológico suelen presentar algún deterioro cognitivo o trastorno psicológico, estar en situación de dependencia, ser de edad muy avanzada, o sufrir demencia con conductas muy alteradas viviendo con cuidadores familiares.
Señales de alerta
Lo primero que hay que considerar es que todos (familia, residencia, profesionales, amigos, etc.) deben ejercer la vigilancia. A partir de aquí, es fundamental que nuestros mayores no se vean o sientan aislados, que tengan un interlocutor válido y confiable para que expresen lo que les pasa o sienten.
Precisamente esto ayudará a detectar las señales de alarma que nos indican que puede haber malos tratos, como son:
- No poder llevar a cabo sus actividades de la vida cotidiana y estar en situación de aislamiento.
- No poder recibir visitas ni comunicarse con sus allegados porque los familiares u otras personas se lo impiden.
- Movimientos extraños en sus cuentas bancarias, firmas en contratos que no tienen sentido…
- Una apariencia muy descuidada.
- Encontrar signos de desnutrición o deshidratación.
- Que muestren una actitud de miedo, retraimiento o inquietud, y con el estado de ánimo alterado (insomnio, ansiedad, confusión, etc.)
- Manifiesta un deseo manifiesto y reiterado de morirse.
Frente a ello, debemos actuar con la máxima rapidez y celeridad, informando a los Servicios Sociales, al Imserso, a la residencia o a alguna de las Asociaciones que velan por el bienestar de las personas mayores, como CEOMA o EIMA.
Prevención del maltrato a personas mayores
A la hora de prevenir el maltrato en mayores, hay multitud de acciones que podemos llevar a cabo, entre ellas:
- Evitar el aislamiento social.
- Campañas de concienciación pública y profesional.
- Adecuar la vivienda de las personas mayores a sus necesidades.
- No sobrecargar a los cuidadores principales y favorecer y facilitar el apoyo social, institucional y familiar.
- Programas intergeneracionales desde la escuela.
- Buscar apoyo psicoterapéutico.
- Que dispongan de un cuaderno donde puedan escribir sus vivencias, sentimientos, temores, etc.
- Líneas telefónicas de ayuda, casas de acogida y alojamientos de emergencia.
- Políticas relativas a la atención en residencias para definir y mejorar los estándares de atención.
- No calificar a la persona y no usar lenguaje que le estigmatice.
En general, la mejor prevención son las intervenciones que realizan los cuidadores, aliviando la carga que soportan los allegados a la persona mayor, además de una mejor financiación del dinero para quienes tengan mayor riesgo de sufrir explotación económica.
En este sentido, es clave que tanto el sector de la salud como las administraciones se responsabilicen de sensibilizar a la opinión pública sobre este problema.
Puntos básicos de la intervención en casos de maltrato
- Prevenir: Observar y detectar aquellas situaciones de riesgo que pueden ser causa de un maltrato ya sea por acción o por omisión.
- Proteger pero sin ser extremadamente invasivos, respetando en todo caso la capacidad de decidir de la persona: Cualquier intervención tiene que contar con la persona implicada. No contar con la víctima en caso de maltrato nos convierte en parte del problema, pues estamos anulando su capacidad de decisión. Para garantizar que se respeta la voluntad de la persona cuando esta no esté capacitada para decidir, es crucial contar con un documento de voluntades anticipadas que actúa como mecanismo de autoprotección de la persona dependiente.
Centros de día: prestaciones y ayudas económicas en la Ley de Dependencia
La dependencia es aquel estado en el que una persona, por diversas situaciones relacionadas con la edad, enfermedad o alguna discapacidad, requiere de la atención de otras personas que le ayuden a realizar las actividades básicas de la vida diaria. En los mayores, esta pérdida de autonomía física, psíquica o intelectual conlleva una necesidad de asistencia o ayudas para desarrollar los actos elementales del día a día.
En España, con la aprobación de la Ley de Dependencia en 2006, cualquier persona que esté en situación de dependencia puede acceder a las prestaciones que contempla la Ley, siempre y cuando tenga reconocida la situación de dependencia en alguno de los grados establecidos en la propia Ley.
La información sobre dichos grados, así como todo lo relacionado con el funcionamiento y características de la Ley de Dependencia en nuestro país, la encontraréis en este post.
Hoy, queremos centrarnos en los servicios de los Centros de día y las prestaciones asistenciales y económicas que se pueden solicitar.
Dependencia y PIA como primer paso
Lo primero, claro está, es haber realizado los trámites y tener reconocida la situación de dependencia en cualquiera de los grados establecidos. Justo después, los Servicios Sociales realizan el Plan Individual de Atención (PIA), que es el instrumento para determinar las necesidades y los recursos más adecuados según cada caso y situación.
Las prestaciones de atención a la dependencia contemplan tanto prestaciones económicas como servicios, estos últimos con carácter prioritario.
Grados de dependencia en Cataluña
Cada comunidad autónoma es la que se encarga de valorar el grado de dependencia. En el caso de Cataluña, donde se encuentran nuestros centros de El Cel de Rubí y Residencia Conxita Valls, hablamos de tres grados de dependencia:
- Dependencia moderada (Grado I): La persona solo tiene necesidades intermitentes de ayuda, como mínimo una vez al día.
- Dependencia severa (Grado II): La persona no necesita la presencia permanente para ser ayudada, pero sí que la necesita para realizar varias actividades básicas.
- Gran dependencia (Grado III): Se da cuando hay una pérdida total de la autonomía física o mental, y precisa de la presencia continuada de otra persona.
Los centros de día: qué son y qué ofrecen
Los centros de día, como El Cel de Rubí, son instalaciones especializadas en la tercera edad donde un grupo de profesionales se dedica a atender las necesidades específicas de las personas mayores únicamente durante unas horas determinadas del día.
Este tipo de centros son a menudo el paso previo a una residencia continua de una persona mayor, siendo la primera fase de la aclimatación a la residencia.
Por tanto, y en líneas generales, los Centros de día en Cataluña ofrecen un servicio de acogimiento residencial diurno y momentáneo dirigido a personas de 65 años y más en situación de dependencia que necesitan organización, supervisión y asistencia en las actividades de la vida diaria.
Estos centros complementan la atención propia del entorno familiar, con los objetivos de favorecer la recuperación y el mantenimiento de la autonomía personal y social, mantener a la persona en su entorno personal y familiar en las mejores condiciones y proporcionar apoyo a las familias en la atención a las personas mayores dependientes.
¿Cómo se asignan los centros de día?
Tal y como indicábamos antes, la asignación de un centro de día se lleva a cabo a través del Programa individual de atención (PIA), que realizan los servicios sociales públicos y que determina las modalidades de intervención más adecuadas a las necesidades de las personas en situación de dependencia en cuanto a los servicios y prestaciones económicas previstas en la resolución por su grado y nivel.
La solicitud para este estudio puede realizarse en el Centro de Atención Primaria a través del trabajador social, o en la sede de los Servicios Sociales del municipio.
¿Qué ayudas ofrece la Ley de Dependencia?
Las ayudas a la dependencia pueden ser de dos tipos: de servicios o económicas. Entre los servicios que contempla la ley, encontramos:
- Servicios de prevención de la dependencia y promoción de la autonomía: programas preventivos y de rehabilitación llevados a cabo por los servicios sociales y sanitarios.
- Servicio de teleasistencia: servicio dirigido a personas mayores o con discapacidad que viven solas y que les permite pedir ayuda en el propio domicilio en caso de necesidad.
- Servicio de ayuda a domicilio: atienden las necesidades de la persona en su propia vivienda, tanto los cuidados personales como los cuidados del hogar.
- Centros de día y Centros de noche, que representan una alternativa al ingreso residencial
- Servicios de atención residencial ya sea en centros privados acreditados o públicos.
Por otro lado, están las prestaciones económicas, cuyo objetivo es cubrir los costes de los servicios del programa individual de atención (PIA) cuando no se puede ser atendido por un servicio público o concertado. Se trata, pues, de las ayudas económicas que contempla la Ley buscando aliviar los gastos derivados de la dependencia.
Entre estas ayudas para centros de día y residencias destacan las que mencionamos a continuación.
Prestación económica vinculada al Servicio (PEVS) o cheque servicio
Esta ayuda económica, recogida dentro del Sistema para la Autonomía y Atención a la Dependencia (SAAD), va destinada al pago de servicios de atención residencial, atención diurna o ayuda a domiciliaria de personas dependientes.
Se ofrece esta prestación cuando no se puede acceder a un servicio público de atención de cuidados, con el objetivo de facilitar el pago de estos servicios en el sector privado, cuando la persona dependiente prefiere optar por éste en lugar de por una plaza pública. Las pagas a percibir se dividen en doce al año y la cuantía dependerá del grado de dependencia obtenido, del coste del servicio y de los ahorros económicos del solicitante.
El PEVS en Cataluña consiste en servicio de atención domiciliaria, servicio de centro de día para personas mayores y servicios de centros residenciales para personas mayores, como es el caso de El Cel de Rubí.
Prestación para cuidados en el entorno familiar y apoyo a cuidadores no profesionales
Es la ayuda que ofrece el Estado para contribuir a los gastos derivados de la atención por parte de un cuidador del entorno familiar o persona de confianza a un mayor en situación de dependencia en su domicilio.
Ambas prestaciones están sujetas al grado de dependencia y a la capacidad económica del beneficiario, siendo las cuantías máximas las siguientes:
En definitiva, estas ayudas económicas a la dependencia son óptimas para las familias, ya que con ellas se pueden costear los gastos de los centros residenciales. Esto supone un gran alivio para, por ejemplo, muchas familias que no pueden permitirse aguardar las largas listas de espera de una residencia pública o que se decantan por centros muy reconocidos por su apuesta por el máximo bienestar del residente.
Conclusión
El actual Sistema de Atención a la Dependencia prevé dos opciones como ayuda a los dependientes y sus familias:
- El servicio de centro de día.
- Una prestación económica vinculada al centro de día privado para usuarios mayores de 65 años o en situaciones de análoga naturaleza a partir del grado 1 de dependencia.
Por un lado, el Servicio de atención a la dependencia ofrece plazas públicas, concertadas o colaboradoras de centro de día, en el que se establecen dos tipos de jornada:
- Media jornada: 5 horas diarias.
- Jornada completa: 10 horas diarias.
En este caso, el usuario puede decidir cuantos días a la semana quiere hacer uso del servicio (de lunes a viernes, de lunes a domingo, etc.) En función de la jornada y los días elegidos y en base a los ingresos de la persona usuaria, la Generalitat de Catalunya establece una aportación para el usuario.
Por otro lado, está la prestación vinculada al centro de día. Se trata de una prestación económica destinada al ingreso en plaza privada de centro de día. El importe de ésta prestación va en función del grado de Dependencia de la persona así como de sus ingresos. Pueden acceder a ella todos los usuarios que cumplan los requisitos establecidos y se puede dar en centros acreditados por la Generalitat de Catalunya como El Cel de Rubí.
En ambos casos, el centro de día es compatible con otros servicios como pueden ser el de atención a domicilio, servicio de limpieza, prestación de cuidador no profesional, etc.
Al calcular el importe de la ayuda o la prestación, la trabajadora social de referencia del usuario calcula conjuntamente todos los servicios solicitados, siempre y cuando sean compatibles, y a partir de este cálculo junto con los ingresos, se establece lo que el usuario deberá pagar o cobrar por cada uno de los servicios o prestaciones que se acuerden entre la Trabajadora social y el usuario y su familia.
Beneficios de contar con El Cel de Rubí como Centro de Día
Los usuarios del centro de día de El Cel de Rubí pueden disfrutar de todos los servicios del centro tales como actividades de estimulación cognitiva, gimnasia, psicomotricidad, roboterapia, estimulación sensorial, laborterapia, taller de cocina… además de todas las dietas que estén dentro de su jornada, siempre adaptadas a sus preferencias y sus necesidades.
En nuestro centro también ofrecemos a los usuarios la posibilidad de realizar una ducha semanal en el centro y de acceder a otros servicios como la peluquería o la podología.
12 consejos para proteger a las personas mayores en verano
El verano es la época más calurosa del año, y cada vez sus temperaturas son más extremas. A causa de diversos factores, el calor afecta más a las personas mayores. Por tanto, para evitar trastornos como el golpe de calor, deshidratación o fatiga, es importante tomar medidas adicionales.
De esta manera, verano es una época del año donde se tiene que redoblar el cuidado y atención de los mayores y personas dependientes. Desde El Cel Rubí tenemos claro que el cuidador principal es el encargado de cubrir o ayudar en todas las esferas del residente, a nivel psíquico, físico, social y espiritual.
En este post, vamos a hablar sobre las principales recomendaciones para el verano específicas para las personas mayores.
1. Una vestimenta adecuada
Lo más aconsejable en verano es llevar ropa amplia de colores claros, transpirable, preferentemente lino y algodón, así como calzado fresco y cómodo. Además de cubrir la cabeza con gorras o sombreros para evitar la insolación.
Desde la residencia gestionamos el cambio de armario cuando llega el buen tiempo y recomendamos a los familiares ropa cómoda y fresca.
2. Mantener la casa fresca
El control de las temperaturas en distintos ambientes y también el corporal es primordial.
Cabe recordar que la tolerancia a la temperatura de nuestros mayores es reducida, por lo que debemos evitar la exposición a altas temperaturas para no tener episodios de hipotensión arterial, edemas en piernas, mareos…
Dentro de casa, ya sea en sus respectivos hogares, con la familia o en la residencia, hay que mantener constante un ambiente fresco no inferior a 23º si usamos aires acondicionados, apoyándonos en recursos como el abanico o los ventiladores.
En El Cel Rubí, mantenemos la temperatura en una media de 25º y la regulamos con la programación de AA. A su vez, realizamos ejercicios de movilización a primera hora de la mañana de lunes a viernes, y disponemos de terraza con zona cubierta y sombra para disfrutar del aire libre, combatiendo los edemas de piernas con butacas reclinables, la piscina de agua fría de la terraza y masoterapia.
3. Alimentación variada: más frutas y más verduras
El consumo de líquidos en la dieta es también fundamental, por lo que se recomienda aumentar las frutas, ensaladas y verduras durante estos meses, así como más pescado que carne. Al mismo tiempo, no son recomendables los procesos de digestión largos que requieren guisos o caldos a altas temperaturas.
En este tiempo, también hay que tener especial cuidado en la manipulación y conservación de los alimentos. Y es interesante fraccionar las comidas en cinco ingestas, en lugar de tres, realizando cenas ligeras.
4. Hidratación
Es quizá el principal pilar del cuidado de los mayores en verano. ¿Por qué? Porque tienen una disminución de la percepción de la sed, no sienten necesidad de beber, incluso si su cuerpo lo necesita.
Esta disminución de la ingesta va acompañada a menudo con la toma de diuréticos, lo que hace que aumente el riesgo de deshidratación. Es por eso que el cuidador debe controlar la cantidad de agua que bebe el anciano y cerciorarse de que es la suficiente, invitándole a beber aunque no tenga sed.
¿Cómo lo afrontamos en El Cel Rubí? En nuestra residencia contamos con una amplia variedad de líquidos como agua, zumos, horchata… siempre en nevera, preparados para la ingesta.
Para mantener a nuestros abuelos bien hidratados y fresquitos, realizamos tomas continuadas y siempre recomendamos a los familiares, en salidas al exterior de larga duración, que intenten llevar una botellita o parar a tomar algo para mantener la hidratación.
5. Evitar bebidas con cafeína o alcohol
La cafeína y el alcohol estimulan y provocar alteraciones nerviosas en las personas mayores, y además favorecen la deshidratación.
6. Los cuidados para la piel
Los cuidados de la piel de personas mayores son más importantes si cabe durante el verano.
Los rayos solares pueden dañar nuestra piel y son el principal factor riesgo de desarrollo del cáncer de piel u otras enfermedades como la dermatitis crónica.
En el caso de las personas mayores, el sol incide de manera directa en la dermatoporosis, una condición que se caracteriza por la delgadez y la fragilidad cutánea que provoca el envejecimiento de la piel, así como en la progresión de la osteoporosis.
7. Realizar actividades al aire libre
Mantener el cuerpo activo mediante actividades al aire libre asegura una mayor autonomía del anciano y evita caídas inesperadas, reduciendo su miedo a caminar solo.
Además, el verano favorece el contacto con la naturaleza y contribuye a aumentar las actividades compartidas con toda la familia. Son estas relaciones sociales las que hacen afrontar la vejez con una actitud positiva, ayudan a mejorar la autoestima y reducen el riesgo de presentar dependencia. Al respecto, es recomendable hacer ejercicio a primera hora de la mañana o a última de la tarde.
8. Controlar las horas de sueño
Para conseguir controlar las horas de sueño, es interesante mantener unos horarios fijos y realizar algo de ejercicio durante el día, lo que aumenta el cansancio y la sensación de sueño, ayudándoles a dormir mejor.
9. Evitar salidas en horas de máximo calor pero salir al aire libre
Los paseos al aire libre, estirar los músculos y disfrutar de la sombra y los atardeceres, son beneficiosos para la salud mental, emocional y física. Eso sí: es obligado evitar las horas de más calor, habitualmente de 11 a 17 horas.
10. Cuidado de los ojos
En verano exponemos a los ojos a ciertas condiciones que pueden ser perjudiciales, sobre todo en ancianos o personas mayores, ya que suelen sufrir problemas o enfermedades oculares.
Para evitar la sequedad ocular y otras consecuencias del verano en los ojos, debemos utilizar unas buenas gafas de sol, no mirar directamente al sol, usar gorro o sombrero y lavarse las manos y ojos a menudo para evitar irritaciones.
11. Vigilar la tensión arterial
El calor afecta a la tensión. Muchos tratamientos para personas de la tercera edad están relacionados con ésta, lo que provoca que sea indispensable su control.
12. Usar protección solar
Además de evitar la exposición al sol, en la medida de lo posible, entre las 11 y las 17 horas, durante el tiempo que la persona mayor esté al aire libre debe utilizar un bloqueador solar o crema solar con un factor de protección alto, como mínimo factor 20.
Para que estas cremas sean realmente útiles, es necesario aplicarlas sobre la piel bien seca 30 minutos antes de exponerse al sol. Es importante recordar que la piel de los mayores es más sensible y débil, por ello debemos asegurarnos de que utilizan protección solar adecuada al salir a la calle, especialmente en manos y cara.
Las terapias no farmacológicas en las residencias de mayores
En El Cel Rubí, las Terapias No Farmacológicas (TNF) son uno de los elementos en los que nos apoyamos para lograr una importante mejora de la calidad de vida de nuestros mayores.
En la atención a diversas patologías asociadas al envejecimiento y el deterioro cognitivo, y especialmente en el tratamiento de enfermedades neurodegenerativas, encontramos una serie de terapias basadas en distintas técnicas que persiguen la mejora de la calidad de vida del paciente, y sin emplear agentes químicos o fármacos. Hablamos de las terapias no farmacológicas.
¿Qué son las terapias no farmacológicas?
Los tratamientos no farmacológicos (TNF) en personas mayores son toda intervención ajena al uso de medicamentos, fundamentada científicamente, realizada sobre el paciente o el cuidador y que tiene el potencial de obtener un beneficio sobre los principales síntomas de diferentes enfermedades neurodegenerativas.
Es importante recalcar que las TNF son un complemento del tratamiento farmacológico, pero ni lo excluyen ni lo sustituyen. Se trata de intervenciones para optimizar la cognición, mejorar el estado de ánimo, la conducta y la funcionalidad de los pacientes.
Hablamos de un proceso individualizado y adaptado, que parte de un análisis detallado, y que normalmente incluye un diagnóstico clínico y una valoración neuropsicológica.
Gracias a las terapias no farmacológicas, podemos retrasar los estados de demencias y el deterioro cognitivo en general. Este tipo de terapias fomentan que el cerebro sea capaz de realizar cambios y modificaciones a nivel estructural y funcional, es decir, aumentan la plasticidad cerebral.
Al mismo tiempo, las terapias no farmacológicas conllevan menos efectos secundarios y son más económicas. En décadas pasadas, este tipo de terapias se centraban en estimulación cognitiva y tareas de memoria. Sin embargo, paulatinamente se han ido focalizando en aspectos cognitivos, motivacionales, emocionales, de aprendizaje, actividad física, ocio significativo…
Las investigaciones han evidenciado que las TNF pueden ser tan o más efectivas que el empleo de fármacos para mejorar la calidad de vida de las personas.
Objetivos de las terapias no farmacológicas
Las intervenciones no farmacológicas en personas mayores buscan optimizar las funciones cognitivas, conductuales y funcionales, y contribuir a satisfacer ciertas necesidades que presentan los cuidadores.
Con el envejecimiento, pueden surgir modificaciones en el funcionamiento cognitivo, ya sea disminución de la atención, ralentización del procesamiento de la información, declive de la memoria y de las funciones ejecutivas...
Más allá del tipo de envejecimiento y su impacto en cada persona, numerosas patologías que surgen durante la vejez no tienen un tratamiento eficaz, lo que impulsa a complementar el tratamiento farmacológico con las intervenciones no farmacológicas o psicosociales, que pueden ser diversas. Pero todas ellas comparten los mismos objetivos terapéuticos:
- Estimular y mantener las capacidades mentales
- Evitar la desconexión del entorno y fortalecer las relaciones sociales
- Dar seguridad e incrementar la autonomía personal del paciente
- Estimular la propia identidad y autoestima
- Minimizar el estrés y evitar reacciones psicológicas anómalas
- Mejorar el rendimiento cognitivo y funcional
- Incrementar la autonomía personal en las actividades de la vida diaria
- Mejorar el estado y sentimiento de salud
- Mejorar la calidad de vida del paciente y de los familiares y/o cuidadores
Problemas y hándicaps de las terapias farmacológicas en el paciente geriátrico
La toma de medicamentos por parte de nuestros mayores es algo imprescindible en muchos casos.
La disminución de la morbimortalidad fruto del progreso sanitario y social, junto al descenso de la natalidad, ha dado lugar a un importante envejecimiento poblacional. En España, cerca de un 20% de la población supera los 65 años. Además, más de un millón de personas supera los 80 años en nuestro país. Este colectivo poblacional es el que concentra la mayor parte de la prescripción farmacológica, especialmente por los factores de riesgo y enfermedades crónicas asociados. Factores que suelen coincidir de forma múltiple (comorbilidad).
Teniendo en cuenta que en los ancianos la polifarmacia, la autoprescripción, el mal uso de fármacos, las interacciones farmacológicas y las reacciones adversas a medicamentos (RAM) son más habituales de lo que quisiéramos, es fundamental analizar cada caso en concreto. Y ver la problemática de su diferente respuesta farmacológica, la falta de adherencia, los problemas de comorbilidad, etc. como elementos cruciales a los que desde el Cel Rubí damos respuesta mediante la ayuda de las terapias no farmacológicas.
Principales terapias en la actualidad
Entre las TNF orientadas al paciente más utilizadas, encontramos la intervención conductual, el ejercicio físico, estimulación cognitiva y/o sensorial, musicoterapia, reminiscencia, relajación muscular, terapia asistida con robots, psicomotricidad o el uso de realidad virtual, entre otras.
Un ejemplo práctico es la roboterapia. En El Cel Rubí apostamos por la roboterapia para jugar y acompañar a personas con deterioro cognitivo avanzado y generar efectos en nuestros mayores como el placer o la relajación. En este enlace podéis ver en qué consiste.
La estimulación cognitiva es quizá la que tiene como bagaje un mayor apoyo empírico, siendo incluso propuesta como la primera intervención que se debe realizar en las demencias.
Conozcamos algunas de ellas:
Terapia de Orientación a la Realidad (OR)
La Terapia de Orientación a la Realidad (OR) se basa en la presentación de información relacionada con la orientación tanto temporal, como espacial y la propia identidad, para proporcionar a la persona comprensión acerca de sí misma y de lo que la rodea.
Psicomotricidad y Fisioterapia y Estimulación Motora
Es la estimulación de las capacidades intelectuales y físicas a partir del movimiento, con el ritmo, la respiración, el equilibrio, tono muscular, etc. Favorece la expresión y la estimulación sensorial, facilitando la comunicación a través del lenguaje corporal y aumenta el confort y la calidad de vida del paciente y de su familia.
Terapias con animales
Es el uso de animales de compañía, habitualmente perros y gatos, para motivar al paciente y provocar una mejoría global tanto cognitiva, afectiva como social. El uso de robots, permite un mejor control sobre las reacciones de los animales que participan en las terapias, así como un mayor control sobre la terapia.
Musicoterapia
La música como herramienta terapéutica lleva a las personas a acceder a sus emociones y recuerdos gracias a la producción y audición de la música.
Terapia de reminiscencia
Es el proceso natural de la mente que persigue traer de nuevo a la conciencia experiencias vividas en el pasado, así como conflictos pendientes por resolver. Esta terapia del recuerdo se basa fundamentalmente en la realización de sesiones (individuales o grupales) en las que se estimula a los participantes a recordar hechos y acontecimientos personales o sociales del pasado.
Estimulación Cognitiva
Son los procedimientos y técnicas para lograr el máximo rendimiento intelectual, la mejor adaptación familiar y social en los sujetos que sufren un proceso degenerativo. Se basa en la plasticidad sináptica y fundamentalmente se emplean estrategias de restauración, compensación y sustitución de las funciones cognitivas. ¿Cómo? Mediante modificaciones ambientales, entrenamiento de habilidades compensatorias o reentrenamiento directo de las áreas comprometidas. Es decir: estimular el cerebro para la mejora de las funciones cognitivas y la optimización de su rendimiento, potenciando las capacidades preservadas y persiguiendo frenar en lo posible la progresión del deterioro.
Estimulación multisensorial - Snoezelen
Se trata de uno de los métodos que está ganando más importancia y popularidad en la actualidad, y del que os hemos hablado largo y tendido en el Cel Rubí.
El enfoque “Snoezelen” asume el mundo como lugar en el que vivimos en constante mezcla de luces, sensaciones, gustos, experiencias táctiles, etc. mediante nuestros órganos sensoriales. Esto se puede configurar como terapia para provocar el despertar sensorial de las personas, favoreciendo la comprensión con nosotros mismos y el entorno mediante actividades significativas y estímulos. Por ello, las salas multisensoriales Snoezelen son espacios interactivos pensados para la estimulación de los sentidos, buscando mejorar la calidad de vida de personas con discapacidad y personas mayores con deterioro cognitivo severo o demencia, cuyas capacidades motoras y neurológicas están afectadas.
La actividad física
La actividad física supone una de las funciones cognitivas más relevantes entre las involucradas en el mantenimiento de las actividades de la vida diaria y del funcionamiento independiente. En nuestro caso, la Actividad Física Adaptada es considerada una terapia no farmacológica de múltiples beneficios. Para ello, es fundamental el trabajo multidisciplinar de todos los integrantes de la clínica.
Talleres para mayores
Es una de las terapias genéricas más eficaces con el fin de tener un buen envejecimiento, tanto en salud física como mental. Es crucial para cualquier persona mayor poder realizar talleres que estimulen las tres áreas: física, cognitiva y social.
Existen talleres de todo tipo. En El Cel Rubí apostamos por actividades relacionadas con el ingenio, como los juegos de mesa, los crucigramas y pasatiempos; la lectoescritura, gerontogimnasia, risoterapia, Mindfulness, Arteterapia, etc.
Entrenamiento en Actividades de la Vida Diaria
Consiste en la práctica guiada, con el mínimo de ayuda que sea posible, de actividades de la vida diaria del residente.
Programas de Psicoestimulación
Son programas concretos que mezclan distintos tipo de actividades para trabajar varias habilidades y capacidades, ya sean la orientación, lenguaje, atención, memoria, cálculo…
Ventajas y beneficios de las terapias no farmacológicas
Los primeros estudios para aplicar estas terapias indicaron que eran muy beneficiosas para personas con algún tipo de demencia y sus familiares. Sin embargo, a lo largo de los años y por nuestra experiencia propia, podemos asegurar que estas terapias impactan positivamente en cualquier persona, tenga enfermedades neurodegenerativas o no. Por otro lado, los beneficios son múltiples pero individualizados en cada usuario.
A grandes rasgos, hablamos de:
- Prevenir futuros problemas cognitivos y deterioros en la salud
- Tienen menos efectos secundarios
- Evitar el aislamiento social, la desconexión con su entorno, y mejorar las relaciones sociales
- Reforzar y mantener las capacidades y habilidades, así como estimular la propia identidad y autoestima.
- Poder comunicarse y expresar sentimientos y emociones con mayor seguridad
- Estimular, potenciar o mantener las capacidades del paciente.
- Menguar el estrés y evitar reacciones psicológicas anómalas.
En definitiva, mejorar la calidad de vida de la persona enferma y sus familiares y cuidadores.
Las salas de estimulación multisensorial o Snoezelen
Con el reto de mejorar la calidad asistencial y lograr una mejor calidad de vida para nuestros mayores, en las últimas décadas han ido apareciendo y desarrollándose nuevas estrategias de intervención en el ámbito psicogeriátrico.
Uno de los métodos que está ganando más importancia y popularidad en la actualidad es la intervención mediante la estimulación multisensorial o Snoezelen.
Este concepto se desarrolló en Países Bajos en los años 70 como Terapia No Farmacológica (TNF) y está pensado para proporcionar sensaciones y estímulos específicos a la persona, buscando su bienestar e interacción con el entorno y contribuyendo a la organización cerebral, la comunicación y el aprendizaje.
La práctica de Terapias No Farmacológicas (TNF)
En El Cel Rubí las Terapias No Farmacológicas (TNF) son uno de los elementos en los que nos apoyamos para lograr una importante mejora de la calidad de vida de nuestros mayores.
¿Qué son las Terapias No Farmacológicas?
Se trata de toda intervención ajena al uso de medicamentos, con fundamento científico, realizada sobre el paciente o el cuidador y potencialmente capaz de obtener un beneficio relevante sobre los principales síntomas de diferentes enfermedades neurodegenerativas.
Por lo tanto, las TNF son un complemento del tratamiento farmacológico, sin excluirlo ni sustituirlo. Hablamos de intervenciones dirigidas a optimizar la cognición, mejorar el estado de ánimo, la conducta y la funcionalidad de los pacientes. Siempre, desde entretenimiento y la diversión, fomentando actividades lúdicas y la participación social.
Gracias a su condición de actividad grupal, se favorece la conexión con el entorno, las relaciones interpersonales y la comunicación.
Un ejemplo es la roboterapia. En El Cel Rubí apostamos por la roboterapia para jugar y acompañar a personas con deterioro cognitivo avanzado y generar efectos en nuestros mayores como el placer o la relajación. En este enlace podéis ver en qué consiste.
Hoy, no obstante, queremos hablaros de una de las principales actividades terapéuticas englobadas en el campo de las TNF que desarrollamos en nuestros centros: la Sala de estimulación multisensorial – Snoezelen.
¿Qué son las salas Snoezelen?
El enfoque “Snoezelen” procede de los términos explorar y soñar, así como de la teoría de la Integración Sensorial de Jean Ayres.
Es un concepto que asume el mundo como lugar en el que vivimos en constante mezcla de luces, sensaciones, gustos, experiencias táctiles, etc. mediante nuestros órganos sensoriales.
Esto se puede configurar como terapia para provocar el despertar sensorial de las personas, favoreciendo la comprensión con nosotros mismos y el entorno mediante actividades significativas y estímulos.
Por lo tanto, las salas multisensoriales Snoezelen son espacios interactivos pensados para la estimulación de los sentidos, buscando mejorar la calidad de vida de personas con discapacidad y personas mayores con deterioro cognitivo severo o demencia, cuyas capacidades motoras y neurológicas están afectadas.
Características de las salas multisensoriales Snoezelen
El espacio Snoezelen es una sala adaptada con material ya preparado para proporcionar experiencias sensoriales diversas. Lo que busca es lograr un ambiente de estimulación facilitando la exploración, el descubrimiento y el disfrute de diferentes experiencias sensoriales. Es lo que conocemos como “despertar sensorial”.
De esta manera, las actividades que desarrollamos en estos espacios están planificadas según las circunstancias y necesidades de los usuarios que participan en ellas, para ofrecer un servicio personalizado velando en todo momento por nuestros mayores.
Estos espacios proporcionan ambientes cálidos y de bienestar, lo que permite a la persona trabajar las capacidades conductuales y emocionales. Los elementos que han de estar presentes en un espacio Snoezelen varían en función del tipo de sistema sensorial que estimula: táctiles, vibratorios, vestibulares, visuales, auditivos, gustativos y olfativos.
Objetivos y enfoque de las intervenciones
Estas salas suponen un medio muy efectivo para trabajar múltiples objetivos de intervención enfocados a mejorar la calidad de vida de las personas, tales como:
- Motores: Coordinación motora y manual, rangos de movimiento, control de la postura…
- Sensoriales: Registrar varias sensaciones, ya sean táctiles, visuales, auditivas, olfativas, propioceptivas o vestibulares.
- Cognitivos: Niveles de atención y alerta, integrar conceptos, memoria, resolver problemas…
- Psicosociales: Iniciativa, madurez emocional, respetar turnos y roles, autoestima…
Beneficios de las salas Snoezelen
La estimulación sensorial es especialmente beneficiosa, por ejemplo, en personas con Alzhéimer o deterioro cognitivo severo, ya que tienen dificultades para controlar sus habilidades psicomotrices.
En cualquier caso, usar entornos multisensoriales tiene beneficios inmediatos en el estado de ánimo de nuestros mayores, así como en sus capacidades. Algunos de estos beneficios son:
- Mejorar la confianza en uno mismo y potenciar el autocontrol, la atención y la concentración.
- Mejorar la autoestima mediante la posibilidad de elección, reduciendo el estrés y mejorando de paso su estado de ánimo.
- Mantener el contacto con el entorno y hacer que el cerebro continúe siendo receptivo a los estímulos.
- Estar más activos y alerta, disminuyendo la apatía y el aburrimiento.
- Rebajar las alteraciones conductuales de agresividad y las de agitación, hablando más espontáneamente, relacionándose mejor, etc.
- Aumenta la duración de la mirada dirigida a las personas de referencia.
- Maximización de la plasticidad neuronal.
- Incentivar la exploración, la experimentación, la creatividad y la comunicación.
La evidencia nos indica que los entornos multisensoriales Snoezelen son óptimos para personas con:
- Discapacidad intelectual y trastornos generalizados del desarrollo.
- Ictus, fracturas, depresión o párkinson.
- TEA, RETT y trastornos de conducta.
- Demencias y enfermedad de Alzheimer.
- Daño cerebral y otras patologías neurológicas.
Elementos y actividades en las salas multisensoriales
En el Cel de Rubí, la sala multisensorial Snoezelen representa un recurso muy edificante y efectivo que ayuda al terapeuta ocupacional, educador social y psicólogo a crear ambientes de sosiego y relax, agradables, accesibles tanto física como cognitivamente, capaces de estimular los sentidos y facilitar la interacción de las personas mayores con otros residentes, sus familias, entorno e incluso con los cuidadores.
Para que las personas mayores pueden trabajar la memoria, la comunicación e incluso la coordinación psicomotriz, en las salas multisensoriales Snoezelen se recrean atmósferas mediante el uso de luces, aromas, música, sonidos y texturas.
Algunos ejemplos:
- Para el tacto, podemos usar cajas con distintos productos de diferentes tamaños, formas y texturas, o telas de diferentes texturas.
- Para la vista, tubos que cambian de color, fibra óptica, elementos con efectos al proyectarse…
- Para el olfato, la difusión de aromas.
- Para el gusto, masticadores y/o mordedores.
- Para el oído, música de ambiente, instrumentos, proyección de música e imagen…
De esta manera, materiales como la cama de agua, sillón vibro-acústico, tubo de burbujas, luz negra o bola disco, que son materiales eficaces pero muy caros, pasan a un segundo plano, ya que para su introducción se necesita un mayor apoyo humano para poder utilizarlos y una mayor inversión, lo que convierte a las salas multisensoriales en un espacio muy costoso y de escaso provecho.
Para llegar al mayor número de usuarios y poder implementar dichas salas, tanto materiales como terapias deben ser accesibles económicamente y a su vez poder dirigir la terapia o actividad con un único profesional, siendo la sesión 1:1 o en grupo reducido.
En El Cel Rubí utilizamos diversidad de materiales con los que el terapeuta aplica estímulos, ya sea para la activación y el aprendizaje o en busca de la relajación y el bienestar. Y siempre, realizando una evaluación continua de los residentes para adaptar cada elemento y actividad a sus capacidades.
Conclusiones
El principal objetivo de las residencias de ancianos es garantizar la calidad de vida y bienestar de las personas mayores. Especialmente, cuando el deterioro cognitivo y funcional asociado con enfermedades típicas de la edad está presente, ya sea Alzheimer, demencias... Por ello, contar con espacios adaptados como las salas multisensoriales es fundamental.
Se ha demostrado que, a través de la estimulación sensorial y cognitiva, la agitación se reduce y el deterioro cognitivo, sensorial y funcional se ralentiza.
Se trata de una terapia que forma parte de las terapias no farmacológicas, muy presentes en la residencia El Cel Rubí. Es, en definitiva, un complemento perfecto al resto de actividades que buscan mejorar la calidad de vida y el trato individualizado del paciente.
De esta forma, apostamos por el uso de materiales simples para realizar terapias y actividades sensoriales, asegurándonos de que estas actividades llegan a todos los usuarios que pueden beneficiarse de ellas. Por supuesto, siendo llevadas a cabo por la terapeuta ocupacional, educador social o psicóloga, en paralelo con otras actividades del centro, lo que asegura un éxito y el máximo rendimiento de nuestra sala multisensorial.
Incapacitación legal, tutelaje y curatela en España: un nuevo paradigma
Desde 2021, la tutela y la incapacitación judicial han dejado paso a la figura de la curatela.
En septiembre de 2021, se implementó en España una nueva ley que ha cambiado los paradigmas respecto a la capacidad jurídica de las personas con discapacidad.
Una importante parte de la población, fundamentalmente en la vejez, suele presentar un deterioro de su capacidad de juicio, de sus facultades y de otras capacidades cognitivas que les impide la correcta toma de decisiones para manejar su persona y asuntos económicos.
Por ello, es importante conocer la situación actual respecto a la antigua figura de la incapacitación judicial.
Cambios legislativos: adiós a la tutela y la incapacitación legal
Si hablamos de cambios, el principal es que es que ya no existe la tutela, la patria potestad prorrogada ni especialmente la incapacitación judicial, una situación que suponía la imposibilidad de una persona de tomar decisiones por su discapacidad psíquica, intelectual o física.
Actualmente, contamos con medidas de apoyo a la persona con discapacidad, como es el caso de la curatela, para promover la toma de decisiones voluntaria de las personas.
Así, las modificaciones más importantes que introdujo la nueva ley para sustituir la incapacitación judicial son:
- Desaparición de la posibilidad de incapacitar, a través de una demanda judicial, a una persona con discapacidad intelectual.
- Desaparición de la figura de la tutela, esto es, que ya no es posible que otra persona distinta a la que posee la discapacidad tome decisiones legales o médicas directamente por ella.
- Desaparición de la patria potestad prorrogada, la que se ejerce sobre los hijos una vez que hayan cumplido la mayoría de edad.
Medidas preventivas ante la pérdida de capacidad o toma de decisiones
El derecho a decidir es un derecho fundamental del ser humano, un derecho que además no desaparece por el mero hecho de hacernos mayores. Sin embargo, distintas enfermedades como demencia o Alzheimer, así como otros tipos de deterioro cognitivo o patologías, pueden limitar o impedir la capacidad de tomar decisiones.
En algún momento de nuestra vida, especialmente en personas ya ancianas, esa capacidad de decidir se puede ver alterada. Para este hecho, disponemos de tres alternativas que son la “prevención” de dichas situaciones, con el fin de decidir con antelación aquello que queremos hacer.
- El Documento de Voluntades Anticipadas (DVA), también llamado Testamento Vital, es un documento legal en el que una persona mayor de edad, capaz y actuando libremente, manifiesta su voluntad respecto a los cuidados y tratamientos médicos que quiere recibir en caso de que se encuentre en una situación en la que no pueda decidir por sí misma o expresar libremente su voluntad.
- Poderes notariales y mandatos preventivos son un poder preventivo mediante documento notarial por el que una persona designa a otra para que le represente y defienda sus intereses en caso de perder la capacidad y para poder manifestar su voluntad.
- Autocuratela: Mediante escritura pública, y previendo situaciones que puedan limitar su capacidad de decidir, una persona mayor de edad puede nombrar a o varias personas como “curadores”, quienes podrán representarle en los ámbitos que la persona decida previamente. También, en el mismo acto, tiene la posibilidad de excluir a otras personas de esta función.
¿Qué sucede cuando no podemos tomar medidas preventivas?
No obstante, en numerosas ocasiones no podemos llegar a manifestar nuestra voluntad con suficiente antelación, bien por falta de previsión, bien por la repentina aparición de una patología incapacitante.
Al respecto, existen una serie de medidas que deben tomar nuestros familiares o personas de referencia si ya nos encontramos con limitaciones en nuestra capacidad de decisión.
Tutela y/o curatela
Tras el cambio de paradigma con la nueva ley aprobada en 2021, la tutela se ha sustituido, principalmente, por una curatela representativa o la aplicación de un sistema de apoyos voluntarios.
La curatela es la principal medida de apoyo a la persona con discapacidad. Este instrumento se aplica cuando no sean suficientes las medidas voluntarias y se requiera de una asistencia continuada.
Es decisión de la justicia dictaminar quién establecerá los actos en los que se prestará el apoyo y, excepcionalmente, aquellos en los que se representará en la toma de decisiones.
¿Quiénes pueden ser curadores?
Podrán ser curadores:
- Toda persona mayor de edad apta para la función.
- Fundaciones o personas jurídicas sin ánimo de lucro que trabajen en la asistencia de personas con discapacidad
Trámites y procedimiento de la curatela
Cuando no existe otra medida de apoyo suficiente para la persona que tiene discapacidad, la curatela parte de una resolución motivada de la autoridad judicial.
En aquellos supuestos que lo precisen, en dicha resolución se fijarán también por dicha los actos concretos de representación del curador. Dicha resolución no puede incluir en ningún caso la mera privación de derechos.
Derechos y obligaciones de los curadores
- El curador deberá actuar según los principios que rigen esta ley y en los actos jurídicos expresados en su designación.
- Está obligado a presentar una rendición periódica de cuentas establecida en la justicia.
- Mostrar la rendición de cuentas cada vez que lo solicite el Ministerio Fiscal de manera independiente al punto anterior.
La sustituta de la tutela
La curatela es también lo más similar a la incapacitación legal para personas con limitaciones en su capacidad de decisión. Con la nueva ley, la curatela deberá ser revisada periódicamente en un plazo máximo de tres años y especificar siempre aquellas medidas de apoyo que son necesarias, es decir, concretando los actos en los que la persona no está capacitada para actuar libremente. Por ello, se debe tratar la limitación de esta “incapacidad” sólo en aquellos ámbitos en los que sea estrictamente necesario.
De la misma forma que la autocuratela, requiere de toma de posesión del cargo mediante un letrado de la administración de justicia y presentar anualmente un resumen de las actuaciones realizadas respecto a la persona de quien se ejerce la curatela.
Cuando la persona no tiene familiares directos que ejerzan este cargo, puede designarse a una fundación tutelar que actuará en nombre y representación del residente, la cual deberá rendir cuentas periódicamente a la autoridad judicial.
En conclusión, la curatela es la figura que sustituye a la antigua tutela y busca acompañar y promover el desarrollo de la persona con discapacidad, atendiendo al deseo, voluntad y preferencias en la medida proporcional a la necesidad del afectado.
Defensor judicial
De esta figura legal solo se hará uso cuando el curador no pueda prestar el apoyo necesario o cuando existan conflictos de intereses entre la persona y su curador. Será el defensor judicial quien respete, comprenda e interprete los deseos y preferencias de la persona y decidir en función de ello.
Guarda de hecho
Decimos que existe una situación de Guarda de Hecho cuando una persona física o una institución presta espontáneamente a una persona desvalida (discapacitado, anciano, etc...) los cuidados y atenciones que necesita sin que medie sentencia o resolución administrativa que así lo disponga. Por tanto, en las residencias la guarda de hecho suele aplicarse en situaciones en las que no existe un familiar directo que pueda hacerse cargo de la persona que ingresa. En este caso la guarda la puede ejercer la directora del propio centro o un familiar no directo previa comunicación al juzgado de primera instancia.
Aquel que ejerza la guarda de hecho necesitará autorización judicial para cualquier acto que realice representando a la persona de quien asume la guarda, y solo podrá realizar gestiones muy básicas para garantizar el bienestar de la persona.
SI la guarda de hecho la ejerce un familiar no directo, posteriormente siempre podrá iniciar los trámites necesarios para ejercer la curatela, lo que le permitirá actuar en todos los ámbitos de la vida del residente que el juez considere oportuno sin necesidad de autorización previa por parte de la Autoridad judicial.
Medidas clave en la residencia
Estas medidas y figuras permiten a los residentes y usuarios del Centro Residencial El Cel de Rubí tener a una persona de confianza que en caso de padecer cualquier enfermedad que limite su capacidad de decisión, defienda sus derechos e intereses y que, por supuesto, escuche, respete y comprenda sus deseos y su voluntad más allá de su opinión particular.
Todo lo que debes saber sobre Ley de Dependencia en España
La actual Ley de Dependencia en España es la Ley 39/2006, de 14 de diciembre, de Promoción de la Autonomía Personal y Atención a las personas en situación de dependencia de España.
¿A quién se aplica la ley de dependencia?
Popularmente se le conoce como “ley de dependencia”, y se trata básicamente de una ley creada por el actual Sistema para la Autonomía y Atención a la Dependencia, es decir, los servicios y prestaciones destinados a la promoción de la autonomía personal, así como a la protección y atención a las personas, a través de servicios públicos y privados concertados debidamente acreditados.
Según esta ley, la autonomía personal es la “capacidad de controlar, adoptar y tomar por propia iniciativa decisiones personales, así como desarrollar las actividades básicas de la vida diaria”.
Por otra parte, la definición de dependencia que da es: “Estado de carácter permanente en que se encuentran las personas que, por razones derivadas de la edad, la enfermedad o la discapacidad, y ligadas a la falta o a la pérdida de autonomía física, mental, intelectual o sensorial, precisan de la atención de otra u otras personas o ayudas importantes para realizar actividades básicas de la vida diaria o, en el caso de las personas con discapacidad intelectual o enfermedad mental, de otros apoyos para su autonomía personal.
En suma, desde la aprobación de la Ley de Dependencia en 2006, toda persona que esté en situación de dependencia puede acceder a las prestaciones contempladas, siempre que tenga reconocida la situación de dependencia en alguno de los grados establecidos en la propia Ley.
Requisitos para poder percibir las ayudas para la dependencia
Para ser considerado beneficiario, es necesario que se cumplan estas premisas:
- Tener la nacionalidad española.
- Residir en la comunidad autónoma en la que se solicita la ayuda.
- Residir en territorio español y haberlo hecho durante 5 años, de los cuales 2 deben de ser inmediatamente anteriores a la fecha de solicitud.
- Ser declarado “dependiente” por el órgano evaluador de la Comunidad Autónoma correspondiente.
Colectivos que incluye la ley de dependencia
La ley de dependencia se aplica a aquellas personas que por razones de enfermedad, edad o discapacidad son dependientes de forma permanente. Esto implica que la persona en cuestión no dispone de autonomía física, mental o sensorial, por lo que precisa de una o varias personas para realizar las actividades de la vida diaria.
Así lo reconoce la ley, aseverando que las personas “que no pueden valerse por sí mismas serán atendidas por las administraciones públicas”. Esta atención va desde los servicios asistenciales a las prestaciones económicas.
Problemática en España
En España, el ejercicio 2020 concluyó con un total de 1.356.473 personas dependientes, de las cuales el 17.1% no perciben ninguna prestación aun teniendo derecho a ello.
Esto se debe a que hasta que una persona no es valorada personalmente por el equipo de Valoración de la Dependencia y posteriormente éste emite la resolución, pueden pasar entre tres y seis meses.
Además, una vez recibida esta resolución de grado de dependencia, deberá esperar otros tantos meses a que los servicios sociales del municipio en el que reside la citen para valorar la situación, y ofrecerle aquellos servicios o prestaciones que más se adapten a sus necesidades y a su voluntad.
Finalmente, una vez realizada esta gestión, deberá esperar a que se emita una nueva resolución, ésta vez contemplando las prestaciones y ayudas que se han aprobado, para finalmente poder cobrar la prestación o acceder a los servicios solicitados.
Por un lado, se da el caso de que muchas personas, tal y como alertan desde la Asociación Estatal de Directores y Gerentes en Servicios sociales, fallecen antes de ser atendidos. Y por otro lado, el sistema garantista se ha visto ralentizado año a año por la falta de recursos, por lo que cerca de 300.000 personas en España siguen sin cobrar las ayudas a las que tienen derecho.
¿Cuándo es una persona dependiente y qué grados contempla la ley?
Por lo general, una persona se convierte en dependiente cuando necesita ayuda de otra persona para realizar actividades cotidianas, ya sea comer, vestirse, caminar, bañarse, preparar comidas, asearse, etc. En este punto, es importante discernir entre dependencia y discapacidad. Son términos y situaciones distintas, por lo que los la trámites de solicitud del certificado de discapacidad y la valoración del grado de dependencia no tienen nada que ver.
Así, los tres grados de dependencia que contempla la ley son:
- Grado 1 - Moderada: se precisa apoyo temporal para realizar actividades de la vida diaria de la persona al menos una vez al día.
- Grado 2 - Severa: se necesita ayuda para realizar actividades de la vida diaria dos o tres veces al día, pero sin requerir el apoyo permanente de un cuidador.
- Grado 3 - Gran dependencia: la persona dependiente necesita ayuda para realizar actividades de la vida diaria varias veces al día y además tiene necesidades de apoyo continuas. Las personas con Grado 3 son atendidos con carácter preferente.
Este grado de dependencia puede ser revisado si se produce un cambio en la situación, si aparece una nueva patología o a instancias de la persona afectada, sus representantes o la administración.
Servicios y prestaciones económicas de las personas dependientes
Las personas dependientes tienen por derecho la opción de solicitar servicios de atención y, en ocasiones especiales, prestaciones económicas. A su vez, pueden recibir información relacionada con su patología, notificaciones en caso de que los procedimientos necesiten autorización, confidencialidad y a decidir sobre su propia tutela, la de sus bienes y sobre su ingreso en un centro residencial.
Algunos de los servicios de los que se puede beneficiar una persona declarada dependiente son:
- Ayuda a domicilio.
- Limpieza del hogar
- Centro de Día.
- Atención residencial.
En cuanto a las prestaciones económicas, encontramos:
- Prestación económica para cuidados en el entorno familiar y apoyo a cuidadores no profesionales.
- Prestación económica vinculada al servicio asignado, cuando sea imposible el acceso a un servicio público o concertado.
- Prestación económica para la contratación de un asistente personal que ayude a realizar las actividades de la vida diaria.
Por ejemplo, actualmente, las personas con grado II o III de dependencia pueden percibir hasta 715.07 € mensuales en concepto de prestación vinculada a residencia, así como acceder a una plaza pública, concertada o colaboradora por la cual pagarán una aportación que se calculará siempre en función de sus ingresos.
Por otro lado, por cuidados familiares, hay un importe mensual máximo de 306 euros, cantidad que actualmente perciben 450.000 personas. Así, las personas de grado I suelen percibir una media de 138 euros, 242 euros para las personas de grado II y 335 euros para las personas de grado III.
De esta manera, las personas tendrán derecho a recibir diferentes tipos de ayuda y prestaciones en función de su grado de dependencia. Además, la ley establece un nivel mínimo de protección que está definido por la Administración del Estado.
Procedimiento, solicitud y valoración
El primer paso del procedimiento es solicitar el reconocimiento de grado, presentando la solicitud según el modelo oficial y adjuntando la documentación requerida por la administración pública.
Al ser una ley transferida a las autonomías, cada Comunidad Autónoma establece un órgano de valoración. Éste será el responsable de emitir un dictamen sobre el grado de dependencia de las personas que lo tramiten.
Una vez realizada la valoración y determinado el grado de dependencia, se emitirá una resolución y se procederá a elaborar un Plan Individual de Atención (PIA) para la persona interesada, que es el instrumento que concreta las necesidades y los recursos más adecuados según cada caso y situación.
La solicitud de ayudas a la dependencia puede hacerla la persona con alguna enfermedad, un familiar, un representante legal o incluso una administración pública. Para ello, nos podemos dirigir a los Servicios Sociales comunitarios de referencia, o bien a los centros de atención primaria, concretamente a la trabajadora social del centro. La trabajadora social de las residencias y centros de día también puede actuar como profesional de referencia, para ayudar a las personas dependientes y a sus familiares a realizar todos los trámites necesarios de cara a acceder a los servicios y prestaciones derivados de la Ley de Dependencia.
Es importante recalcar que tanto el grado como los servicios asignados podrán revisarse en cualquier momento.
Las residencias no somos un parking de sillas de ruedas
Si algo nos ha enseñado esta pandemia, es el daño que puede causar el aislamiento social.
Hoy en día hay mucha gente que vive sola. Sin embargo, salen a trabajar, quedan con sus amigos, hacen viajes… Pero, ¿qué ha pasado cuando estas personas se han encontrado todo el día aisladas en casa sin poder socializar? Se han dado cuenta de que vivir solas cobra otra dimensión.
Pues en España, un país notablemente envejecido, hay muchísimas personas mayores para las que ese es su día a día. Nadie con quien hablar, ningún sitio a donde ir, exceptuando algunas visitas puntuales de familiares o, con suerte, una persona que las ayuda.
Datos en Catalunya:
Actualmente |
17% de la población > 65 años |
2050 |
30% de la población > 65 años
4 millones de personas > 80 años |
Actualmente en Rubí |
10,9% de la población de Rubí > 70 años |
El 20% vive sola
El 60% vive acompañada > 65 años |
El contacto social es fundamental para la salud.
Necesitamos relacionarnos con otros individuos, establecer vínculos y sentirnos acompañados. Y más aún las personas mayores, que en muchos casos precisan ayuda para actividades diarias como la alimentación o el aseo.
¿Cuáles son los riesgos del aislamiento social?
Las personas que carecen de relaciones sociales tienen tendencia a sufrir un mayor deterioro tanto cognitivo como en su salud.
La soledad se asocia a tasas superiores de depresión, ansiedad e incluso muertes prematuras. Otra consecuencia podría ser una mala nutrición, ya que, al carecer de compañía, no se presta tanta atención a la alimentación y no hay alicientes para cocinar.
Asimismo, aumenta el riesgo de sufrir demencia, enfermedades cardíacas o accidentes cerebrovasculares.
Por otro lado, si tenemos en cuenta que la condición física se ve limitada por el paso de los años, existe el problema de las caídas. Si le ocurre a una persona mayor que vive sola, las consecuencias pueden ser nefastas.
El estigma de las residencias de ancianos
Todavía existe hoy en día un cierto estigma social sobre las residencias para la tercera edad, que hace que se las vea como un sitio donde la familia “aparca” a los abuelos porque les resultan una carga.
Esta visión, aunque afortunadamente ha ido cambiando en los últimos años, provoca sentimientos negativos tanto en la persona que es ingresada, como en la familia. Unos porque pueden sentir que los abandonan, y otros, culpabilidad por no ser ellos los que se encarguen de su pariente.
Pero lo cierto es que esta decisión es la más acertada.
Las ventajas de vivir en una residencia
Cuando una persona se hace mayor, puede empezar a necesitar ayuda para tareas que con anterioridad realizaba sola sin ningún problema, como ir a la compra, cocinar, bañarse, etc. Y puede que sus familiares no estén disponibles todo el tiempo para atenderla.
Una residencia, no solo cubre las necesidades básicas de esa persona, sino que además está rodeada por todo un conjunto de profesionales que harán su vida mucho más cómoda, segura y amena.
- Atención médica continuada: la seguridad y la tranquilidad de saber que su salud está controlada en todo momento. El personal facultativo atiende las patologías y establece pautas para sus cuidados, así como el control de su medicación.
- Espacios adaptados: en caso de dificultades en la movilidad, se dispone de sitio suficiente para circular con la silla de ruedas. Rampas y ascensores permiten desplazarse y otorgan más libertad al usuario. Sin barreras arquitectónicas se gana en autonomía, lo que repercute de forma positiva en el estado de ánimo.
- Menús adecuados a las necesidades de cada persona: desayunos comidas y cenas, preparados teniendo en cuenta valores nutricionales y posibles alergias alimenticias. También se establecen unos horarios fijos, creando rutinas que benefician a los usuarios.
- Personal cualificado: cualquiera sin la preparación necesaria tiene riesgo de sufrir una lesión intentando mover o cargar a una persona mayor. En una residencia, estas tareas las realizan trabajadores con la formación necesaria.
- Envejecimiento activo y saludable: actividades para mantener las capacidades físicas y mentales, mejorando la autonomía.
- Programa de actividades lúdicas: bingo, cine, fiestas populares… Estar en una residencia no excluye la diversión.
- Higiene personal: se procura que la persona esté aseada y lleve ropa limpia.
- Socialización y compañía: como hemos visto, las relaciones sociales son un punto importante en el hecho de vivir en una residencia. Poder estar rodeados de amigos y gente con la que hablar y convivir es una ventaja significativa respecto a vivir solo en un domicilio particular. Esto no significa que no se pueda tener un espacio de privacidad, puesto que se respeta la intimidad de los residentes.
- Visitas de familiares y amigos: en estos momentos, debido a la pandemia, existen restricciones en este aspecto. Pero en circunstancias normales los usuarios pueden recibir visitas como si estuvieran en su domicilio, o salir cuando lo deseen.
Hay que tener también en cuenta que el ingreso en una residencia puede ser temporal. Se trata de una opción que está a disposición de las familias siempre que lo necesiten, durante el tiempo que quieran.
Busca un centro de confianza
Ante una decisión tan importante como esta, lo mejor es buscar una residencia que goce de nuestra confianza y nos aporte seguridad y tranquilidad.
En el Cel de Rubí, seguimos el modelo de atención centrada en la persona.
Nuestro objetivo es que los residentes se sientan como en su propio hogar, creando un ambiente cercano y familiar, a la vez que se cubren todas sus necesidades, ofreciendo cuidados a todos los niveles: físico, funcional, cognitivo, emocional y de ocio.
Fomentamos un envejecimiento activo y apostamos por la innovación, aprovechando las últimas tecnologías para mejorar día a día nuestra atención y servicios.
Fundada en 1991 en Rubí, en la actualidad la dirección está a cargo de las hijas de una de sus fundadoras, garantizando ese trato familiar.
Además de contar con una gran reputación entre los habitantes de la ciudad, la ubicación es excelente, al tener fácil acceso en transporte público y privado, y disponer de un espacio natural adyacente como es el parque de Ca n’Oriol.